𝐈. Curiosa creatividad.

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Narrador omnisciente.

Un nuevo día se presentaba en la pequeño ciudad de Denver gracias al hermoso amanecer que llenaba el cielo de tonalidades anaranjadas y rosadas, algunas azuladas. Simplemente una bellísima obra de arte ante los ojos curiosos de Meillysse Eleine.

Eran aproximadamente las siete horas del día y la pequeña rubia de tamaño promedio se encontraba tendida bajo el gran árbol de su casa, meditando sobre todo mientras devoraba una manzana roja. Esperaba pacientemente y unas horas antes a sus mejores amigos para marchar con ellos a la escuela, era una rutina que había tomado al hacerse amiga de dos adolescentes que tardaban horas en prepararse para solamente ir a la escuela, no sumaba a esto a su amiga hermana del joven Blake, ella repetidas veces le había dicho que ella era quien estaba lista antes que él.

Robin Arellano, Finney Blake y Gwen Blake, la antes mencionada, eran sus nombres. Sus mejores amigos desde que la pequeña Eleine usaba pañales, sangraron juntos, rieron juntos y sobrevivirían juntos.

Siempre, sin falta, el cuarteto iba junto a la escuela, donde se pasaban horas en aquella cárcel ─como Robin y Meillysse le apodaban─, sufriendo por los bullys de algunos o simplemente por el estrés de tener a un profesor hablando de temas que sin más no lograban comprender.

Una hora para después de relajarse y contemplar la gran vista que las naturaleza le proporcionaba, un golpe en el ventanal de su hogar la hizo voltear.

Nadie. No había nadie.

Un escalofrío la recorrió de talones a sus rubiezcos cabellos, con lentitud se dirigió al ventanal, suavemente lo corrió y caminó dentro de su morada. Pero simplemente no logró observar a un culpable, sólo un extraño globo que yacía paseándose por la ventana del salón.

Unas manos en su cintura la hicieron alarmarse y por un momento su respiración se corto, no fue así cuando su 'mejor amigo' la volteó hacia él.

─ ¡Oye, estúpido! ─, rechistó la de orbes azules girandose hacia Arellano, quien reía burlón.

─ Tu madre fue cómplice ─, rió analizando el delicado rostro de su amiga.

Con una diminuta sonrisa que delataba un hoyuelo asomándose, se separó de Robin y se dirigió a su madre, quien reía por la situación junto a Finney, el joven miraba de manera pícara a sus dos amigos mientras levantaba ambas cejas.

─ ¡Mamá! ─, reclamó.

─ Perdón, amor, pero Robin me rogó por ayudarle.

Mei rodó sus ojos divertida:─ ¿Y Gweny?

─ ¡Aquí estoy! ─, avisó una aguda voz saliendo del cuarto de baño.

Después de saludar a la pelimarrón, se dirigió a sus dos amigos para despeinar sus cabelleras:─ Vamos, tontos. ¡Dile a Debby que la quiero ma, adiós!

─ ¡Adiós, chicos, tengan cuidado!

El cuarteto de jóvenes comenzó a caminar entre empujones y risas por la acera, realmente eran un grupo de verdaderos amigos, amigos hasta la muerte.

El dúo de hermanos de sangre se adelantaron entre secretos y miradas para nada disimuladas hacia el par de atrás. Quienes de reojo se miraban pero al minuto desviaban sus orbes hacia otro punto distinto.

─ Llysse, tú, eh, tal vez... ─, balbuceó.

─ Vamos, sueltalo, Rob.

─ ¿Te gustaría ir algún día al autocinema conmigo? Ya sabes como amigos, mi tío puede llevarnos.

Su faceta de chico rudo se desvanecía dejando aquel centro amable y tímido de Arellano ante Eleine. Era su amiga, sí, lo sabía pero había veces en los que ni el se enteraba de lo que sucedía.

🎈꒱ 𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊 𝐏𝐇𝐎𝐍𝐄 ─ robin a. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora