𝐈𝐗. El comienzo.

84 10 6
                                    

Narrador omnisciente.

El timbre fue tocado, haciendo que Terrence abriese la puerta para averiguar de quien se trataba.

─ No puede ser, Gweny. ¿Ahora qué es lo que hizo? ─, cuestionó aburrido como si ya supiese de qué se trataba.

─ Lo siento, señor Blake, su hija no hizo nada.

─ ¿Hay manera de hablar con ella, señor?

Y bueno, ahora se encontraban ambos investigadores charlando con Gwendoline sobre todo el embrollo de sus sueños hasta las desapariciones de aquellos adolescentes.

Actualmente con la desaparición de Robin sumada más a los niños de Colorado que habían desaparecido sin dejar rastro, todo se había tornado una verdadera pesadilla para el grupo, por ejemplo, Finney quien ahora no tenía quien lo defendiese pero al mismo tiempo ya no tenía con quien charlar o reír a todas horas, pues apenas se le había informado que Meillysse estaba en el hospital y permanecería al menos un día más para tenerla en observación y asegurarse que el asma no volviese.

Un fuerte empujón hacia el duro césped y tierra fue lo que lo hizo volver a la realidad seguido de varios golpes y patadas en su cuerpo.

─ ¡Déjenlo en paz, imbéciles! ─, gritó con ímpetu dirigiéndose a el grupo con una piedra de tamaño promedio en mano.

Gwen se metió entre los bullys y golpeó fuertemente a Matty con la sustancia mineral.

─ A ver si muy valiente, pelirrojo de mierda ─, maldijo lanzando la piedra hacia el nombrado, pero este tuvo la suerte de esquivarla.

Con rabia se avalanzó hacia el de cabello anaranjado, pero terminó quejándose en el suelo por ser lanzada al suelo sin compasión y luego, recibir una patada en la mandíbula que le provocó sangre en sus encías. Derrotada se dirigió junto a Matty, quien estaba recargado en la cerca de reja mientras sangre goteaba de su cien hasta caer en su playera de rayas.

Y lamentablemente, solo le quedó observar como su hermano era pateado hasta sangrar.

[∘ ∘ ∘ ]

Una ligera y leve sonrisa se plantó en los labios de Blake al ver una rana que yacía muerta frente a él, no piensen mal, que no es un loco, sino que había recordado cuanto su amiga se había quejado con él que detestaria a más no poder el día que les tocará abrir una rana. Lo odiaría con su ser, que suerte que se había salvado de aquello pero no de buena manera.

─ Okey, chicos, es el gran día a que han esperado, diseccionaran una rana. Y eligan compañero.

La faz de Finney se paniquió a más no poder al ver que todos los jóvenes comenzaban a juntarse con su pareja de rana ─rarísimo─, haciendo que sea el único quien quedará en solitario.

─ Y recuerden, serán pareja el resto de el año ─, pues tampoco era como que el profesor ayudase mucho, sino, lo ponía más nervioso.

─ ¿Necesitas compañero? ─, inquirió Donna melodiosamente con sus pertenecías pegadas a su pecho.

─ Eh no, no, no...bueno sí. No tengo un compañero ─ murmuró, pues no le quedaba de otra mas que quedarse solo ─, Que tonto soy.

─ Todos son unos idiotas ─, reveló la chica sin mirarlo a la cara.

─ ¿Qué?

─ Lo de la mañana. Todos están hablando de eso.

─ Ah ─, respondiendo simplemente desviando su oscura mirada.

─ Tu hermana es muy valiente. Me gustaría llevarme bien con mi hermano.

Una pequeña línea ladeada se hizo mostrar por sus delgados labios. Y ahora sí, era momento de diseccionar la rana.

Las clases se habían pasado rápido al no tener con quien charlar o distraerse, aquello lo desanimaba grandemente.

─ Donna, Donna, Donna ─, mofeó divertida mientras hacía ruidos de besos.

─ Cállate.

─ Ay, Finney, ¿quieres ser mi pareja de rana? ─, imitó graciosa.

─ No te burles, Gwen.

─ Bueno, hasta mañana ─, se despidió doblando la acera.

─ ¿Por qué?

─ Hoy me toca dormir en casa de Susie. Es viernes, recuerda que los viernes...

─ Yo cuido a papá.

─ Y cuídate tú.

Y así, ambos se despidieron dirigiéndose en distintos caminos, desconociendo, que aquel sería uno de los días donde el infierno de Finney Blake daría inicio.

Fue un gran error dejarlo ir solo, ¿no lo crees, Gwen? Pero no te culpo, ¿cómo ibas a saber que aquel día el sería raptado?

Aquel ingenuo chico caminaba con tranquilidad y armonía hacia su hogar. Bien conocía el sendero por donde dirigirse, pues desde corta edad tenía que marchar solo a su casa, era una rutina que siempre tomaba sin falta. ¿Qué podría pasar?, ¿perderse? Claro que no, había muchos atajos y caminos por donde ir a parar a el hogar Blake.

Algo dentro de su estómago se revolvió incomodamente mientras que un mal presentimiento yacía oprimiendo su pecho al divisar frente suyo un vehículo de cuatro ruedas completamente negro que tenía una palabra cabalística que yacía pintada en tonos azules bastante llamativos.

Detrás del auto, un hombre repleto con bolsas cafés se dejó ver, el hombre de negro dejó caer las bolsas de papel, así haciendo que el mandado saliera disparado hacia el suelo.

─ Que torpe ─ se burló de sí mismo mientras comenzaba a recoger los alimentos ─, Al parecer no soy muy coordinado.

Finney nunca había sido un chico rebelde u descortés, en cambio, siempre que podía hacia la buena acción del día, esta era una.

Finney, no debiste haberle ofrecido tu ayuda.

─ ¿Quiere que le ayude?

El hombre no contestó, más bien siguió riendo por la desgracia:─ ¿Ves esto? ─ alzó un huevo roto riendo.

─ Sí.

─ ¿Me das mi sombrero? ─, su voz cambió de manera repentina al igual que sus risas dejaron de resonar.

Finn lo estiró a su dirección:─ Tenga.

─ Gracias ─ agradeció mirando de reojo tras suyo, como si se asegurase de que nadie lo estaba observando, que nadie se percatara de lo que estaba apunto de hacer ─. Yo soy mago de medio tiempo. ¿Quieres ver un truco de magia?

El joven río aceptando pero de inmediato se desconcertó al ver el interior de la van por la ventanilla.

─ ¿Son globos negros?

─ Ah, síp ─, respondió cínico. Y justo cuando abrió las puertas para sacar las esferas flotantes, enrrollo su antebrazo en el cuello de Finney.

Realmente lucho por defenderse, por prevalecer, pero la fuerza del mayor era mucho más que la suya, era predecible que el iba a salirse con la suya.

Y lamentablemente, así lo hizo.

🎈꒱ 𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊 𝐏𝐇𝐎𝐍𝐄 ─ robin a. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora