Los niños inmortales para cualquier vampiro en existencia eran considerados aún más bellos superiormente a lo que uno de la propia existencia inmortal lo fuere, la ternura y la belleza tocaba profundo en todo aquel ser que los viese, tan simpáticos y encantadores que un humano pudiera imaginar. Bastaba su proximidad para quererlos, era algo automático como un reflejo humano en cada muerto corazón o vivo.
Pero así como habían sido creados a temprana edad, y costaba aún más adquirir enseñanzas en ese rango mucho menor de lo que se considera óptimo el resguardo y comprensión del conocimiento aprendido, así fue como no podían cumplir el pequeño requisito de resguardar el secreto, pasar desapercibidos, era innegablemente difícil. La tentación de la diversión que causara la rebeldía, la sorpresa, la risa o bien un mero golpe a algo que parecían no concebir niños similares al niño inmortal, era un privilegio que muchos no supieron contener.
Todos los niños inmortales eran menores del rango de los adolescentes, habían quienes los creaban mucho antes de siquiera ser propiamente llamado niños, ya sea por enfermedades que este presentaba o sólo por el mismo capricho de mantener un bebé en un mismo tiempo eterno. Esas si que eran una abominación, no por ser bebés inmortales, sino por el sacrilegio de castigar así a una pobre alma encerrada para siempre sin poder hacer nada más que necesidades primarias, además de causar terror en tantas familias humanas y descontrol de sed, era un caos completo.
Nadie se hacía cargo de mantener el orden cuando se les escapaba de las manos, siquiera los mismos creadores no los cuidaron propiamente siendo así castigados con la debida ley, decapitados, quemados en una hoguera madre e hijo por no haber cumplido nuestra única regla: Nunca exhibir nuestra especie a los humanos y hacer caos que apeligre la raza. Uno de los casos más conocidos por todos los vampiros antiguos existentes es la del Clan Denali, la madre creadora de las rubias: Kate, Tanya e Irina, había creado a un niño inmortal, ninguna de las mencionadas sabía de dicha existencia por lo que gracias a su inocencia concebida por Aro, se salvaron de su cruel exterminación. La familia de aquel Aquelarre junto a su memoria había quedado transtocada y transtornada, muchos sabían que ese pasado era algo muy quebradizo de tocar en tema de conversación, porque el lazo de un creador que lo fortalece con la compañía por extenso tiempo, solo incrementa el dolor de la partida o bien, de la exterminación del mismo, igualmente no es como si alguien fuera capaz de olvidar de un tajo quien hubiera dado nacimiento a una segunda vida, nisiquiera a su primera vida, todos de alguna manera creaban un lazo al nacer, vivir y crecer, por más que muchos no desearan reconocerlo ni siquiera recordarlo.
Finalmente tras aquella época trágica junto al ejemplo que marcó la existencia inmortal de la raza de los vampiros, muchos se cuidaron de no volver a repetirlo. Porque los Vulturi estudiaron a los niños inmortales, tanto en su hogar de Volterra como alrededor del mundo. Cayo decidió que los más jóvenes eran incapaces de proteger nuestro secreto y que por eso debían ser destruidos.
La práctica de la creación de los mencionados no fue fácil de erradicar, pero se logró lo necesario y justo como para que se extendiera el rumor peligroso para todos los inmortales de no permitirse crear a uno para no tener cierto final. Sin embargo, tras la curiosidad de Aro, el cual estudió mucho más a profundo el caso, consiguió dos especímenes de niños inmortales imposibles de erradicar, parecían como cucharachas indomables pero había algo más que los Vulturi habían descubierto en ese tiempo que no sólo temían en su dirección sino a alguien más que los observaba desde lo más seguro y cerca posible.
Descubrir una presencia que causaba pánico y respeto, pero como un niño inmortal era incapaz de sobrellevar su propio frenesí ante la sangre humana, eran irremediablemente insalvables, al menos los que no estaban dentro de un rango específico. Aro había podido encontrar un lugar específico donde un santuario de resguardados niños inmortales convivían, no eran más de diez, y no eran muy jóvenes, permanecían petrificados entre el rango de 8 a 10 años, un par lo que era específicamente de 7 años se notaba por la diferencia de alturas.
Sin duda, aquel descubrimiento fue resguardado y sólo ocultado por él, debido a que la criatura que los gobernaba no podía ser tocado de ninguna forma, parecían estar contenidos en una gran capsula, donde convivían en paz por el ambiente sin percepción de caos o peligro, al igual que no podía siquiera escuchar pensamientos con tocar la cúpula transparente ni podía llegar a debilitar la protección tras su adquisición Alec ni afectar con el don de Jane. Ninguno era capaz de llegar a ellos ni a su custodio, él cual era tratado con respeto y temor.
—¿Cuál es tu secreto para poder controlarlo? ¿Cómo es que no eres un caos como los que conocimos? —preguntó aquella vez Aro, totalmente extasiado y curioso de obtenerlo.
—La única respuesta que os puedo dar es la cura de dicha enfermedad, la reencarnación. —respondió en aquel tiempo con suma suavidad.
—Déjame entrar, hablemos como personas civilizadas.
—Aro Vulturi, prefiero quedar en cercanía respetuosa independiente e innegable entre nosotros, no os involucréis con mis niños, y no me involucraré en vuestros asuntos. Claro, siempre que no haya un niño inmortal en esa situación. Yo me encargaré de exterminar aquello que no pueda ser educado como corresponde.
—Es usted un descaro, como osa declinar una oferta tan cordial...
—Aro Vulturi, usted es un adulto bastante desarrollado, con conocimiento y calidad lógica estable, inmiscuirse en sus propios problemas de edad, mientras me incumbirá los propios a mi respectiva edad. No pido ser una líder de nuestra raza de vampiros inmortales, sino que de la mía, porque solo yo he descubierto nuestra cura más cercana entre la muerte. —había sentenciado la joven niña Inmortal que estaba antes sentada en una roca, pero en un parpadeo se había acercado a Aro.
El mayor, Aro, por cercanía sintió que fue empujado con una ligereza fricción, comprendiendo que ella no podría manipular aunque quisiera aquel campo que la protegía pero si que podía proteger a los que quisiera dentro de este. Entrado en resignación, tomó la decisión de dejarla exterminación de los niños inmortales en aquella niña Inmortal, que con el tiempo le había demostrado la fidelidad de aquellas propias palabras, nunca más se volvieron a susurrar creaciones de niños inmortales en ningún lugar del país, todos pensaban que era por el poder de los Vulturi pero estos reyes sabían que no era por ellos, sino que por la única niña Inmortal capaz de liderar dicha condición inmortal.
La única que era protegida de cualquiera que la quisiera utilizar para fines destructivos para con los Vulturi, y respetada desde un rango lejano como una reina que no sería reconocida, sólo de ser necesaria.
• • • • ───────────────────
Actualizaciones lentas
ESTÁS LEYENDO
Niña Inmortal (Crepúsculo)
FanfictionEn la historia de los vampiros cuentan que los niños inmortales eran seres considerados aún más bellos superiormente a lo que uno de la propia existencia inmortal lo fuere, la ternura y la belleza tocaba profundo en todo aquel ser que los viese, tan...