20. Extraña espectadora

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En mitad de un bosque cerca de Hamburgo, Alemania, en una parcela de 2.300 metros cuadrados, se encuentra una casa con dos caras muy diferentes.

Villa Neo, nombre que recibe esta vivienda de 403 metros cuadrados, "es una mezcla de Bauhaus y brutalismo, que transmite fuerza y ​​seguridad desde el exterior sin perder su elegancia, generosidad y tranquilidad en el interior", explicó quién les vendió la parcela sin problema alguno, narró que los arquitectos la han concebido como una escultura y han querido romper con el concepto tradicional de villa.

La casa está situadaba en un terreno irregular y los arquitectos habían aprovechado el desnivel para crear bajo ella una zona de aparcamiento oculta a simple vista. La forma en ele de la casa bordea la pendiente en un extremo de la parcela, creando un refugio para las terrazas interiores.

En otras palabras, era una casa ideal para los tres, donde no le llegaría mucha luz a la niña mientras caminaba por la calle, pero también les daba ese ambiente de libertad hacia el bosque a ambos lobos. Además de que venía con psicina, el sueño completo de la niña estaba hecho en esta casa.

—¿Están seguros que se pueden permitir esta casa?—pregunta Quil bastante incrédulo al ver esto.

—Pues, yo tengo trabajo aunque no lo creas, no gano mucho pero le ayudo a Kehe. —dice despreocupada la niña inmortal, mientras en un parpadeo ya ha dejado las cosas de los chicos dentro de la casa. —Listo.

—Yo trabajo como obrero y constructor, así que en teoría trabajo, viajo bastante cada cierto mes. Hasta que empiezan a sospechar y cambio de profesión. —dice con el mismo aire de despreocupación mientras alzaba a su impronta con dulzura.

—En algún momento se les acabará, por lo que tendremos que buscar donde terminar mis estudios, donde estudiar y luego donde trabajar y...—así iba diciendo Quil mientras caminaba por el bosque siguiéndoles el paso.

Hasta que Kehe y la niña se detuvieron, ya que habían encontrado un hermoso lugar donde sentarse, no estaba muy lejos de su cabaña pero si había troncos donde poder sentarse comodamente. Sin embargo, la niña había elegido sentarse encima de Kehe, quién estaba feliz de estar tan cerca de ella.

—Este lugar es perfecto. —dice la niña inmortal mientras suspira sin necesidad, pero cierra los ojos pensativa.

—¿Y...? ¿Que vamos a hacer aquí. ¿Es perfecto para qué?—pregunta intrigado, Quil.

Kehe bosteza un poco cansado, quería dormir pero también aprovecharía para lo que la niña tenía en mente para disfrutar de sus relatos, para dormitar.

—Cachorro, te vamos a contar nuestra historia, de principio a fin. Así que, disfruta del relato de nuestra pequeña, porque no sucede a menudo. —comenta Kehe recostandose por el tronco de un arbol cercano.

Mientras que Quil se encontraba sentado sobre un tronco, intrigado.

—Lo que te voy a contar lo haré desde mi punto de vista, quiero que me detengas cuando no entiendas algo, porque es largo la historia de mis vidas. —dice la niña inmortal viendolo apoyada sobre su mano, que a su vez su codo estaba apoyado sobre el muslo de su alfa.—Si llegas a tener hambre, paramos y luego lo seguimos.

—Okey? —dice intimidado ante la noticia pero soltando un bostezo.

—Te prometo que luego dormirán como se lo merecen.—dice la niña preocupada por su cachorro.

—Puedo resistir un momento más. —bosteza un poco mas.

La niña se estira un poco para revolverle el cabello a Quil, en forma amistosa y tierna. No podía hacer mas que eso, ya que lo veía como un amigo.

Niña Inmortal (Crepúsculo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora