16. Ambiente incómodo

847 115 4
                                    

Quil, Kehe y la niña inmortal no habían perdido tiempo en regresar a la cabaña Ateara, donde para su fortuna la madre del joven nativo Quileute no había ido a trabajar, por lo que despedirse sería mas sencillo y menos extendido.

Sin embargo, no contaban con que el viejo Quil estuviera acompañado con otro señor de aspecto tosco y serio. La niña apretó ligeramente la mano de Quil y de Kehe, al ir caminando en el medio de ambos, así había sido decidido en cuanto iban por la mitad de regreso a la tribu.

—Pronto habéis terminado su visita a la playa, ¿ocurrió algo?—pregunta el viejo Quil por cortesía.

Quil al conectar mirada con su abuelo hizo una mueca y asintió.

—Prefiero no hablar de ello. Voy a ir guardando mis cosas. —dijo soltandose de la niña, quien hizo una mueca ante tal decisión pero no dijo nada.

Tras Quil entrar a la casa, los viejos del consejo no dejaron pasar a la casa. Siendo el hombre en la silla de ruedas quién impidió que entraran al ponerse como obstáculo.

—¿Quiere algo?—pregunta Kehe, el nativo de ojos verdes, mientras deja sus manos en los hombros de la niña pequeña, quien se deja hacer.

No iba a interferir, solo si fuera necesario.

—¿Es ella quién decías, viejo?—pregunta el hombre con intriga pero de tosca seriedad observatoria.

—Si, disculpa la indiscreción de mi amigo. Él es Billy Black, ella es...—dice el viejo Quil mientras los ve.

Kehe se muerde la lengua para no gruñirle al señor, no le gustó como miraba a su pequeña.

—Soy la niña inmortal, y este es Kehe, mi Alfa. —se apresura a hablar la niña antes de que su lobito los ataque.

—¿Tu Alfa? —preguntó Billy Black con intriga hacia la niña, y mirando al nativo que parecía ser de una tribu muy lejana de los suyos.

—Soy un lobo sin manada, pero tengo rango Alfa, esta pequeña es mi impronta. La imprimación despertó en mi hace unos siglos, tras una época colonial. Ella me reconoce como lo que soy, y ahora el joven Quil es mi beta. —explica Kehe con total seguridad.

—Un lobo no puede tener una impronta compartida. Es su alma gemela, su huella. Nunca se ha visto algo así en la historia de nuestros ancestros. —dijo renegado Billy.

—Pues perdone por ser extraña. Pero no soy normal, soy una reencarnada, tal vez la niña donde reencarne, si seguía su camino de vida hubiera sido la impronta de Quil o Kehe, pero yo soy de otra realidad, de otra vida mas mayor. Morí en ella y reencarne en este mundo. En ese aspecto, se podría tomar como explicación licita y factible de tomarlo a favor mía. —dice la niña sin ningún pelo en la lengua que la pudiera trabar al explicarse.

Billy niega con la cabeza, era imposible tales cosas, no podía ser. Y si fuera posible, que desgracia les seguiría a los lobos y mas al joven Quil.

—Es un hecho inédito, que siendo el primer caso siempre será dificil de aceptar. —dice Kehe con una postura pasiva pero seria. Atento a cualquier ofensa, ya sabía lo que venía si con quienes sabían la verdad, la mente cuadrada lograba la nula comprensión de su situación.

Billy tras ello mira en busca de contradiccion por parte de su amigo, pero este parecía asimilarlo. Sin embargo, tuvo que abstenerse a seguir negandolo, no había mas tiempo, parecía ser que hoy se marchaban.

—Si me permite, muevase. Necesito ayudar a Quil, su manada lo trató mal, ni pensar que su hijo se imprimió en una niña similar a mi, pero tal parece que no tienen huevos para afrontar y ser felices por sus chicos antes de juzgar y dañar. —dice la niña bastante incómoda por la mirada del señor.

Billy se tensa y la mira con ganas de defender a su muchacho, por lo que no se sale, logrando jadear en cuanto ve pasar la niña en un salto ágil por encima suyo hacia el interior del hogar.

—Es una niña muy petulante. —se queja Billy.

—No malgastaré saliva, porque usted será siempre de mente débil si no sabe adaptarse a los cambios. —dijo Kehe retrocediendo sobre sus pasos para ingresar al hogar por la puerta trasera.

Billy no sabía como responder con esa frase que le dedicó, quiso reprochar pero ya tarde era. El viejo Quil había permitido que ocurriera eso, y los demas del concejo de la tribu ya tenían todo preparado el papeleo para la supuesta beca de intercambio.

Ya nada les confería decir, Quil había decidido seguir un camino lejos de la tribu, y la impronta que tenía no cumplía con los requisitos que la tribu parecía aceptar ante lo sobrenatural externo a su gen.

Niña Inmortal (Crepúsculo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora