Mientras Kehe y Quil tenían problemas con una escurridiza niña inmortal que al parecer amaba el mar, y nadar. En otra parte de la Reserva Quileute se estaba tratando un tema que aquellos habían dejado que se diera.
El efecto colateral del don de la pequeña estaba aun latente en la madre de Quil, quien acalorada y con las lágrimas saliendo por sus mejillas llamó desesperada al abuelo, Senior Quil Ateara III. Este tan rápido como pudo en compañía de Billy Black había llegado a la cabaña de Kiona. El sonido de la camioneta, Jacob los había acercado, mientras que este ya estaba de camino a visitar a su impronta.
—¡Cómo es que permitiste que mi hijo cambiara tanto abuelo!—exclamó muy conmocionada Kiona.
Su estado de animo era de una madre desconsolada. Por lo que Senior Quil Ateara, ingresó a la cabaña seguido de Billy que había quedado sorprendido por como rapidamente se iba desarrollando el tema del nieto de Quil.
—Kiona sabías que tarde o temprano mi nieto iba a extender sus alas y recorrer nuevos horizontes. —dijo el viejo Quil despreocupado.
—Permiso que me entrometa, pero...Kiona, ¿Porqué tan afectada se te nota? No que el joven Quil y tu soñaron toda la vida que fuera mochilero?—pregunta confundido Billy.
—Desde... Que ustedes me alejaron a mi niño. El cambió mucho, de solo juntarse con su hijo pasó a juntar con el grupo de Sam y ahora...ahora..snif...—empieza a decir totalmente alterada tras mocos y lagrimas la mujer nativa.
—¿Y ahora...?—pregunta intentando ser comprensivo el viejo Quil.
—¡Ahora se ha vuelto gay! Hasta han adoptado una niña a su cargo. ¡Mi niño es muy joven para tantas responsabilidades!—grita enojada y asustada por no saber como manejar la situación que la carcome.
Los pensamientos que la madre de Quil, Kiona pasaban una y otra vez por su mente eran: «¿En que momento le dejó de gustar las niñas?», «¿Acaso abusaron de él para que les guste de su mismo género?», «¿Que hice mal al criarlo?».
El viejo Quil que estaba empezando a sentarse en la acogedora reposera de madera, que tenía esas patas paea balancear el cuerpo, quedó tan sorprendido por el rumbo que iba el asunto que solo el impulsarse se les fue de las manos y cayó de espaldas al suelo. «Esto debe ser travesura hecha de la niña, ni cabe duda»pensó.
Mientras que Billy ahora comprendía la angustia de la madre, esa mujer de cabellos negros y piez rojiza casi anaranjada cual colina del Zahara.
—¿Y te has puesto a mirar si tu hijo es feliz con todo eso?—preguntó bastante incomodo Billy.
Mientras que el viejo Quil trataba de recomponer su espalda y palabras para remendar el asunto.
—Lo peor es que si, ¡Lo he visto como mi difunto esposo me miraba a mi! Con amor!—exclama totalmente cohibida.
Billy no sabía que decir, el viejo Quil le había dicho que su nieto se había imprimado en algo totalmente nuevo paea ellos, pero aquí la azurazada madre les decía otra historia.
—Kiona, ven a sentarte un momento, creo que es momento de remendar los hechos. Yo sé la verdad del asunto. —dice el viejo Quil tratando de calmar a la pobre Kiona.
La mujer bastante reacia a la expresión fruncida del viejo Quil, se sentó en un sillon, viendo como hasta Billy se acercaba a la reunión improvisada. También siendo un buen viejo chismoso, ya que estaba algo perdido.
—Te escucho.—dijo Kiona la mujer con las manos entrecruzadas sobre sus rodillas elegantemente cruzadas como una dama. Aunque su pose esfaba ligeramente curvada.
Le era imposible relajarse en el sofa ckn tremendas noticias.
—Mi nieto Quil, sabes que desciende de una leyenda, los protectores Quileute, te la sabes del derecho y del reves. —empieza diciendo el viejo Quil, curvando su espalda una la mujer, con porte serio.
—Si, pero yo no lo he visto dif-...—empezó a decir, sin embargo allí en ese momento fue cayendo en cuenta.
El cambio físico muscular de su hijo, que fue bastante repentino. La aysencia en la casa, sus temblores en cuanto parecía enojar, todos eran signos claros de cuando conoció a su difunto esposo.
—Sabes que nuestra tribu es reservada, y te lo explico de esta manera para que entiendas el motivo por el cual, las cosas se dieron. —empieza a decir el viejo Quil con suma cautela—El grupo de Sam, ese culto al que las vecinas hablan, son nuestros protectores encargados de exterminar a los caras palidas que amenacen nuestro territorio y gente. Una vez un vampiro yace cerca, el gen fluye por nuestras venas y tras un enojo impulsivo sale nuestro lobo protector al acecho.
—Mi hijo... Mi hijo ya no es mas indefenso... ¿Porqué creció tan deprisa?—pregunta tras un sollozo Kiona.
—Creció deprisa porque la madre luna le deparaba un gran desafío. —dice Billy trarando de apoyarla con una mano en el hombro de la mujer, tras una suave palmada.
—¿Su impronta es el chico? ¿Porqué adoptaron una niña?—pregunta desesperada por solucionar su lío mental, con ayuda de los mayores.
—No exactamente. Pero creo que es mejor que quedes con que nuestro Quil está en buenas manos y será feliz. La demás información podría ya exponerte en peligro, querida Kiona. —dice el viejo Quil con cautela y seriedad.
—¿En verdad es lo único que necesito saber? ¿Cómo se si no lo perderé?—pregunta sin dejar a torcer su posición protectora de madre.
—Si. Y no lo perderás, lo volverás a ver hasta que sea tu tiempo de descanso final. Es tu hijo, y para él, eres su unica madre en el mundo. Así que, acepta el destino y apoyemosle en lo que podamos para que sea feliz como lo fue mi hijo contigo. —sentencia el viejo Quil, mientras pide suplicante su calma y beneficio de la duda.
—Esta bien... Desde el inicio lo apoyo, pero fue tan abrumadora la sensación y la noticia de que se irá de casa, tras dejar de verlos, que no supe como calmar mis nervios... Gracias abuelo —dijo Kiona ya mas calmada, si era con eso que viviría. Podría soportarlo.
Después de todo cedería hasta su vida a su propio hijo. Con tal de verlo feliz. Por lo que, una vez pudo sentir un alivio mental, se despidió oara descansar en su habitación, este día había sido muy agotador para ellam y eso que ni comenzaba.
Tras esa charla, el viejo Quil acompañó a Billy fuera de la cabaña y ambos quedaron hablando al respecto.
—Ahora que estamos solos, ¿Que fue todo eso?—pregunta chismoso Billy.
—Kiona fue víctima de una historia a su conveniencia de la niña inmortal. Encajando en una relación inaudita del joven nativo que la acompaña en relación con mi nieto. Mi nieto realmente se imprimió de la niña, y no hay remedio para ello, solo el de aceptar y hacer más fácil su retiro de la tribu. —explica el viejo Quil.
—Ya veo. ¿Y cuando los conoceré?—pregunta Billy.
—Supongo que eventualmente llegaran custodiados por la manada, fueron a nadar al mar. —respobde el viejo Quil.
Siendo asi como ambos ancianos del concejo se toman el día para esperarlo. Si volvían con la manada, eso sería nuevamente inducida a otra reunion de concejo. Y para ir y venir, ya mejor se quedaban en la cabaña con Kiona.
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Niña Inmortal (Crepúsculo)
FanfictionEn la historia de los vampiros cuentan que los niños inmortales eran seres considerados aún más bellos superiormente a lo que uno de la propia existencia inmortal lo fuere, la ternura y la belleza tocaba profundo en todo aquel ser que los viese, tan...