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Después de algunos meses, NamJoon terminó con la compra de una casa más amplia en el centro de la cuidad, le había costado un poco mantener el secreto sabiendo que SeokJin estaría un poco preocupado por el gasto que representaba, ahora que iniciaban una nueva etapa.

Cuándo tuvo las llaves del condominio en sus manos, se aseguro de llegar a tiempo a lado de su amado, el lo estaría esperando, impaciente por tenerlo a su lado cuando le entregaran en brazos al sueño por el que ambos habían luchado.
Miro a SeokJin frente a la puerta del pequeño edificio, pensando en cuanto tiempo había les había costado llegar hasta ese momento, habían sido meses difíciles, creyendo que no debían de mantener ninguna ilusión por qué sabían que con cualquier pequeño error todo se vendría abajo y a pesar de ello rogando cada día por qué fuesen elegidos para darles lo que más anhelaban.

Tomo la mano de su esposo, cuando estuvo a su lado y beso su mejilla con el propósito de mantenerlo tranquilo.

—¿Aún no podemos tenerlo?

Pregunto en un susurro, peinando con su mano libre los cabellos que cubrían finamente su rostro.

—No, debemos esperar a que despierte, para que no se asuste.

Respondió SeokJin, pensando en que la espera más larga no había sido la que había hecho estos años, sino, la que estaba haciendo estos últimos minutos, antes de que todo terminara y comenzará para ellos.
Aquella espera que los impacientó, terminó cuando una mujer los recibió gustosa y los guío dentro del edificio hasta una pequeña sala de espera, dónde otra mujer los esperaba con su pequeño sueño entre sus brazos.

Aquel momento no podría ser descrito por ambos, ya que parecía que ninguno estaba realmente preparado para el sentimiento que inundaba su mente y sus corazones, SeokJin estaba paralizado a comparación de NamJoon que seguía sin soltar su mano. Ambas mujeres notaron aquella incertidumbre que también los acompañaba y les sonrieron pensando en que no se habían equivocado al elegirlos como nuevos padres.

—Es todo tuyo, puedes cargarlo.

Una de ellas rompió el silencio y se acercó extendiendo al pequeño cuerpo envuelto en una manta celeste, el rubio soltó la mano de su amado,extendiendo los brazos sin pensar mucho lo que estaba haciendo, pero que ansiaba desde hace tiempo. Sostuvo el aire en sus pulmones, temiendo arruinar el momento con solo respirar, ya que en el instante que sintió el calor del pequeño cuerpo pegarse al suyo, sintió que no había nada más en el mundo que deseara amar y proteger, su mirada busco a NamJoon para sonreírle antes de que sus ojos se inundara de lágrimas.

Su amado se acercó para rodear a ambos, besando su frente mientras repetía que ambos serían buenos padres y que el bebé que estaba entre ambos era la prueba máxima de su amor, que no importaba en lo absoluto que hubiese llegado a sus vidas años después en otra familia, ellos lo amarían hasta que sus corazones dejarán de latir.

Varios minutos tardaron, cuando los sentimientos de ambos estuvieron más tranquilos y las lágrimas dejaron de recorrer sus mejillas, recibieron los papeles del pequeño que jugaba en brazos del rubio, atento a lo que su padre le susurraba, haciéndolo reír y emprendieron el viaje a su nuevo hogar.

Mientras que en el camino dentro del auto, NamJoon dudoso le entrego a SeokJin la última carta que había quedado pendiente entre ellos.

—Antes de que leas la carta, debes de abrir la guantera.

Dijo NamJoon, sintiendo que el corazón se le salía del pecho, quiso agregar algo más a aquel mágico momento que ambos estaban viviendo, pero cuando volvió a mirar a su amado oliendo gustoso el ramo de violetas que estaba en sus manos, supo que no había acto más preciso que sellará su amor eterno que esa simple acción. SeokJin se acercó a NamJoon y susurro suavemente en su oído.

—Ya lo sabía

Aquellas palabras vibraron en su mente y en su cuerpo, lleno de incertidumbre que en un momento se desvaneció cuando le sonrió antes de bajar del auto, cuándo llegaron a su destino.

Lo siguió está vez siendo él quien cargo a su pequeño y tomo su mano besando su dorso, dándose cuenta que SeokJin siempre lo supo.



























[🌼]
Había pensado en mi vida solitaria, creyendo que jamás encontraría a alguien que me amará.
Sí, me faltaba algo, pero ese algo no era una semilla en esta sandía.

Y esa persona que me enseñó aquello, tomó mi mano con sus sueños para mostrarme que había más caminos.

Soy un hombre completo, por qué otro hombre me amo.

Soy tu hombre completo, por qué otro hombre tomo mis sueños rotos y los besó, los reconstruyó y me hizo creer de nuevo en ellos.

[🌼]




Fin.





















Estoy inmensamente agradecida por las lecturas que tiene Violetas, y al mismo tiempo estoy un poco nostálgica.
Muchísimas gracias a todos ustedes que leyeron está historia, se los agradezco de todo corazón.
Se que está historia tardo en llegar a su fin, pero no podía dejarla ir tan sencillamente y me reusaba a darle su final.

Con esta historia doy fin temporalmente al Shipp NamJin que tantos años me ha acompañado.

Muchísimas gracias nuevamente y tengan por seguro que está historia se lleva una gran parte de mi corazón, espero que puedan acompañarme en las siguientes historia.
Gracias nuevamente y cuidense mucho, un abrazo a todos. ♡

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