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SeokJin arrugó la carta que estaba en sus manos y la destrozó dejando solo recuerdos de lo que ahí estaba escrito, sorbió su nariz y limpió con fuerza las lágrimas que corrían sin permiso por sus mejillas. No le importó dejar su suave piel roja por la fuerza que había usado contra si mismo.

Guío su cuerpo hasta el cajón del mueble de la sala donde guardaba con recelo las cartas que había recibido durante todos esos días de su pretendiente secreto, sacó todos los sobres que seguían pulcros al igual que la última carta que había recibido, rompió los papeles de color pastel con toda la fuerza y rabia que ahora invadía su ser.

Aquel desgraciado que había intentado llegar a su corazón, había tocado esa página de su historia con NamJoon que nadie conocía. Se sentía expuesto al pensar que alguien le vigilaba y sabía cada detalle de su vida.

Tiró los restos que alguna vez le hicieron feliz y se limitó a desbordarse en llanto por recordar el sentimiento que le causaba esa situación, había sido un tonto al pensar que a alguien más que su amado le había interesado.

Y ahora que se sentía expuesto no sabía cómo debía de afrontar esa situación y si debía de decirle a su esposo que estaba recibiendo cartas de alguien extraño que intentaba cortejarle y él lo había permitido, seguro NamJoon estaría molesto por aquello.

Horas más tarde, cuando NamJoon llegó del trabajo, miro a SeokJin envuelto en una manta sobre la cama, tenía la nariz roja y los ojos llorosos.

No quería ver a su amado llorando cuando él la noche anterior, lo había tomado y le había susurrado lo mucho que deseaba cumplir su sueño. En los años que llevaban juntos, había hecho lo posible para que su condición no afectará a su matrimonio y cuando SeokJin lloraba era solo por ese motivo, por eso verlo sobre la cama le asustaba un poco, sabía lo que vendría y sabía que no podía hacer mucho para hacerlo sentir mejor.

Dejó un beso en su frente después de aflojar su corbata y guío sus pasos hasta la cocina para preparar ese té dulzón que ambos tomaban cuando los ánimos caían.

Mientras el agua hervía, miro la hoja pastel que se asomaba del cesto de basura, NamJoon no tuvo que pensar tanto para darse cuenta que era una de las cartas que eran para SeokJin y ahora que recordaba su contenido sabía que había cometido el error más grande de todos los tiempos.

Sus manos por primera vez temblaron y apagó el fuego para servir el té en una taza, endulzó el líquido y caminó de regreso a la habitación un poco temeroso pensando en que su esposo se había dado cuenta de todo.

❝ Violetas - knj • ksj ❞ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora