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recuerdos abrumadores de cómo el amor se escabulló en pequeñas gotas de silencio y indiferencia

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recuerdos abrumadores de cómo el amor se escabulló en pequeñas gotas de silencio y indiferencia. pequeños silencios que acabaron lentamente las risas, carcajadas, susurros llenos de complicidad que dejaba volar la imaginación y apaga todo a su alrededor. ojos tapados por hiedras venenosas que dejaban oscuridad en su vida y mundo ¿podrías encontrarme incluso en tu olvido, rindō? ¿podrás escuchar mis lamentos en gritos de silencio y dolor? ¿podrás decirme lo mucho que me amas cuándo la estés besando a ella?

fácilmente te diría que no la miras como me miras a mí, que no la besas cómo me besas a mí pero no quiero caer en burbujas de mentiras que danzan a mi alrededor recordando lo miserable que me siento respecto a tu infidelidad, no quiero caer en pensamientos que me duelen cada vez más, pensamientos que me recuerdan tu falta.

acostado nuevamente en esta cama recuerdo tus vacías y burdas palabras de moralidad absurda y hipócrita, sintiendo mareos que terminan en largas secciones de vomito en el baño, expulsando lo poco que comí y un tanto de sangre ¿crees que pueda soportarlo un poco más? ¿crees que puedes venir a casa ya y decirme que todo está bien aunque nada lo esté?, quiero dormir, descansar mi mente de tanta neblina que jode mi poca estabilidad emocional. mis ojos zarcos admirando nuevamente aquella foto dónde sales tan amoroso con una chica ¿pelirosa? ¿cabello salmón o coral? no lo logro diferenciar por las lagrimas que abandonan mis ojos y arrojé el celular lejos de mí queriendo dejar de ver aquella foto que me jodía cada segundo más, la foto clara de tu falta hacía mi amor. 

te quiero ver, te extraño mucho y necesito que vuelvas, rindō. necesito tus abrazos y tus besos. hace mucho no te fuiste a aquella ''junta de trabajo'' según tú acompañado de ran y sanzu en chiyoda. pequeño mentiroso, pequeño niño malo. ¿por qué le mentirías tan descaradamente a tu esposo pretendiendo que alguien tan tonto como yo te creería eso?

hace un mes creí que éramos sólo tú y yo, qué éramos aquello denominado 'medias naranjas' o cómo tú solías decirle 'el amor de mi vida'. hace un mes creí que estábamos en la mejor etapa de nuestra relación, de nuestro matrimonio que día a día, noche a noche; buscaba reforzar y mejorar. pequeños detalles en nuestros trabajos, cartas con pequeños versos armoniosos de nuestro amor, caricias, besos, suspiros y éxtasis de pasión intenso en largas noches, flores amarillas. una flor rosa amarillenta cada noche que salías estaba puesta encima de la mesa de la cocina, una rosa amarilla reposando en nuestra cama cuándo salías de ''viaje de negocios''. perdieron el color en cada larga noche de frío y silencio, rindō. cómprame  más.

¿cómo fue que me dejaste de amar? ¿en qué momento tus besos perdieron el mismo calor intenso? ¿en qué momento tus abrazos buscaron otra piel dónde dejar suaves caricias? 

me siento mutilado, pequeño y abandonado. cuéntame la verdad, rindō, no me mientas una vez más por qué siento que moriré . dormiré profundamente para olvidar cada momento de tristeza para borrar de mí mente y corazón esta amargura que me está ahogando y lastimando pero dime ¿cómo fue qué me dejaste de amar? , yo aún podía soportar tu tanta falta de querer. 







( . . . )






― ¡regresé a casa, souta! ― habló el haitani menor cerrando detrás suyo la puerta de la casa dónde ambos vivían desde hace cinco años cuándo se casaron y se mudaron juntos. buscó con su mirada al menor fallando en el intento ya que no estaba ahí, el silencio sepulcral adornaba aquella apagada y vacía casa. ― ¿souta?

caminando hacía la cocina encontró una copa de vidrio rota en el piso, un charco de vino en el piso dónde descansaba encima una rota y ya vacía botella de vino. ¿qué demonios había pasado allí? ¿acaso fue souta o algún amigo?, sou no era de beber y menos dejar este tipo de desorden. caminando hacía la habitación encontró tirados en el piso fotos, fotos tanto suyas como de él mismo dónde posaban ambos. incluso la foto de su matrimonio estaba ahí mojada por algo que supuso que era vino. tomó el picaporte de la puerta abriendo la habitación que compartía con su marido encontrando al peliazul ordenando su maleta con  su cabello ahora lacio cayéndole en su cara  obstaculizando a rindō de poder verle la cara bien. 

el kawata menor se paralizó ante el llamado temblando gracias al llanto desefrenado que aún caían por sus mejillas como si fueran cascadas, sus mejillas sonrosadas con fuerza y sus pequeños ojos hinchados de tanto llorarle a su corazoncito azul roto, a su corazón que fue dejada cristalizado en miles de pedacitos incapaces de poder arreglar, no él, no rindō, no nadie. en un arrebato de rabia tomó su celular y se lo lanzó a rindō el cuál a duras penas pudo tomarlo evitando que le pegara con fuerza en su rostro.

― ¡¿QUÉ SUCEDE, SOUTA?! ¿POR QUÉ ME LANZASTE EL TÉLEFONO? ― gritó mirando con enojo y sorpresa al adverso el cuál terminaba de cerrar su maleta amarrando sus cabellos azules en una cola de caballo ahora sí dejando ver su rostro magullado. ―

― quiero el divorcio, rindō haitani. no quiero verte nunca más en mí puta vida. ― tomó el suficiente aire como para sentirse un poco  > no mucho realmente <  bajando la maleta de la cama tomándola con fuerza. ― ¿qué tan bien te trata tu amante, mi amor?

rindō sabía de lo que hablaba abriendo su boca para responderle pero no pudo, su respiración se agitó y su garganta se contrajo ante lo dicho por el menor. la mano que aún tenía el teléfono de angry se elevó lo suficiente para que los ojos violáceos de él pudieran ver aquella foto, la foto de su clara falta de querer. 

 

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𝗼𝘂𝘁 𝗼𝗳 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗲𝘅𝘁 ︙ 𝗿𝗶𝗻𝗴𝗿𝘆.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora