Amor

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Tom freno en seco su caminar al oír un golpe en seco a la distancia.

—Idiotas—. Murmuró al pensar que se trataba de sus amigos, ya que aún con el tiempo siguen cayendo como la primera vez que entraron.

—Mendigas serpientes—. Se quejo James al tratar de levantarse, eso había dolido, no tanto, pero dolió.

Como sus piernas habían podido se levantó, girando su mirar de izquierda a derecha tratando de orientarse.

Que mierdas—. Refunfuño al no tener ni la menor idea de ese bendito lugar

«Vaya, Hogwarts tiene tantos lugares sin descubrir»

Pensó encantado, podrían seguir con la apuesta de quien encuentra más lugares ocultos con Peter.

«Primero que nada, ¿Dónde estoy?, No sabía que teníamos subsuelos»

Pensaba mientras empezaba su caminata por el desconocido lugar, girando de izquierda a derecha, tratando de orientarse.

—¿Salen ya?—. Ordenó una voz bastante irritada, que el ya conocía a la perfección.

Fue cuando James cayo en cuenta que no estaba solo, colocandose la sábana de invisibilidad encima, se encaminó más hacia de donde salían los llamados irritados del mayor.

Bartemius... Liangfe... Malfoy... ¡Severus Snape!—. Anumero irritado, de no obtener respuesta.

Mientras James de encaminaba por la dirección de la espalda del mayor, a paso lento y silencioso.

Potter

James freno impresionado al sentir un fuerte impacto después de escuchar el "EXPELLIARMUS" salir de la ronca voz de Tom.

Un jadeo mezclado con una leve risa con fin de burla salió de sus delgados labios antes de hablar: —Predecible

Y tu un maldito—. Jadeo al levantarse del frío suelo. —. ¿No puedes fingir ignorancia?

—No—. Jadeo con burla, esperando a que el castaño se pusiera de pie.

—Imbecil

—Bobo—. Contraataco con simpleza.

—No sabía que tenías tu propio lugar para hacer tus tom-tadas—. Se burló limpiando sus piernas del polvo inexistente.

—No me provoques—. Advirtió dándole la espalda para seguir su camino por el pasillo.

—¡WOW!, ¿Slytherin?

—Salazar Slytherin—. Aclaró, siguiendo viendo con admiración el gran monumento.

Lo idólatras, que tontería digo-, es solo un sangre purista supremacio.

Potter, arrepientate.

—¿Porque?, ¿Por decir la verdad?

—Primeramente, ¿Quien mierda, te digo sobre este lugar?

Chouch

Maldito hijo de-, idiota, y tú muy obediente, ¿no?

—Pues si, ¿cómo la ves?

—Deberias estar en clases.

—¿Te mordiste la lengua?

—Largate—. Giro de nuevo ignorandolo.

—Tom. Yo no tenía la intención de malgastar tu tiempo...

—Lo estás haciendo ahora.

James ignoro los leves siseos de Tom.

—Yo no te quería dejarte plantado, solo que McGonagall llegó con unos tipos para poder presentarse en el equipo y me salió con "si no querías ser el capitan lo hubieras dicho desde el inicio Potter" y yo de "¡¿Pero porque?!", Y después tú estabas con esa cara de "si te me acercas te mato" y también no sabía que hacer porque, porque, ahhh, yo nunca he estado en un cita, si, eh preguntado, ¡Pero me han rechazado!, Y si hubieran aceptado seguramente Moony y Wormtail se hubieran encargado de todo, mientras Padfoot se reiría de mi, y ¡Ahhh!, ¡¿Tan si quiera me estás escuchando?!

Tom frunció un poco el entrecejo, tratado de entender lo que prácticamente le rapio James, antes de soltar un "ujum", mientras asentia lentamente.

—¡Pero Moony dijo "debes hablar con el", y yo de verdad quería hablarte!, ¡¡PERO YO NO QUERIA ROGAR!!, PERO ES QUE, ES QUE, Soy un gryffindor, un gryffindor, que te quiere...

—¿Encerio?—. Ladeó Tom la cabeza hacia la derecha, tratando de lograr ver a James que mantenía la cabeza baja. —¿Encerio?—. Cambio la sonrisa ladina, por una expresión seria, levantando el mentón del menor, mordiendo levemente su labio inferior al notar las mejillas totalmente rojas del león.

Si... Este es el momento en el que dices que tu igual me quieres.

—No. Queda mejor que te bese...

Y dicho y hecho, ambos jóvenes juntaron sus labios tomandose el tiempo para disfrutar del suave sabor de sus labios, la sincronia en la que bailaban era semi perfecta, excepto por los momentos en los que James esquivaba los labios contrarios para recuperar la respiración y en los que Tom esperaba con ternura a qué James recuperará la postura, mientras una leve sonrisa ladina lo acompañaba.

Las cónicas manos de Tom, tomaron posición entre las suaves caderas de James y la fina tela de la camisa que portaba, sacando un leve respingo al menor.

No te quiero James... Yo te amo

No había necesidad de más. Ahí frente a la gloriosa escultura de Salazar Slytherin un mestizo y un traidor de la sangre, se juraron amor, no hubo necesidad de palabras, ni de más, ahí se quedaron disfrutando de su momento, abrazados y disfrutando de sus besos e caricias...

SILENCIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora