Paciencia

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La torre del reloj...

Seis adolescentes, una dama, cinco caballeros, una serpiente, cinco leones.

—¿Y?, ¿Que esperan, una invitación?

Cuatro de los varones presentes, tragaron su orgullo, soltando un largo suspiro antes que de uno por uno se empezaran a disculpar con una de las "mayores serpientes de slytherin" Severus, o como ellos preferían llamarle "Quejicus" Snape, el pocionista estrella de su generación.

—Lo sentimos Snape, <prometemos>, ya no causar más molestias—. Hablo Remus "El merodeador más sensato" Lupín, usando su disculpa incluyendo a sus amigos.

Si, <perdón> Quejicus—.

La única dama pelirroja, bufo molesta, sabía que el "crush" que tenia Potter por ella había acabado, y aunque suene cruel, ya no tenía ese poder de "manipulación", que puede que usaba mayormente a convenencia. Pero al terminar ese "amor", tenía que recorer a la única persona que puede controlar a los merodeadores solo con mover un solo dedo, y ese era Remus Lupin.

Remus, aunque sensato ella sabía que apoyaba a sus amigos, con diálogos o con puños... Lo que fuera primero.

Ella con todo el respeto y control que contaba sabía que si hablaba con el debido respeto el la ayudaría sin problema alguno.

Ella contó directamente lo que había pasado en el jardín del gran castillo.

El dudo al inicio, podría jurar que sus amigos ese dia habían acudido a un castigo en la biblioteca, aunque hablando sinceramente lo dudaba. Pero su posición se doblo al escuchar a la roja decir que su amistad con Severus casi se acaba por culpa de la maldita broma de los tres merodeadores. Remus bufo con estres el sabía que la relación de la roja y el de verde era muy fuerte, pero también conocia la intensidad de sus amigos, así que sin pensarlo demaciado bajo con grande sancadas las escurridizas escaleras, rumbo al gran comedor, tomando de la oreja a James y a Sirius, haciendo frotar a Peter, los cuales rogaban a Remus que parara porque no habían hecho nada.

Volvamos donde ustedes tienen una breve idea.

—Y tu, Black. ¿Esperas una invitación?—. Reclamo la pelirroja.

Moony, ¿Podría seguir conservando mi orgullo y dignidad?—. El nombrado resoplo rodando los ojos.

—Tal vez, necesiten privacidad—. Sugirió antes de salir tomando la mano de sus amigos, y segundos después escuchar los pasas detrás de ellos.

El de cabellera rizada soltó aliviado, giro hacía su compañero, topandose de frente al pelinegro con cara de fastidio del menor.

—Emm, Snape—. "Esto es difícil"—. ¿Cómo estás?

La delgada ceja azabache se levantó con irritación—. Bien, Black. Termina con esto de una vez.

—Sabes, no soy de palabras, soy más de hacer estupideces—. El mayor no paro al oir el "No podría llevarte la contraria"—. Osea, no pienso primero actuó y por desgracia actuó mal y después pienso y...

—Al punto.

—Me, me, tu, bueno tú, yo solo, no se en que momento...

—El gran Sirius Black, ¿Tartamudeando?—. Se burló, aunque se compuso al ver el sonrojo en el gryffindor.

Tu me plais

¿Que?

—Me gustaría que fuéramos amigos—. No freno al ver cómo el pelinegro empezaba a formar una leve o buscando una explicación—. No como la que tengo con Remus o James o Peter o como tú relación con Evans, si no más, aprender a comportarnos.

SILENCIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora