Ya han pasado seis años, son las dos de la tarde y está lloviendo como la primera vez.
En esta carta quiero dejarte todo mi amor, y decirte "Gracias" por haberme ayudado,
por haberme entendido... Son las dos de la tarde y está lloviendo como la primera vez,
tal vez por eso me cuesta tanto decirte adiós...Leía y releía una y otra vez la carta. Las lágrimas amenazaban con salir pero se retenía, no quería llorar en medio de el parque, no frente a todo el mundo. Pero una persona que pasaba alejó todos sus pensamientos, Yuta, Nakamoto Yuta se encontraba en ese lugar, en ese mismo lugar que hace seis años atrás.
—Que pequeño es el mundo, quién iba a decirlo—Habló acercandose al japonés quien al verlo sonrió algo forzado—Dios mio, ahora entiendo por el dolor que te hice pasar.
—Él... ¿Te dejó? —Interrogó el mayor frunciendo el ceño y habló nuevamente cuando el otro asintió—Lo siento por ti, realmente te comprendo, amigo.
—¿Aún me guardas rencor? —Preguntó esta vez Jaehyun.
—Todo es pasado, esta bien—Sonrió leve el japonés.
—Entonces si eres mi amigo hazme un favor—Rogó el menor—Ayudame a encontrarlo Yuta.
—¿De qué te serviría traerlo contigo? —Preguntó Yuta haciendo una mueca de pena—No puedes retener lo que ya perdiste.
—Ayudame a buscarlo por favor, Yuta, te lo ruego—Pidió el coreano tomando al otro por los hombros sin ejercer mucha fuerza.
—Has sido solo un pasajero en la vida de Sicheng—Habló el mayor intentando razonar.
—Quién iba a decir que me tocaría pasar por lo mismo que te hice pasar a ti—Se lamento Jaehyun, pasando sus manos por su cara—No lo entiendo, te juro que lo he querido tanto, yo nunca pense que me pagaría de esta forma.
—La vida es así, uno siempre tropieza la piedra que una vez tiró—Suspiró Yuta—La vida es así, algún día nos pasa la cuenta, quieras o no.
—De verdad ¿Aún me guardas rencor? —Volvió a preguntar el menor.
—Te juro que no—Volvió a negar Yuta.
—Entonces ayudame a traerlo de regreso por favor—Rogó el coreano una vez más, con lágrimas acumuladas en sus ojos.
—Olvídate de ella y empieza de nuevo—El mayor habló sin titubear—Si yo lo he conseguido, tú puedes hacerlo.
—¡Por favor! Lo necesito, te lo ruego—Jaehyun había comenzado a sollozar.
—¿No ves que todo esto es una locura? —El japonés había tomado a Jaehyun por los brazos para que se calmara—No pensaba encontrarte aquí, pero no me puedo ir sin decirte la verdad. Intenta seguir mi consejo y olvidarla, aunque te duela porque desde el día que te dejó... Volvió a mi lado.
Y Yuta se fue, esperando no encontrarse nunca más con aquel hombre.