IV

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-¿Cuál color le gusta más, su alteza?

-... Creo que prefiero el azul.

-¡Bien, empezaré a acomodar todo!

Ha pasado 1 semana desde aquel "incidente". Hoy mismo también faltan 5 días para mí coronación, algo que el reino celebra desde hace mucho.

Y de hecho, estoy eligiendo las decoraciones para el evento previo a esta: Un banquete donde nobles y plebeyos se mezclan libremente en un gran baile de máscaras.

Claro que no se me ocurrió a mí, sino más bien es una tradición.

Pronto escuché que me llamaban, así que atendí. En una mesa unos sirvientes estaban debatiendo si se debería escuchar más el violín, o si por el contrario, debería escucharse el piano.

-¿Que piensa, yuno-sama?

-Bueno... Creo que ambos son buenos. No tengo preferencia alguna.

-¡Entonces serán ambos!

-Lo que diga su alteza... ¡De otra manera hubiera sido el piano!

-¡No, hubieron sido violín!

Reí incómodo ante esto, y volví a escuchar que alguien me llamaba: esta vez fue preocupante.

-¡SU ALTEZA, EL... EL ESPÍRITU VOLVIÓ A APARECER!- gritó uno de las sirvientas saliendo de la cocina.

Todos se han convencido de que tengo algún tipo de poder para auyentar espíritus... La verdad es que el demonio desagradable que tengo se la pasa asustando y molestando a la servidumbre. Incluso una vez espantó al rey kira. En mis adentros lo regañé por eso y pronto me contestó que estaba aburrido esperando. ¿Que espera? No sé exactamente, dice que es una sorpresa...

Ahora no tengo la más mínima idea del por qué estaba tan aterrado, si es un demonio infantil y travieso; parece un niño.

En fin, me ocupé de aquella ''aparición'', en el camino me detuve. Un tanto molesto por este asunto, extendí mi mano y ordené a todos los presentes que se quedaran ahí lo que obviamente les dejó con confusión. Y siguiendo con mi camino fuí a ver a ese molesto idiota.

Entré y estaba molestando a los cocineros mientras una... ¿Niña? estaba defendiendolos.

-¡No te acerques a mi maestro, demonio!

Ante esto, él avanzó más.

Era una cómica pelea...

-Que bonito, que bonito, demonio.- Mencioné sarcástico.

Ambos se quedaron paralizados, la chica se puso roja, luego cayó de espaldas. Y el pelicenizo se volteó lentamente, como si estuviera esperando que desapareciera. Claro que no fue así y en cuanto me vió se esfumó haciendo un ruido extraño.

-¡Yuno-sama! ¡Lo auyentó, estamos salvados!- Rodearon a la niña tirada en el suelo, y hicieron una reverencia.

Despúes de esto un comunicador sonó en el bolsillo de la chica. Ella aún tirada lo sacó y respondió, no alcanzé a escuchar, pero un portal se abrío y de ahí salió un chico pelicastaño. La sacudió en el aire y luego me vió. Este se quedó inmóvil, pero no por verme, se notaba. Salió y se arrodilló para darme una noticia.

-¡Su alteza yuno, están atacando la capital, debe ir a un lugar seguro! ¡La servidumbre está siendo evacuada, las órdenes se encargarán de esto! ¡Yo lo llevaré!- Ofertó.

Nadie en su sano juicio lo rechazaría, o remotamente, cuestionaría. Según el la capital está siendo atacada, un caballero mágico lo dice.

Pero hay una razón, mas bien, un demonio que me incentiva a desobedecer.

𝐓𝐡𝐞 𝐓𝐰𝐨 𝐄𝐦𝐩𝐞𝐫𝐨𝐫𝐬. (𝘣𝘭𝘢𝘤𝘬 𝘤𝘭𝘰𝘷𝘦𝘳)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora