VIII

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-¿¡Que hiciste ahora, Fuego!?- Murmuré.

-¡Solo se que cuando llegué, estaban él y un caballero de los toros negros luchando por escapar, pero el caballero quedó dentro!

-¿¡Siquiera está bien el pobre hombre!?

-A estás alturas, decir que está en óptimas condiciones es ambición...

Estando a punto de abrir mi boca, sentí el agarre caliente. Volteé a ver a mis acompañantes con absoluto terror para descubrir que él me veía con la misma esperanza de que no fuera real.

-¿Así que... Otra sanguijuela?- Preguntó la voz femenina.

Mierda.

Regresé al palacio con todas mis ropas razgadas y todo quemado. Esa mujer es toda una bestia.

Mereoleona Vermilion es la mayor de la casa Vermilion, pero no es ella la cabeza, sino su hermano menor, Fuegoleón Vermilion. No es por qué no sea fuerte ni digna, es por qué hace mucho salió a entrenar por qué odiaba tener que actuar como una señorita, y prefería no ser la cabeza de la casa.

También es famosa por ser salvaje. Se sabe que no es muy femenina, y ningún hombre la ha querido desposar. Ninguno que haya peleado o convivido con ella se atreve a pedir su mano.

Ella es todo un caso.

Me bañé para olvidar el incidente, tenía que relajarme

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Me bañé para olvidar el incidente, tenía que relajarme. Después de todo, mañana apenas podré respirar.

El agua tibia que decidí preparar yo mismo calmó todos mis sentidos, el agua me ayudó mucho con mi sueño. Los aceites que le puse también fueron de mucha ayuda.

Salí envuelto en una toalla y me cambié, esperando que al dormir, mi cuerpo sanara de todo rasguño y con suerte, morir mientras sueño.

Oh, y ver a ese diablillo si que se siente como morir, pero no de la manera satisfactoria.

¿Es posible que la muerte sea satisfactoria?

Ugh.- ¿Ahora que quieres?

El familiar espacio de plática que designó él se hizo presente. Se encontaba sentado en medio del aire con una pose despreocupada, y su cara aburrida diaria.

-Que grosero, y después de que te ayude contra ese... Flacucho...- Soltó con su tono habitual.

-Mira, no tengo ganas de discutir, dime lo que tengas que decir y... Déjame dormir...

-¿Estás exhausto, cierto?- Yo asentí con flojera y se limitó a verme con compasión.- Je, pobre. Por eso, yo no hago nada~

-Me queda claro.- Solté con molestia.- ¿Qué quieres entonces? ¿Para que me molestas?

-Oh, cierto. Ehm, ¿Dices que en un día te coronas, verdad?- Preguntó con lentitud.

Volví a asentir, esta vez extrañado por su tono.

-Ok, préstame un traje de esos que usan los humanos. Debo verme elegante si quiero actuar como tú mejor amigo.

Lo miré estupefacto, ¿que se cree?

-¿Qué? ¿Planeas asistir a mi coronación?

-Si. No esperas a que me quede aquí mientras los humanos caen en placeres mundanos, ¿verdad? Quiero comer ese famoso helado que tanto les gusta.

-... ¿Entras consciente que el helado no es algo que se incluye en el menú?

-Tu no lo incluyes, yo sí. Pero como sea, mañana me preparas un traje o vestido, no se que acepte está sociedad como masculino.

-No, no dejaré que vayas.

-¿No dijiste que preferias no discutir? A este paso, amanecerá. No soñaras nada, ni se te activará ese órgano de placer con tus sueños.

-¿¡Que!? ¡No seas tan descarado!

-¿A qué te refieres? Es parte de tu cuerpo, no le veo importancia. O tal vez te gusta...- Dijo.

-¡Sigue las normas de convivencia social, demonio!- Exclamé molesto.

-Me vale mierda. Solo dime qué color me queda bien, yo creo que un rojo o morado oscuros...

-¡No seas tan confianzudo!- Exclamé en un susurro.

-Bah, mañana lo decidiré.- Encogiéndose de hombros.- Mientras tanto, ten mucho cuidado en tu coronación.- Resaltó.- Sabes que no me interesa el color que porto ni tus pequeñeces de ahí abajo.- Señalado mis partes... Bajas...

-Verás, últimamente he percibido bastantes alteraciones en tu cuerpo. Sin que te des cuenta, tus magias han incrementado, pero pueden salirse de control en cualquier instante. Eso no significa que no sean domables, solo que debemos encontrar las alteraciones que provocan eso. Tampoco lo confundas con que eres poderoso ni nada, solo te acercaría al la índole de la locura, quienes tienen un diablo como yo, tienden a caer en la oscuridad.- Explicó seguido de unos momentos de silencio.

-Jeje, algo muy contradictorio con lo que son tus magias...

-¿Cómo que alteraciones...?

-Tus hormonas no se dispararon solo por "la temporada", alguien está intentando provocarte desgracias contra tu preciada reputación.

Sabía que nada iba a salir en color de rosa.

-Sí, alguien está usando otro tipo de magia, algo que no depende de tu maná. Básicamente, intentan usar brujería.

-¿Brujería...? ¡Oh, ¿La magia más antigua que la arcana?! ¿¡Es eso posible!?

-Por ahora no es tan grave. Solo son cambios leves en tu cuerpo, pero por como empezaron, supongo que intentan tacharte de pervertido o asesino. En tu posición, es muy perjudicial.

-¿Sabes quien lo hace?

-¿Me ves cara de adivino?- Desvíe mi mirada.- Solo sé que no es alguien con quien interactues mucho, o simplemente ni sepas que exista.

-Entonces, ni idea... Uhhh- Bufé con fastidio.

¿Por qué pasa esto justo cuando estoy exhausto?

Si tengo que elegir personas que no conozca, serían ex nobles, alguna mujer que haya rechazado, o algún plebeyo resentido con la realeza.

Y entre los que conozco, probablemente un noble, de esos lamebotas aprovechados a quienes no hice caso.

Mierda. Mierda, mierda mierda.

¿Por qué no me muero y ya?

-Jeje~ Te veo abrumado... ¿A quien estás señalando~?- Sacándome de mis pensamientos. Tenía una cara de satisfacción que quería arrancarsela a puñetazos.

-No sé, no se me ocurre nadie en especifico... Uhm... Solo quiero dormir...- Cansado.

-Oh, pobre... No tomas en cuenta que el tiempo pasa más rapido de lo que percibes aquí. En tu realidad ya empieza a acercarse el amanecer, en unas 4 horas tus sirvientes vendrán a interrumpir tus pocas horas de sueño.- Dijo con burla.

-¿Y por qué no me dejas en paz? Déjame descansar...

-Si tan cansado estás, ¿por qué no sales?

-¿Hm?

-Hace rato pudiste haberlo hecho, no se por que sigues aquí.

𝐓𝐡𝐞 𝐓𝐰𝐨 𝐄𝐦𝐩𝐞𝐫𝐨𝐫𝐬. (𝘣𝘭𝘢𝘤𝘬 𝘤𝘭𝘰𝘷𝘦𝘳)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora