VI

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3 días para la coronación.

Desperté en mi cuarto y con vendas ajustadas en mi brazo. Lo único que percibía más allá de eso era el punzante dolor en mi pecho, entre los pulmones y el corazón.

Las sábanas estaban revueltas con la figura de que alguien había dormido ahí; no quiero saber que pasó, aunque lo supongo.

De un brinco me levanté y deshice la forma plasmada ahí. Descubrí algo: Me tiemblan las piernas.

Ignorando ese desagradable hecho, peine un poco mi cabello, me lave las manos y me puse un traje un poco más formal para salir de mi habitación.

Saliendo de ella, la servidumbre que se encontaba en el pasillo parecía estupefacta al verme caminar: Incluso una dejó caer un par de cubiertos por la impresión.

¿Que pasa?

-¿¡Entonces dices, por milésima vez, que ayer yuno estaba perfectamente, y que también ayer en la madrugada estaba a punto de sucumbir en la demencia!? ¡Esto es imposible!

Pasando frente a la oficina del rey, se escucha un fuerte conflicto.

-Pero su alteza, es cierto... ¡No puedo explicar lo que sucedió, pero estoy seguro que el vice-capitán de los toros negros será capaz de encontrarla!

-¡El NO es médico, tú sí, y no eres capaz de darme un diagnóstico certero!- Golpeó bruscamente la mesa- ¡Se trata de mi sucesor, Owen! ¡El será la cabeza del reino, estará incluso encima sobre julius!

-Señor, créame que en cuanto el noble Faust despierte, le daré una respuesta...

-Disculpe la interrupción, su alteza August.- Salí de mi escondite antes que todo se pusiera peor. -No pude evitar escuchar su conversación, ya que escuché mi nombre.

Ambos me miraron con los ojos más abiertos que haya visto.

-¿...Yuno...? - Owen, el médico real, estaba más sorprendido que el mismo Rey.- ¡Y-yuno-Sama! ¿¡Cómo es que está así, tan perfectamente!?

-¿¡Ves, Owen!? ¡Te dije que el es la esperanza del reino, y que unas dolencias no serían nada!

El rey Kira; aquel que me acogió. Su complexión gorda, así, gorda. Y no tengo nada más que decir.

A su lado Owen, un hombre de 40-47 años con una expresión tan sorprendida que parecía sacada de una de esas mofas que salen en el periódico del reino.

Ambos se abalanzaron a mi: El doctor pronto saco su estetoscopio y comenzó a oírme, el Rey me llenó de besos acompañados de empalagosos halagos y bendiciones.

-¿Se supone que no debería estar de pie, Owen-san?- Pregunté. Claro que no recuerdo nada antes de mi "secuestro" y es obvio que tenga intriga de su actitud. Tan pronto lo pregunté, Owen quitó sus auriculares y su expresión cambió: ¡Se estaba burlando de mí!

-¡Es que el chico tuvo cambios en sus hormonas!

-¿...Cambios en mis hormonas?- ¿¡Se estaban peleando por eso!?

-¡Maldito Owen, controlese!- soltó un golpe en conta del nombrado.- ¿¡No puede atrasar esa demencia adolescente!?

-¡Son cambios normales! Bueno, a su edad no tanto, pero puede tener algún tipo de aumento por del diablo que consiguió.- explicó.

𝐓𝐡𝐞 𝐓𝐰𝐨 𝐄𝐦𝐩𝐞𝐫𝐨𝐫𝐬. (𝘣𝘭𝘢𝘤𝘬 𝘤𝘭𝘰𝘷𝘦𝘳)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora