XIII

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      El cielo rompió en un grave estruendo y de él, salieron llamas furiosas devorando con rapidez los pasillos del gran castillo.

      Mientras avanzaba, se escuchaban gritos, voces implorando ser salvadas. Voces adoloridas y susurros apenas audibles después de minutos bajo las llamas. Puertas, ventanas y habitaciones siendo saqueadas de objetos y personas, desalojando cada rincón del lugar.

      El cielo no tardó en teñirse de naranja y nubes densas de humo; los suelos se mancharon de un líquido rojo de olor metálico y cubrían el aire con el mismo aroma.

      Muchas personas corriendo despavoridas... Y tres sombras largas asomando la cabeza.

       Caminaban con la cabeza alta, pasando los pies encima de quienes yacian muertos o inconcientes sobre el suelo. Comenzaron a gritar cosas que él no lograba entender.

        Las paredes se derrumbaban poco a poco y no lograron salir muchas personas vivas, apenas lograban llegar a la puerta, pero de inmediato caían escombros que dejaban un desastre apenas tocaban el suelo.

       Era una noche fría, donde la nieve caía silenciosa y dejaba marcada en ella el paso de cualquiera. Sin embargo, no había muchas pisadas, excepto por las del pequeño niño, que corría despavorido intentando alejarse del lugar. Corría y corría, tratando de no resbalar por la capa de nieve densa. Con lágrimas en sus ojos color miel, sus extremidades rojizas por el frío y su pequeña joya azul, intentaba hacer su propio escape.

       Se adentró al pueblo que ardía al igual que el castillo, ignorando los gritos de auxilio, pasando por alto las ruinas de su reino.

       Pasó por el puente que conectaba el reino y el bosque oscuro. Miró una vez más  hacia atrás, mientras sus ojos no terminaban de creer lo que veían.

      —Perdón.—Susurró, mientras su voz se quebraba.

      Dió un último suspiro, entre miedo y alivio, para finalmente darle lentamente la espalda y seguir escapando de ahí.

      Dió un último suspiro, entre miedo y alivio, para finalmente darle lentamente la espalda y seguir escapando de ahí

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       La mañana era fría, con nubes densas que soltaban una que otra gota. Hacía un brisa muy sutil, casi imperceptible, pero que no ayudaba al frío de la mañana.

       <<Está por empezar el invierno>> Me dije a mi mismo mientras escuchaba las últimas campanadas de la iglesia anunciando la primera ceremonia religiosa del día.

         Hoy era el funeral de August.

         El carruaje iba a paso lento. Las calles tenían por todas partes moños y listones morados o negros, junto a flores blancas. El trote de los caballos era suave y casi inaudible, se escuchaba más como caían del cielo gotitas que humedecían el vidrio del carruaje.

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⏰ Última actualización: Jul 06 ⏰

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𝐓𝐡𝐞 𝐓𝐰𝐨 𝐄𝐦𝐩𝐞𝐫𝐨𝐫𝐬. (𝘣𝘭𝘢𝘤𝘬 𝘤𝘭𝘰𝘷𝘦𝘳)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora