ᑕᗩᑭITᑌᒪO ᑕIᑎᑕO

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Sin secretos
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𝙹𝚄𝙻𝙸𝚂𝚂𝙰
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Desvié la mirada de la de Robin y miré la pequeña ventana que tenía una reja, suspiré.

Está bien, pensemos un poco. Si se pudiera salir por ahí, ya lo habrían hecho....Vance lo habría hecho.

Suspiré nuevamente y volví a mirar a Robin. Me senté en la cama y gatee hasta estar casi encima de Robin, me detuve y me recosté en su pecho. Tal vez era un flasheo de confianza, pero me sentía cómoda con él, y me tranquilizaba no estar sola.

Pensé que se iba a incomodar y terminaría empujandome, pero puso su mano en mi cabeza y comenzó a acariciar mi cabello.

No pude evitar llorar.

—Todo va a estar bien ¿Okay? No llores, porfavor—. Me dijo con la voz entrecortada.

Yo asentí, y me senté a un lado de él después de algunos segundos. Nos miramos a los ojos y él se enderezó, quedando a mi altura.

—¿Y si hablamos? Es decir, aunque sea quiero conocer a la última persona cuerda que veré antes de morir—. Dijo Robin en tono de burla, mirando su pierna, yo giré los ojos.

—Cállate, imbécil, no vas a morir—. Le dije y él se rió nerviosamente.

—Eso espero.

Yo negué con la cabeza.

—Tú pregunta algo primero—. Él me dio una media sonrisa, algo apagada y asintió.

—¿Cuándo cumples años?—. Me preguntó, mirando su pierna.

—El primero de marzo ¿Y tú?—. Le respondí, él me miró a los ojos.

—El dos de febrero—. Yo le sonreí y asentí, incómodamente, ya que no sabía que decir ahora. —Sigues tú, pregunta algo—. Yo suspiré y pensé.

—¿Cuál es tu color favorito?—. Le pregunté ahora yo a él.

—El verde— Yo sonreí, y antes de que siguiera lo interrumpí.

—El mío igual—. Robin me sonrió y suspiró.

Recargó su cabeza y su torso en la pared, quedando algo recostado, y cerro los ojos.

Pensé que volvería a abrirlos en cualquier momento, pero no lo hizo, se quedó dormido. Lo entendía, yo también estaba cansada.

Me recargue en su hombro y no tarde en quedarme dormida.

[..]

Abrí los ojos y lo primero que vi fue el teléfono, se distorsionaba un poco, supuse que era por mi hambre y porque acababa de despertar.

Tallé mis ojos varias veces, pero el teléfono y la pared seguían haciendo olas, empezaba a marearme.

—¿Estás bien?—. Me preguntaron, volteé y me levanté rápidamente, había sido el raptor, que estaba sentado en cuclillas, en una parte del cuarto.

Casi grito del susto, pero solo me salió un suspiro agitado.

—Robin necesita farmacéuticos.. y morimos de hambre—. Hablé rápido, entre más rápido le pidiera las cosas, perdiendo mi orgullo, mejor.

Al parecer Robin también se levantó, y estaba mirando.

—¿Cómo está tu pierna?—. Le preguntó a Robin, ignorandome —Y tus ojos—. Yo miré a Robin, el cuál estaba mirando al raptor.

She scares me//Robin Arellano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora