Capítulo 10

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Pov. Sesshomaru

-¿Me puedes explicar por qué diablos no me avisaste que Kagome irá a Tokyo? - Pregunté molesto al idiota de Bankotsu. Cuando dejé a Kagome en su departamento lo primero que hice fue marcarle a su primo.

-Relájate Sesshomaru, te avisé desde la semana pasada. Te lo envié por mail, no es mi culpa que estés tan entretenido mirando a mi prima que ni siquiera revises tus mensajes. - Me sobe el puente de la nariz, el idiota tenía razón y no podía negarlo.

-OK, disculpa por la llamada.- Le dije ya más tranquilo.

-Jajaja no te preocupes, eso pasa cuando las personas se enamoran. Uno se vuelve más estúpido que de costumbre. - Solté un bufido de gracia, de nuevo no podía rebatir. El sujeto me agrada, sabe de mis sentimientos por Kagome y nunca quise contradecir lo que piensa. -Revisalo y alista tus cosas Sesshomaru.

-De acuerdo, gracias.

-No hay de qué, pri-mo. - sonreí y colgué.

Tomé mi laptop y me fui directamente a los mensajes recibidos en mi mail. Y tal como lo había dicho Bankotsu estaba su correo, pero arriba de su mensaje estaba uno de mi padre, me sorprendió verlo y lo abrí primero. Quiere hablar conmigo pero no entiendo porqué no me marcó directamente al celular así que lo hago yo.

-Bueno.

-¿Qué es lo que quieres decirme? - pregunté sin rodeos.

-Si quisiera hablar esto por teléfono te habría marcado yo mismo. - contestó inmediatamente. - En cuanto tengas tiempo quiero que vayas a la oficina.

-De acuerdo. - No sé quién de los dos colgó primero, así como tampoco sé qué es lo que quiere decirme mi padre. Algo me dice que no será de mi agrado...

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Otro día a lado de mi ángel, solamente que este día estuvo lleno de sus sonrojos y de deliciosos besos inocentes aunque siempre fuera de la vista de los demás. Dejé a Kagome en sus ensayos hace unos minutos e inmediatamente tomé rumbo a la empresa Taisho, no me gusta posponer las cosas y tampoco puedo dejar pendientes porque mañana saldré con Kagome del país.

Las puertas del elevador se abren y dejan a la vista el recibidor de la oficina de mi padre. Su secretaria me ve e inmediatamente sus ojos se iluminan, esta mujer es un fastidio.

-Buenas tardes Sesshomaru ¿cómo has estado? - preguntó con ese irritante tono de voz que según sus dos neuronas "es sensual".

-Dile a mi padre que estoy aquí. - Digo sin paciencia queriendo hacerla aterrizar los pies sobre la tierra.

-Pero qué genio. Yo podría ayudarte a quitar ese mal humor. - "sí, podrías hacerlo si cierras la boca y me dejas tranquilo"

-Comportate Kagura, estás en la empresa Taisho, no en un prostíbulo en donde tienes que ofrecerte a los clientes. - Solté con asco.

-Si no tuvieras ese rostro tan lindo ya te habría dado una buena cachetada.- Su molestia fue obvia porque su tono de voz había vuelto a ser normal pero aún así su amenaza me tomó sin cuidado.

-Como por lo visto no piensas hacer tu trabajo, entraré sin avisar, odio perder mi tiempo. - Me dirigí a la oficina y abrí sin tocar ignorando la petición de Kagura diciendo que esperara un momento.

Ahí estaba mi progenitor, sentado como un rey en su trono, a pesar de que yo estaba de pie, parecía que era él quien me miraba hacia abajo. Siempre odie eso.

-¿Qué modales son esos Sesshomaru? - preguntó en reclamo.

-Pedí que se me anunciara, pero tú secretaria piensa con el útero y se le olvida hacer su trabajo. ¿Para qué me hiciste venir?

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