Capitulo 7

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Pov. Sesshomaru

No sé si fue buena idea hacerme pasar por un modelo de la agencia de mi madre. El controlar mis instintos al estar cerca de Kagome ha resultado ser lo más difícil que he hecho en mi vida, pero jamás hubiera tolerado verla haciendo esto con otro hombre.

Después de la última escena, Kagome salió a paso rápido hasta su camerino. Fui un completo estúpido al dejarme llevar por el momento, jamás debí decirle que la amo pero la declaración simplemente brotó, estaba pensando en voz alta. Seguramente está molesta y puedo entenderla.

Tuve que quedarme dentro del jacuzzi unos minutos más mientas cierta parte de mi anatomía volvía a su normalidad. No puedo creer lo cerca que estuve de hacerle el amor y al mismo tiempo tan lejos de consumarlo. Su gemido ¡Dios! Ese gemido hizo que casi me viniera y el sabor exquisito de sus labios no me ayudaban a mantener la calma.

Miroku dijo que ya era tarde para partir de nuevo a la ciudad así que nos quedamos en la cabaña, sin embargo no puedo dormir, quizás un poco de aire fresco logre tranquizarme para poder conciliar el sueño. Salgo y sin dudarlo mucho me encamino hacia el tronco en donde habíamos platicado Kagome y yo.

La toqué y aunque no fue como en realidad deseo hacerlo, la toqué y quizás eso también la molestó. No puedo evitar sonreír al recordar que su cuerpo se acopla perfectamente al mío, después de hoy no puedo estar más seguro de que nacimos el uno para el otro.

-¿No crees que es algo tarde para dar un paseo? - Giré la cabeza rápidamente al escuchar su voz, era Kagome que estaba parada en el camino que había dejado atrás.

-Pensé que dormías. - Fue mi única respuesta.

-Bueno, al parecer no soy la única que no puede dormir esta noche. ¿Qué haces aquí?

-Salí a despejarme un momento ¿y tú? ¿A caso me seguiste? - la vi levantar los hombros en forma despreocupada y caminó hasta sentarse a mi lado en el mismo tronco de en la mañana.

-Te vi salir y sentí curiosidad. - Respondió ella y la vi dar un gran suspiro.

-¿No tienes frío? - pregunté al verla cruzar los brazos y percatarme que su atuendo era algo ligero.

-Algo, pero es lo único que Miroku mandó traer para mí

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-Algo, pero es lo único que Miroku mandó traer para mí.

-¿Puedo? - pregunté levantando mi brazo esperando entendiera lo que quería hacer. La vi asentir y se acercó más a mí, pasé mi brazo alrededor de sus hombros y la abracé intentando brindarle un poco de calor. - No debiste salir así, podrías resfriarte.

-Quería saber a dónde ibas. - Respondió con un tono de voz más suave y dulce de lo normal, sentí derretirme ante ella. - Sesshomaru... - Miró hacia arriba buscando mis ojos y pude ver el reflejo de la luna creciente en sus pupilas. Pero tuve que callara porque escuché unos arbustos moverse con brusquedad.

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