CAPITULO 1

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Millie Bobby Brown era la típica chica con la que todos querían sentarse en la hora del almuerzo, sin embargo era una chica muy tímida. Con solo pocas de amistades entre ellas Sophia, Wyatt y Noah, su mejor amigo desde los 5 años, todo el mundo pensaba que Noah y Millie eran novios pero no era así.

Por otro lado tenemos a Sadie Sink, una chica hermosa, pero solitaria. Tenía unos ojos azules, unos preciosos ojos azules. Ella solo tenía una amiga, la luz de su vida, Maya.

Narra Sadie

Un día más en esa escuela, gracias al cielo este es mi último año aquí, luego iré a estudiar fotografía digital en la universidad de Houston a 1909 km de Miami, 17 horas lejos de casa. Supongo será bueno iniciar de nuevo, y no iniciar con el pie izquierdo como la maldita preparatoria... Desearía poder llevar a mi rayito de sol, pero ella ya trabaja aquí, ella es 3 años mayor. Por cierto...

-Ya estoy lista Maya Ray.- Sabía que ella detestaba que la llamara así, pero ya eran 5 minutos tarde y no alcanzaría llegar a la preparatoria.

-¿Puedes callarte Sink? Me duele la cabeza, tengo demasiado sueño.- Se quejó y simplemente sonreí.

-Te dije que ver películas conmigo hasta tarde tendría un efecto por la mañana, menos mal que te quedaste a dormir en mi casa si no jamás hubieras despertado para llevarme a la preparatoria. 

Maya se había ofrecido a llevarme todos los días a la preparatoria desde que compro su auto, una linda y barata Mercedes Benz GLA con ayuda de sus padres. Accedí porque odiaba tomar el autobús escolar, y mis padres debían llevar a mis dos hermanos, Mitchell y Jacey.

-Subete al auto y cállate Sink.- Me dijo ahora con una sonrisa.

-¿Ya te dije hoy que eres horrible?.- Le dije con la intención de molestarla.

-No pero gracias ¿Sabes? Tengo el presentimiento de hoy será un buen día para ti en ese horrendo lugar.

-No lo creo, solo un día más, como cualquier otro, invisible.- Le contesté con sinceridad.

Ambas platicamos sobre puntos de las películas que habíamos visto la noche anterior. Llegamos a la preparatoria 10 minutos después casi era hora de entrar y me baje apresurada de la camioneta de mi mejor amiga.

-Gracias Maya, nos vemos más tarde, suerte en la iglesia.- Le dije y comencé a correr a la entrada del edificio.

Ni siquiera escuché si se despidió, pero aún estaba tan dormida que creo que lo olvido. Vi el reloj y tenía solo 2 minutos para llegar. Iba a toda prisa, que al dar vuelta en un pasillo no me di cuenta de quien venía y chocamos. Era más pequeña. Ni siquiera le vi el rostro, pero vi que llevaba abrazado un lindo diario, una pasta café clara, ambas nos disculpamos y seguimos hacia nuestras aulas, como se lo dije a Maya, sería un día como cualquier otro.



El Sol y La Luna // SILLIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora