CAPITULO 25

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Narra Sadie

-Sadie joder, ¿te puedes quedar quieta por tan solo un segundo?

-No puedo.- respondí simplemente

Estaba demasiado nerviosa, mis manos sudaban, no es como si fuera mi primera cita con Millie, pero joder, era la última y nunca más la volvería a ver, eso me pone muy triste pero sé que es lo mejor para las dos, "después de esta noche no me volverás a ver en tu vida." Sus palabras no podían salir de mi cabeza.

Y eso me ponía aun más nerviosa, ésta noche tenía que ser especial para los dos, es por eso que encima de mi cama, donde estaba Jacey, tenía un regalo especial para ella, si no la volveré a ver, aunque sea quiero que tenga algún recuerdo mío.

-Llevas media hora caminando por todo tu habitación y todavía no tienes tu vestido puesto, mira lo hora que es.

-¡Mierda!.- mire rápido el reloj, Jacey tenía razón llegare tarde si sigo así.

Después de estar lista, me mire al espejo, tenía el cabello liso, el maquillaje hace que mis ojos se vieran mas verdes, mi vestido era rojo muy pegado a mi cuerpo, mis tacones de color negro y mis anillos que nunca podrían faltar.

Así que bajé a la sala donde estaba mi familia, para despedirme, no solo sería mi última vez que veo a Millie sino también a mis padres y hermanos. En mucho tiempo.

-Te ves hermosa.- dijo mi madre

-Gracias.- me acerqué a ella y la abracé muy fuerte.

-Estas perfecta mi pequeña.- me susurró mi padre con melancolía

-Te quiero papi.- lo abracé.

-Te vamos a extrañar Sad.- Dijo Mitchell y lo abracé, Jacey se unió segundos después.

-No me olviden, idiotas.

-Nunca.- dijo Jacey regalándome una sonrisa triste.

-Sads, ten esto es para Millie.- mi padre me paso una pulsera hecha con flores blancas.

-Wow, es muy linda papá, no tenías que hacerlo. Le encantará.- Dije imaginando la sonrisa de mi Mills al dársela.

Los miré por última vez, y me subí al auto, reviso si el regalo para Millie aun sigue bien. Deseo que esta noche solo sea de Millie y yo, amándonos por última vez, antes de partir, y no volver hasta estar preparada. Sé que les duele pero me apoyan, y se los agradezco mucho. Sonrío, y acelero.

Narra Millie

Me miré por última vez al espejo, antes de bajar a la sala, tenía que estar perfecta para Sadie, llevaba un vestido blanco sin mangas, sin mentirles pero se me veía los pechos más grandes, como sea, mi maquillaje era simple pero elegante, y mi cabello ondulado suelto por toda mi espalda, espero que a Sadie le guste.

No se qué esperar de esta noche, será difícil para las dos, ella me ama y yo la amo, eso es lo que importa. Pero aunque me duela... Es la última noche

-Mija pero que hermosa estás.- responde mi madre abrazándome muy fuerte.

-Gracias mami.- dije sonriendo.

-Mills ¡pareces una princesa!.- Me dijo Ava y la abracé.

-Wow, estas hermosa flaca.- sonrío ante las palabras de mi papá.- Estamos tan orgullosos de ti. Te estás graduando e irás a la universidad, no podríamos tener mejor hija.

Iba a responder pero tocaron el timbre de la puerta, sabía de quién se trataba. Mi mamá abrió y reveló a Sadie con un hermoso vestido rojo.

Mi corazón latía demasiado rápido, la hermosa mujer que tenia al frente era la que provocaba todo en mi, esos sentimientos que nunca creí que los fuera a sentir, lo hacía en este momento, con Sadie viéndome como si fuera el amor de su vida y yo sabía que lo era.

Nos quedamos un rato mirándonos, sentía que Sadie me quemaba con su mirada, no dejaba de ver todo mi cuerpo, hasta que habló.

-Te ves preciosa.- dijo mirando mis ojos.

-Tú no te quedas atrás.- le regalé una pequeña sonrisa. Me extendió la mano y la tomé. Me colocó una pulsera de rosas blancas y nos despedimos de mis padres. Cuando les conté sobre mi reencuentro con Sadie, que termine con Matt, mi última noche con Millie solo pudieron sonreír y decirme que todo estaría bien. Caminamos hacia su auto pero antes de subir habló.

-Te.- carraspeo.- Te traje un regalo.

-Oh no Sadie yo no te compré nada, pensé que solo... .-me interrumpió

-Millie no tenías por que hacerlo.- me dio una de esas sonrisas que tanto me gusta, mientras me daba una pequeña caja negra..- Yo, bueno quizá pensé que sería lindo tener un recuerdo la una de la otra, y pensé en esto por qué fue la misma metáfora que use cuando te pedí ser mi novia.

Cuando lo abrí no lo podía creer, era un sol de oro era precioso, pero tenía un espacio, estaba por preguntar cuando Sadie me dijo:

-La otra mitad la tengo yo, es una luna.- lo tenía puesto en ese momento y me lo mostró

-Es precioso Sadie... gracias.- Ella sonrió, tomó el dije para colocármelo me di la vuelta para que fuera más fácil. Una vez en su lugar me dio un beso en el cuello el cual me erizó la piel y susurro en mi oído

-Te amo

El Sol y La Luna // SILLIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora