El Sol y La Luna // SILLIE

CAPITULO 22

Narra Sadie

Después de estar con Millie un largo rato por la madrugada fui a casa, al entrar intenté no hacer ruido, eran alrededor de las 7 de la mañana y todos dormían aún. Llegué a mi habitación y me dejé caer en la cama, y me quedé dormida.

Desperté y vi el reloj el cual marcaba medio día bajé a desayunar y mis hermanos estaban en el comedor, mientras mis padres preparaban algo de desayunar

-Buenos días.

-Buenos di.- Mi madre se calló un segundo y luego se giró hacia mi.- ¡Sadie! ¿qué haces aquí? Deberías estar en Orlando en la universidad ¿a qué hora llegaste? Oh dios mio, ¿por qué?

-Mamá cálmate, he decidido que vendré al menos cada dos semanas y es todo, tengo hambre y me gustaría tener un desayuno normal.

Dicho eso me senté entre mis hermanos los cuales me abrazaron y sonrieron al igual que papá. Desayunamos y les conté como iba la universidad. Salí hacia casa de Millie para recogerla por que nos veríamos con Maya, Wyatt y... Noah.

Al llegar a casa de Millie saludé a sus padres y a Ava que me recibió con un gran abrazo como los de Millie, eran tan parecidas y era perfecto. Cuando salimos de casa de Millie me apresuré a abrir su puerta para que entrara al auto y antes de hacerlo me dio un pequeño beso el cual me hizo sonreír, subí al auto y ella estaba adormilada se recostó un poco en el asiento y yo comencé a conducir a casa de mi solecito, Millie se quedó dormida en breve pero en cierto punto estiró su brazo y coloco su mano debajo de mi camiseta, dejándola sobre mis pechos, me pareció muy tierno y solo tome una foto. Al llegar a casa de Maya bajé del auto y caminé hacia el lado de Millie, abrí la puerta e intente despertarla, pero Millie hacia berrinches.

-Sads, cárgame.- Me pidió y estiró sus brazos hacia mi.

-Millie, estas loca, baja ahora.- Hizo un puchero.- Vale sostente bien.

Y la cargué.

¿Pero quién podía negarse a Millie Brown? Nadie, nadie podía.

Al llegar a la puerta la bajé y recibí una llamada.

-¡Eres una maldita Sadie! ¿cómo carajos te vas sin mi? Te voy a matar Sadie, voy a hacerlo en serio.- Intenté calmar a Sophia y habló con las chicas. Seguro ni siquiera recuerda cuando le avisé que me iba. Pasamos una linda tarde, hasta que Noah llegó y toda esa atmosfera de paz se esfumó cuando abrazó a Millie más de lo debido, y por la cintura, y ella no se movía. Carraspee y el me observó para luego apretar a Millie y dejarla, me sentí incomoda y fui al baño. Me mojé un poco el rostro, este chico me estresaba, al regresar estaba en el asiento en el que estaba yo con Millie a su lado rodee los ojos y me senté en otro sofá, Wyatt y Maya se habían dado cuenta de lo incomoda que estaba y fue aún peor cuando Noah tomó las manos de Millie y comenzó a jugar con sus dedos.

-Suficiente.- Me levanté y me despedí de mis amigas llegando con Millie y dándole un rápido beso en los labios.- Seguro que tu amiguito te lleva, adiós chicas, lo siento.- Caminé a la salida y escuché como Millie se levanto pero Noah la detuvo y le dijo que él la llevaba me paré en seco y regresé.

-Bien idiota, es la ultima vez que detienes así a Millie, si ella quiere irse conmigo que lo haga. ¿Aun no entiendes que ella y yo estamos juntas? Ella es mi novia, Noah, entiéndelo de una jodida vez porque no la voy a dejar, nunca.- Dije y lo fulminé con la mirada, se levantó y se fue, antes de que el pudiera salir Millie me miró un segundo y corrió tras él. Era un jodida broma.

Me quede ahí parada, las chicas me vieron y estaban tan incomodas como yo... Se suponía que me iba hasta al día siguiente pero fue demasiado.

-Lo siento chicas, lo mejor será que me vaya. Tengo algunas tareas y Sophia debe estar sola.- Me acerqué a Maya.- Nos veremos pronto, pequeña. Cuídate mucho por favor, llámame cualquier cosa y sabes que te adoro.- La abracé más porque yo lo necesitaba, la solté y ahora fui con Wyatt.- Hasta luego Wyatt, gracias y por favor cuida a Millie, cuídate también.

Nos abrazamos y besé sus mejillas para comenzar a andar hacia mi auto.

Llegue a casa con la mirada en el suelo, subí rápido a mi habitación tome un ducha y tomé algunas cosas, me acerqué a mis padres y les dije que me iba por tareas luego me despedí de Mitchell y Jacey ellos se quedaron abrazados a mí por unos minutos, sentí un nudo en la garganta el cual me vi obligada a tragar y salí, subí las cosas a mi auto y escuche algunos pasos... Era Millie.

-¿Te vas?.- Dijo con hilo de voz.

-No es como si me fuera a quedar por semanas.- Dije secamente.

-Pero te ibas mañana...

-Iba, después de ver que estás muy bien con tu amigo no tiene caso quedarme, solo estaría estorbando.- Dije acercándome a la puerta del piloto.

-Estas muy equivocada Sadie, él y yo solo somos amigos y fuiste muy grosera al tratarlo de esa manera.

-¡Ahí está! ¡Te la pasas defendiéndolo! Él está enamorado de ti Millie, pero estás tan ciega que no puedes verlo, lo pongo en su lugar y lo defiendes, quedo como una auténtica estúpida y él como el triunfador.- Abrí la puerta del auto y me subí sin más, pero Millie subió también en el lado del copiloto.- ¿Puedes bajarte, por favor? Me esperan 3 horas de camino.

-¡Ese es el maldito problema! Que estas lejos.

-Perdón por querer tener una buena educación y así poder ser alguien en la vida y poder darte todo, mi error ¡lo siento Millie! Ahora por favor baja de mi auto, y cuando te des cuenta de las cosas y del como se siento me llamas, fue un error haber venido.

-Claro pudiste estar pasándola muy bien con Emma.- Dijo con ese notorio tono de celos.

-La diferencia es que yo la deje en Orlando para venir a verte aquí, y al estar aquí me dejes como una idiota, tengo que irme, Millie.

Apretó los labios, me besó, un beso con pasión, no tardó mucho en profundizarlo, su lengua bailaba al compás con la mía y extrañaba esa sensación. Me maldije por el poco aguante que tuve. Sentí su mano en mi entre pierna e hizo un poco de presión en mi centro. Di un pequeño salto en el asiento porque no me lo esperaba. Su otra mano presionó uno de mis pechos y me sorprendí una vez más

-Esto es mío, Sadie.

Dijo y bajó del auto. Se paró junto a mi ventanilla y me robó un beso tierno.

-Buen viaje, cariño.- Dijo de la manera más tierna posible y la vi alejarse

Esta mujer me enamoraba cada vez más, aunque era una tonta muchas veces. Era mi Mills.