CAPITULO 16

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Narra Sadie

Al abrir mis ojos sentí los primeros rayos del sol a través de la ventana, cuando me levanté pude ver que no estaba en mi habitación, me asuste demasiado pero cuando mi mirada bajó, no lo podía creer, Millie estaba dormida encima de mí.
Su cabeza está en mi pecho, y una mano abrazando mi cadera, como si me fuera a ir en cualquier momento, obvio que tampoco pensaba en hacerlo, mire cada fracción de su rostro, fino y suave, su perfecta nariz, sus labios con el tono perfecto, y sus ojos café claros, que aunque no me este mirando en este momento, me hacen sentir en paz, me hacen sentir amor.

La abrace más cerca de mí, como si eso fuera posible, después de varios minutos Millie empezó a moverse.

-Buenos días, Mills.- dije con la voz ronca.

-Buenos días, Sads.- ella sonrió.

Me acerque lentamente, mi mano toco su mejilla, y después el contorno de sus labios, suaves como siempre. Millie cerró los ojos y la bese lentamente recordando lo mucho que la amo, ese sabor que tanto me gusta guardándolo en mi memoria.

-Quiero despertar contigo todos los días.-dijo ella sonriendo.

-Me encantaría despertar contigo todos los días.- dije

-Esta bien pero...Tengo hambre.

-Nunca cambias ¿verdad?.- dije riendo.

-Ni un poco, ya deberías saberlo.- se levanto y fue directo al baño, mientras yo me quede mirando el techo, cuando de repente siento una almohada en mi rostro.

-¡hey!.- dije gritando.- de esta no te salvas Brown.

-No me alcanzas.- dijo ella corriendo hacia las escaleras.

Me levante rápido, mientras que corría no paraba de reír, estaba un poco sorprendida al ver que Millie no tropezaba con nada, ella a veces es un poco torpe, cuando llegamos a la cocina, la abrace por detrás.

-Me debes una.

-No Sads, ¡por favor!.- dijo ella riendo.

Mis manos bajaron y fueron directo a su barriga, comencé a hacerle cosquillas, supe que ya era suficiente y paré, no sé en qué momento paso pero quedamos contra la pared.

Su respiración estaba agitada, y sus mejillas rojas, mire sus labios y ella los míos, la besé pero no suave ni lento como en su cuarto, era rápido lleno de lujuria. Nuestros cuerpos quedaron sin ningún espacios, mis manos en sus caderas y las suyas en mi cuello, cuando nuestras chocaron, Millie gimió en mis labios.

Ese gemido me encendió por completo, así que la subí encima de mi cintura, en ese acto no pude evitar tocar su culo, estábamos completamente excitadas, luego reaccioné, nuestra primera vez no puede ser así, en su concina, expuestas a que en cualquier momento llegara sus padres.

-Mills.- corté el beso.

-Aja.- su reparación chocaba con la mía.
-Tenemos que parar.- ella empezó a besar mi cuello.

-¿por qué?.- ella seguía.

-No sabes cómo me tienes en este momento, pero no es lo correcto, estamos en tu casa y tus padres no tardan en venir.- dije separándome de ella.

-tienes razón.- se bajo de mi con cuidado de mis costillas porque aunque ya estaba muchísimo mejor podría recaer en un movimiento en falso.

-Hey.- levanté su cara.- quiero que nuestra primera vez sea especial no así Mills.

-Si te entiendo, solo que me siento avergonzada, nunca he estado tan... ya sabes

-Somos humanos, tenemos que sentir, no te preocupes.- besé su mejilla.

-Creo que es momento de desayunar.

-Por supuesto.

-¿cereales con banana?.- me miro.

No otra vez, cuando mencionaban el plátano teníamos esta pelea.

-Lo que tú quieras.- me limité a decir y sonreí.

Después de salir de la casa de Millie, por más que ella insistía en llevarme en su auto, y ya me negaba, llegue caminando justo a tiempo.

-¿Mami?.- pregunté.

-Buenos días hija.- salió de cocina y me beso la mejilla.

-¿Dónde están papá y mis hermanos?

-Tu padre trabajando, Mitchell está entrenando y Jacey salió con sus amigas al cine.

-humm... ya, me iré a bañar.

-Cariño espera, ¿dónde estabas?

Mis mejillas se pusieron rojas, recordé lo que acaba de pasar en la casa de Millie. Pero no podía decir la verdad, aun no.

-Estaba con Maya ¿lo recuerdas? Me quede con ella después de la fiesta de Hailee.

-Oh si claro.- dijo ella con un tono diferente.

-Solo somos amigas mamá.

-Esta bien, quizá deberías invitarla a cenar. ¿Y Millie?

-Luego hablamos, mami.- evité la pregunta y subí corriendo a mi habitación.

Subí las escaleras y me fui directo al baño, no soportaba más este olor a alcohol en mi ropa. Me vestí casual, unos jeans ajustados, una camisa blanca, mis botas negras y un beanie que decía "Stay Weird"

Mi celular sonó y supe que era Millie, sonreí y conteste.

-Tan pronto me extrañas.- dije bromeando.

-Demasiado.- escuché su risa.

-¿A que se debe esta llamaba Señorita Brown?.- quise jugar un poco.

-Esta usted invitada a una cita conmigo Señorita Sink.- ella reía.

-Me encantaría.

-A las 7 en mi casa.

-De acuerdo, Millie.

-Te amo.- dijo.

-Te amo mucho más.- confirmé

El Sol y La Luna // SILLIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora