La oscuridad de su departamento nunca se había sentido tan correcta como en ese momento, mientras lloraba sintiéndose la peor persona del mundo, odiándose a sí mismo, pero no porque paso, sino porque dejó que pasara.
Harry limpió sus lágrimas con la manga de su suéter antes de apoyarse en su sofá y traer sus rodillas junto a su pecho, buscó su celular, marcando el número de su mejor amigo, Niall quizás lo ayudaria.
El primer tono paso mientras sorbía por la nariz intentando calmarse, el segundo tono también pasó poniéndolo más nervioso.
—Hasta que recuerdas a los amigos —Niall respondió en el tercer tono, su voz cantarina y llena de energía hacía un buen contraste con las emociones de Harry.
—N-Niall —su voz sonó débil y temblorosa, gastada por los sollozos, preocupando de inmediato a su mejor amigo.
—¿Harry? ¿Estás bien? ¿Quieres que vaya a verte? —preguntó casi enredándose con su propia lengua.
—Hice algo muy m-malo Ni —trató de confesar apretando el móvil con más fuerza de la necesaria— soy tan est-tupido. —Su mejor amigo se quedó en silencio esperando que continuara, escuchando su respiración acelerada de fondo—. Me odio porque se sintió c-correcto —mencionó la última palabra en un susurro casi inaudible—. Y se supone que no debería sentirse de ese modo.
—Harry —dijo Niall al otro lado de la línea con la voz más suave que se permitía—, trata de respirar, lo que sea que hayas permitido lo podemos solucionar —trató de alentarlo, escuchando como su amigo daba respiraciones más profundas—. Te apoyaré, siempre estaré de tu lado ¿Recuerdas?
Harry asintió aunque Niall no podía verlo—. Besé a Louis —confesó cerrando los ojos, escuchando el repentino silencio en la línea, aquel doloroso silencio se extendió por casi un minuto antes de volver a oír a su amigo.
Niall se debatía entre preguntar si había escuchado bien o decirle que todo estaba bien, ambas sonaban mal, pero en su defensa, no sabia como reaccionar.
—Harry —comenzó no muy seguro de cómo continuar—, si se sintió tan correcto como me dices, entonces deberías empezar a cuestionarte si lo que sentías por Ethan cambió.
—Lo amo —afirmó con convicción.
—¿Y piensas decírselo? —preguntó con cautela.
—Siento que solo empeoraría las cosas, no pienso volver a verlo después de hoy. —dijo la última frase refiriéndose a Louis.
—Solo tú decides lo que pasa Harry, ¿quieres que vaya a verte?
—No, solo necesitaba decírtelo —finalizó Harry con el corazón comprimido, guardando en lo profundo de su grietas confesiones difíciles de aceptar.
—De acuerdo, estaré cuando me necesites —agregó Niall antes de colgar la llamada.
Aquel pitido que indicaba que la llamada había terminado fue el inicio de nuevos sollozos que con el transcurso de las horas lo dejó completamente dormido.
Ethan llegó por la madrugada, encontrando a su pareja profundamente dormida en el sillón de su sala, se acercó en silencio evitando despertarlo, agachándose para tenerlo a la misma altura, pudo notar el rastro de las lágrimas al secar sobre sus mejillas y la nariz un poco roja; acarició con delicadeza el rostro de Harry, repasando el curso de sus lágrimas.
—El demonio logró tentar al ángel —dijo Ethan en un susurro, acercándose a su rostro hasta que sus labios se rozaron—, pero no te preocupes cariño, no volverás a derramar lágrimas por ese bastardo. —Juntó sus labios sintiendo los de su pareja cálidos, reconfortando los suyos tan fríos como las gotas de rocío por la mañana—. Aún te necesito.
ESTÁS LEYENDO
COTIDIANO // LARRY STYLINSON
Fiksi PenggemarA veces un mal hábito es más fácil de romper de lo que parece, al menos con el incentivo correcto. Quizás Harry encontró el incentivo adecuado en Louis, ese incentivo necesario para romper el circulo cotidiano que lo asfixiaba. Una historia lenta...