Capítulo 8

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El sentimiento de cansancio no dejó su cuerpo al abrir los ojos y notar el techo oscuro de aquel hospital solo hizo que su pecho se invadiera del vacío latente del saber que todo lo que vio no era un sueño, las puertas con pequeñas ventanas de cristal dejaban ver la luz tenue proveniente de los pasillos.

Trató de levantarse, pero la intravenosa se lo impidió.

—No te muevas. —La voz de su mejor amigo y unas manos sosteniéndolo, lo hizo consciente de la realidad.

—Niall —susurró Harry aferrándose a su mejor amigo— todo es mi culpa. —Las lágrimas nublaban sus ojos dejando mojadas sus mejillas.

—Shhh —Niall lo abrazó acariciando su cabello— no digas eso, no eres culpable de las acciones de un homicida.

—Lo soy —su garganta ardía mientras ocultaba su rostro en el pecho de Niall—, siempre estuvo a mi lado —se detuvo abruptamente cuando sus manos comenzaron a temblar— ¿Cómo está Louis?

—Trata de calmarte por favor —pidió tomándolo de las mejillas— él está bien —avisó al ver a Harry más calmado— sus padres están aquí, también Daniel...

—¿La pequeña? —preguntó preocupado— Había una niña Niall, es un maldito psicópata.

—Ella está bien, al parecer Ethan estuvo contigo el tiempo que ella estaba encerrada y no puedo hacer nada. Su madre te atendió, está muy agradecida contigo.

—Necesito ver a Louis —trató de levantarse pero Niall volvió a detenerlo.

—Ahora no, espera a que amanezca, no nos permitirán entrar a verlo aunque quisiéramos —Niall lo hizo entrar en razón—. Trata de dormir un poco por favor, ¿quieres medicarte por ansiedad otra vez? —preguntó viendo que Harry negaba con la cabeza—. Bien entonces descansa ¿Sí?

—¿Mi madre lo sabe? —preguntó dando suspiros profundos.

—Sí, estarán aquí por la mañana, han tomado el primer vuelo para verte.

—Gracias —susurró echándose nuevamente.

Niall le dio una sonrisa en respuesta, antes de regresar al sofá donde trataba de dormir, no era muy cómodo, pero era mejor que dejar solo a su mejor amigo. 

A Niall no le agrado el despertar con el dolor en su cuello y espalda, pero definitivamente lo que logró estrujar su pecho, fue el hecho de escuchar los sollozos de su mejor amigo

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A Niall no le agrado el despertar con el dolor en su cuello y espalda, pero definitivamente lo que logró estrujar su pecho, fue el hecho de escuchar los sollozos de su mejor amigo.

El día parecía tan claro como la paz después de la tormenta, pero para Harry parecía el inicio de una nueva lucha interna, Niall conocía a su mejor amigo, sabía lo frágil que podía ser y la voluntad fuerte que sostenía esa vulnerabilidad, así que en silencio se levantó de aquel sofá y lo abrazo dejando que se desahogará en sus brazos y empapará su ropa de lágrimas.

Una hora después de que Harry consiguiera calmarse, su familia llegó, Anne estuvo pendiente de él toda la mañana, tratando de distraerlo en lo que su hermana Gemma buscaba algo para desayunar.

COTIDIANO // LARRY STYLINSONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora