U N O

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Jasper.

Estaba caminando solo como ahora es costumbre, me senté en un tronco en medio del bosque y me dispuse a sentarme, pensaba en todas las cosas que he pasado con Alice y en el como era feliz. Pero realmente nunca me puse a pensar en como sería el día en el que ella me dejara, nunca pensé que fue lo que hice o haría en ese caso, realmente ¿que hice para merecer esto?.

—No lo sé —suspire pesado—¿Que hice para merecer esto?.

—No hiciste nada malo

Una voz sobresalió de los árboles detrás de mi y rápidamente voltee y vi que era una dama, vestía con ropa tres tallas más grande que ella y se que es así por su rostro, era delgado y delicado, desde donde yo estaba podía notar sus poros y estaba bien cuidados, ella vestía de un pans muy flojo y una camisa que parecía de hombre igualmente de flojo y grande. Se acercaba a mi y pude notar que no traía zapatos, que extraño.

—Señorita si me permite preguntar, ¿que hace usted aquí? —ella me dedico una sonrisa y eso hizo que mi corazón diera un vuelco, (su sonrisa es hermosa) pensé por un momento y justo cuando la tenía enfrente de mi se agachó hasta quedar enfrente mío.

—Me he perdido en el bosque, solo quería dar un paseo por la mañana pero he estado caminando por horas y aún no encuentro la salida, ¿tu conoces de casualidad la salida? —asentí con delicadeza —¡Genial! ¿me podrías ayudar a salir?.

—Si no le molesta que alguien como yo la guíe, por supuesto que la ayudaré señorita.

—¿Por qué debería molestarme?, usted no ha hecho nada malo como para desconfiar de usted, así que le estaré plenamente agradecida de que me saque de aquí, es muy hermoso y todo eso pero me gustaría más no perderme y poder disfrutar del bosque y sus maravillas.

Me levanté de dónde estaba sentado y dejé que la señorita empezará a caminar, a lo que yo como todo caballero la seguí por detrás.

—Mi nombre es Isabel Jones, pero me puedes decir Bel.

Me sorprendió un poco su forma en la que me trata como si fuera un conocido para ella por lo que respetuosamente le respondí.

—Mi nombre es Jasper, Jasper Whitlock Hale, pero si no le molesta, me gustaría que me dijera Jasper, señorita Jones.

—Solo dime Bel, estamos en confianza amigo.

Ella había parado y yo seguí caminado ya que era yo quien muestra a el camino de salida, una vez ya a mitad de bosque ví que el cielo se empezaba a nublar.

—Parece que va a llover. Ojalá y así pase, extraño la lluvia.

—Deberíamos apresurarnos señorita Jones, el clima aquí es muy engañoso y sería malo si nos toma por sopresa la lluvia.

—La lluvia no es tan mala, no me importaría llegar a casa empapada, el simple hecho de que llueva me hace feliz, ¿a ti no?.

¿cómo debería sentirme yo?, digo Alice ha estado muy extraña  y sospecho que me quiere botar por no ser un buen hombre y no amarla como ella quisiera, pero no sé cómo debería sentirme; si me siento un poco triste por todo lo que vivimos, pero también algo apático por no saber corresponder sus sentimientos. Si tan solo ella me hubiera dicho que es lo que desagrada de mi lo cambiaría y así podríamos estar bien y juntos en estos momentos pero también me preguntó, si yo no hubiera estado aquí, ¿quien hubiera ayudado a la señorita Jones?.

Visualice a lo lejos la salida del bosque y con ella pare en mi lugar, vi que la señorita Jones paro también y me sonrió, cuando sonríe sus ojos verdes me hacen pensar que todo estará bien y que puedo estar tranquilo.

—¿Pasa algo malo, Jasper? —se puso enfrente de mi una vez más—¿Por qué nos detenemos?

—Ya estamos cerca de la salida, es todo derecho, me gustaría acompañarla hasta su casa si no le parece mal, de me hace una falta de respeto dejarla sola y con la lluvia aproximándose. Por supuesto si no molesta y me toma como alguien molesto o un abusador.

—Para nada, yo estaría más que encantada si me acompañas hasta la puerta de mi casa, sabes soy nueva en la ciudad y acabo de llegar hace apenas unas horas por lo que quise venir y explorar un poco...aunque me haya perdido —río, su risa es tan linda— pero no eres alguien molesto Jasper, y me sorprende tu caballerosidad, no muchos hombres hoy en día son tan educados y formales como tú.

—Me podrías indicar el camino hacia su casa por favor, no me sentiré seguro si no la llevo hasta la puerta de tu casa.

—Está bien, ahora seré yo la que te enseñe el camino.

Una vez salimos del bosque caminamos y bajamos hacia el pueblo, pasamos al menos unas siete cuadras hasta que llegamos a su pequeña y humilde morada, su casa tiene un techo de estilo americano de dos aguas, pequeña de color crema con unas ventanas ovaladas de arriba pero rectas de abajo, con cortinas delgadas y transparentes para que la luz del sol pase por ellas y la puerta de madera de pino, color café claro, muy elegante diría yo.

—Perdona el desorden, cómo te digo llegué hace poco y aún tengo cosas que desempacar. —me dijo mientras habría la puerta de su casa.

—Si gustas podría ayudarle, señorita Jones.

—No quisiera abusar de tu ayuda Jasper, pero estoy muy agradecida, Gracias.

Eres La Luz en Mi Oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora