capítulo 14 | él no ama

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Miré mi teléfono, específicamente a la foto de la corte nupcial en la boda pero sólo enfocandome en Kenny y en mi como estábamos de pie, él detrás de mi con sus manos en mi cintura. Sonreí como estúpida pues la imagen de aquel beso bajo la lluvia no salía de mi cabeza.

Todavía podía sentir sus manos rodeando mi cintura provocando que mi cuerpo se acercara al suyo, sentía mis mejllas enrojecer mientras la suavidad de sus labios invadian los mios obligaondo a mis brazos a pasar por su cuello, lo que provocó que me inclinara hacia arriba para continuar con aquel beso que fundió nuestras respiraciones.

Sus labios se sentían cálidos y suaves, dulces y dominantes, se movían con agilidad guiándome a seguirlos hasta lentamente separaelos de los míos, mis ojos poco a poco abrieron topandome con esa mirada café que tanto me embriaga y hace sentir pequeña.

—Los mejores besos se dan bajo la lluvia— Susurró y sonrió logrando hacerme reír por igual.

—¿Porque el beso?— La verdad la pregunta debía ser, ¿por qué cambiaste de opinión?

—No lo sé— Me soltó apartándose por un momento y de  la ilución a la desepción en sólo un instante. —creo que me gustas más de lo qué pensé—

Añadió provocando una pequeña felicidad en mi interior. Entonces en ese pequeño instante supe que me había enamorado de él.

—Maia— Escuché su voz hablándome en la lejanía mientras miraba la foto, estaba tan ensimismada en el recuerdo que no me había percatado de que era mi mamá, hasta que Añadió que llegaría tarde. —baja rápido—

—Si mamá ya salgo— Respondí mientras recogía mis cosas quitando la imagen de mi frente para Luego salir, llegué a la cocina tomando nada más que una manzana como desayuno ya que sí iba un poco tarde.

—no vuelvas tarde hoy, dejaste enojado a Sebastian cuando desapareciste de la boda—  se queja ella mientras me daba la espalda ya que se encontraba terminando de prepararle el desayuno a mi padre, por mi parte recordé todo lo que ocurrió esa noche.

Hubo un remolino de emociones, esa noche lloré, reí, tuve miedo, me sentí bien y mal. Y lo peor, es que ellos no saben a donde fui pero seguro que se imaginan con quién.

—lo siento, no volverá a pasar— Añadí de forma estúpida mientras le daba una mordida a la manzana lista otra irme.

—otra cosa— Añadió mi mamá poniendo una mano sobre su frente mientras que giraba a verme como si se hubiera olvidado  de decirme algo. —¿como es eso de que tienes novio?— su mano se posó sobre su cadera mientras sostenía el cucharón sucio con el cual estuvo moviendo la comida, miró con tanta seriedad que por primera vez pude ver el reflejo del rostro de Sebastian en ella.

Abrí la boca sin saber que decirle, estaba segura de que esa información fue dada por Michael.

— cuando vuelva hablamos al respecto ¿si?, estoy tarde—  giré para abrir la puerta, cuando de pronto miré a mi frente topandome justamente con Kenny apoyado sobre su auto justo frente a mi casa, abrí los ojos tan grandes que casi sentí que se me saldrían.

—¿que haces aquí?— Grité sorprendida de verle a la vez que mis padres se asomaban a ver.

—tenemos un problema, y por alguna razón a tu teléfono no le entran mía llamadas— Se acercó despacio mientras me miraba, luego levantó la mirada a mi espalsa donde mis padres observaban en silencio desde adentro.

—Buen día— él sonrie asintiendo con la cabeza para ellos, recibiendo el mismo saludo por su parte.

Decido cerrar la puerta y llevarme a Kenny hasta afuera para evitar que escuchen la conversación mis padres.

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