Veintiuno

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Taehyung

Entré a la habitación de la pequeña Junghee, quien permanecía alejada de su madre y cuidada por un séquito de nanas que llenaban ese vacío que Joohyun estaba provocando en la vida de su propia hija.

Me preguntaba como existían personas que se habían ensañado con mi hija por el simple hecho de ser mujer. Y por no poder continuar con la tradición familiar.

Aunque, fuese niño o niña, quería algo distinto para quien sería mi hija. Durante mucho tiempo busqué la manera de alejarla del mundo al que mi padre me condenó a vivir, Junghee debía crecer alejada de las armar y el peligro para vivir como una chica ordinaria, pero aquello no podría ser si seguía a mi lado, y de los Kim.

Doce quince de la madrugada. Tomé el cuerpecito de mi bebé y por última vez deposité un delicado beso en su mejilla. Y dentro de mi la ilusión de ser un hombre completamente ordinario, quien sea capaz de llevarla al colegio, enseñarle andar en bicicleta, pasar las tardes coloreando con ella, y demás cosas que un padre haría, pero mi posición jamás lo permitirá.

—Hay una persona esperando por ustedes afuera.—entregué a Junghee con una de sus nanas, quien en ese momento había recibido una cantidad obscena de dinero por su eterno silencio.—Para ti, para mi y para todos, Kim Junghee, la hija de Kim Taehyung murió.

[••••]

Junghee

—¡Estoy harto!

Era la tercera vez que Seokjin cambiaba de canal, pues en todos él era el protagonista de las notas y titulares.

—Puedes pedirme matrimonio el próximo mes.—dije tranquilamente.

—¿Por qué el próximo mes? No puede ser mañana.—Seokjin dejó su lata de cerveza sobre la mesa de centro.

—Yo sé lo que te digo. Te convendrá, pero antes necesito que hagas algo por mi.

—Sabía que eres de las mujeres que no da un paso sin antes negociar.

—Lo aprendí de alguien.

My Expensive GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora