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—¿Me darás el dinero para la pizza?

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—¿Me darás el dinero para la pizza?

Desde que papá perdió el trabajo, la mesada de Oswald se había

reducido a prácticamente nada. Papá sonrió, a Oswald le pareció una

especie de sonrisa triste.

—Hijo, estamos mal, pero no estamos tan mal. No te daré trescientos

cincuenta por una rebanada y un refresco.

—Está bien —dijo Oswald. Era difícil decir que no a una rebanada de

queso caliente y pegajoso.

Como no era una noche de escuela y no volvería a serlo durante

bastante tiempo, Oswald se quedó despierto después de que papá se fue a

la cama y vio una vieja película japonesa de monstruos, con Jinx

ronroneando acurrucada en su regazo. Oswald había visto muchas películas

de terror japonesas de grado B, pero esta, Zendrelix contra

Mechazendrelix, era nueva para él. Como siempre, Zendrelix parecía un

dragón gigante, pero Mechazendrelix le recordaba a los animales

mecánicos que dibujaba cuando les quitaba la piel. Se rio de los efectos

especiales de la película (el tren que Zendrelix destruyó era claramente un

juguete) y de cómo los movimientos de los labios de los actores no

coincidían con el inglés doblado. De alguna manera, sin embargo, siempre

se encontraba apoyando a Zendrelix. A pesar de que era sólo un tipo con

un traje de goma, de alguna manera se las arregló para tener mucha

personalidad.

En la cama, trató de contar sus bendiciones. No tenía a Ben, pero tenía

películas de monstruos, la biblioteca y porciones de pizza a la hora del

almuerzo. Era mejor que nada, pero aun así no iba a ser suficiente para que

siguiera adelante durante todo el verano. «Por favor», deseó, con los ojos

cerrados con fuerza. «Por favor, deje que suceda algo interesante».

✩✩✩

Oswald se despertó con el olor a café y tocino. No podía prescindir del

café, pero el tocino olía increíble. El desayuno significaba tiempo con su

madre, a menudo la única vez que pasaba con ella hasta el fin de semana.

Después de una pausa necesaria, se apresuró por el pasillo hacia la cocina.

—¡Bueno, mira eso! ¡Mi estudiante de sexto grado! —Mamá estaba de

pie junto a la estufa con su albornoz rosa difuso, con su cabello rubio

Into The PitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora