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—Y así todos los días me arrojas a la calle como basura

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—Y así todos los días me arrojas a la calle como basura. Si esto es la

mejor de las cosas, ¡odiaría ver lo peor!

—Hijo, ¿no crees que es un poco dramático–?

Oswald no se quedó para escuchar el resto de las críticas de su padre.

Salió del coche y cerró la puerta de un portazo.

Su padre se alejó a toda velocidad, probablemente contento de

deshacerse de él.

Tal como predijo, la biblioteca todavía no tenía el libro que quería.

Hojeó algunas revistas, de las que tienen animales exóticos de la jungla, que

por lo general le gustaban, pero que hoy no hacían mucho por él. Cuando

le llegó el turno de usar una computadora, se puso los auriculares y miró

algunos videos de YouTube, pero no estaba de buen humor para reír.

A la hora del almuerzo, se sentó en Jeff's Pizza con su porción y refresco.

Todos los días, una loncha de queso. Si su padre no fuera tan tacaño, le

daría otro dólar para que pudiera comer pepperoni o salchicha. Pero no,

tenía que ser la pizza más barata que pudiera conseguir. Claro, el dinero

era escaso, pero en realidad, ¿otro dólar al día iba a romper el banco?

Miró alrededor del lugar y decidió que Ben tenía razón. Jeff's Pizza era

espeluznante. Estaban esas figuras oscuras pintadas en las paredes, el

polvoriento pozo de bolas abandonado. Y cuando pensaba en ello, Jeff

también era un poco espeluznante. Parecía tener cien años, pero

probablemente sólo tenía treinta. Con esos ojos inyectados en sangre de

párpados pesados, el delantal manchado y el habla y el movimiento lentos,

era como un pizzero zombi.

Oswald pensó en su discusión con papá esa mañana. Pronto papá le

enviaría mensajes de texto, esperando que fuera al auto. Bueno, hoy iba a

ser diferente. Hoy papá tendría que venir a buscarlo.

Había un lugar perfecto para esconderse.

Oswald iba al pozo.

En verdad el pozo era bastante asqueroso. Claramente intacto durante

años, las esferas de plástico estaban cubiertas de un polvo gris y difuso.

Pero esconderse ahí sería una gran broma para su padre. Su padre, que

siempre lo dejaba y lo recogía como si fuera la tintorería de alguien, tendría

Into The PitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora