recogido en una cola de caballo, volteó algo–oh, mmm, ¿eran esos
panqueques?
—Hola, mamá.
Ella abrió los brazos.
—Exijo un abrazo por la mañana.
Oswald suspiró como si eso le molestara, pero se acercó y la abrazó.
Fue divertido. Con papá, siempre decía que era demasiado mayor para los
abrazos, pero nunca rechazó los brazos abiertos de su mamá. Tal vez fue
porque no pasaba mucho tiempo con ella durante la semana, mientras que
él y papá pasaban tanto tiempo juntos que a veces se ponían de los nervios.
Sabía que mamá lo extrañaba y se sentía mal por tener que trabajar
tantas horas. Pero también sabía que, dado que el trabajo de papá en el
Snack Space era sólo a tiempo parcial, las largas horas de trabajo de mamá
eran la principal razón por la que se pagaban las facturas. Mamá siempre
decía que la vida adulta era una lucha entre tiempo y dinero. Cuanto más
dinero haya ganado para gastar en facturas y necesidades, menos tiempo
tendrá para dedicarlo a su familia. Es un equilibrio difícil.
Oswald se sentó a la mesa de la cocina y le agradeció a su mamá cuando
le sirvió el jugo de naranja.
—Primer día de vacaciones de verano, ¿eh? —Mamá volvió a la estufa
para recoger un panqueque con su espátula.
—Uh-Huh. —Probablemente debería haber intentado sonar más
entusiasta, pero no pudo reunir la energía.
Ella deslizó el panqueque en su plato y luego le sirvió dos tiras de tocino.
—No es lo mismo sin Ben, ¿eh?
Sacudió la cabeza. No iba a llorar.
Mamá le revolvió el pelo.
—Sí. Es un fastidio. Pero, oye, tal vez un nuevo amigo se mude a la
ciudad.
Oswald miró su rostro esperanzado.
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Into The Pit
HorrorPrimera historia del primer fazbear frights traducida Copyrigth © por Scott Cawton. Todos los derechos reservados