que salir del auto y hacer un esfuerzo para variar. Oswald tampoco se lo
pondría fácil.
Se quitó los zapatos. Sí, el pozo de pelotas era repugnante, pero al
menos entrar en él haría que el día de hoy fuera diferente de todos los días
anteriores.
Se subió al pozo y sintió que las bolas se separaban para dejar espacio a
su cuerpo. Movió brazos y piernas. Era como nadar, si pudieras nadar en
esferas de plástico secas. Encontró su pie en el fondo del pozo. Algunas de
las bolas estaban extrañamente pegajosas, pero trató de no pensar en por
qué. Si iba a engañar a su padre, tendría que hundirse por completo.
Respiró hondo, como si estuviera a punto de saltar a una piscina, y cayó
de rodillas. Eso lo puso hasta el cuello. Moviéndose de modo que estaba
sentado en el suelo del pozo, también metió la cabeza debajo. Las bolas se
separaron lo suficiente como para que pudiera respirar, pero estaba
oscuro y lo hacía sentir claustrofóbico. El lugar apestaba a polvo y moho.
—Conjuntivitis —podía oír la voz de su madre que decía—: Te vas dar
conjuntivitis.
El olor realmente lo estaba afectando. El polvo le hizo cosquillas en la
nariz. Sintió que se acercaba un estornudo, pero no podía mover la mano
a través de las esferas lo suficientemente rápido como para alcanzar su
nariz y amortiguarlo. Estornudó tres veces, cada una más fuerte que la
anterior.
Oswald no sabía si su padre lo estaba buscando todavía, pero si lo
estaba, el pozo de pelotas con estornudos probablemente había revelado
su ubicación. Además, estaba demasiado oscuro y demasiado asqueroso
ahí. Tenía que salir a tomar aire.
Mientras se levantaba, sus oídos fueron asaltados por el sonido de
dispositivos electrónicos y niños gritando y riendo.
Sus ojos tardaron unos segundos en adaptarse de la oscuridad del pozo
al brillo que ahora lo rodeaba, las luces parpadeantes y los colores vivos.
Miró a su alrededor y alguien murmuró—: Toto, no creo que estemos más
en Kansas.
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Into The Pit
HorrorPrimera historia del primer fazbear frights traducida Copyrigth © por Scott Cawton. Todos los derechos reservados