había sentido su agarre en su brazo, se sentó a su lado en el auto mientras
lo conducía a casa.
¿O lo había hecho? Si mamá dijo que papá estaba en casa y estaba bien,
debe estarlo. Oswald confiaba en su madre. Pero si papá estaba bien,
significaba que Oswald no había visto lo que pensó que vio. Y eso debe
significar que Oswald estaba perdiendo la cabeza.
✩✩✩
Después de sólo unas pocas horas de sueño intermitente, Oswald se
despertó con el aroma del jamón frito y galletas horneadas. Su estómago
rugió, recordándole que se había perdido la cena anoche.
Todo se sentía normal. Tal vez debería tratar el ayer como un mal sueño
e intentar seguir adelante. Un nuevo año escolar, un nuevo comienzo.
Se detuvo en el baño, luego se dirigió a la cocina.
—¿Te sientes mejor? —preguntó mamá. Ahí estaba ella, con el pelo
recogido en una cola de caballo, vestida con su albornoz rosa y peludo,
preparando el desayuno como siempre. Algo en este hecho hizo que
Oswald se sintiera tremendamente aliviado.
—Sí. En realidad tengo bastante hambre.
—Eso es un problema que puedo solucionar. —Dejó un plato con dos
galletas de jamón y le sirvió un vaso de zumo de naranja.
Oswald se comió la primera galleta de jamón en tres grandes bocados.
La cosa amarilla entró y se sentó frente a él en la mesa del desayuno.
—Uh... ¿Mamá? —El corazón de Oswald latía como un martillo
automático en su pecho. La galleta de jamón pesaba en su estómago
revuelto.
—¿Qué pasa, cariño? —Estaba de espaldas mientras usaba la cafetera.
—¿Dónde está papá?
Se dio la vuelta con la cafetera en la mano.
—¡Oswald, tu papá está sentado frente a ti! Si se trata de una especie
de broma elaborada, puedes terminarla ahora mismo porque oficialmente
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Into The Pit
HorrorPrimera historia del primer fazbear frights traducida Copyrigth © por Scott Cawton. Todos los derechos reservados