Teisy. (One shot dedicado)

159 9 1
                                    

—Yo no te mandé a ti a quedarte después de tu hora de trabajo haciendo dique horas extra, obviamente no encontrarás taxi tan temprano. Y es peligroso.

Rubí se quejaba al otro lado del teléfono y yo solo escuchaba.

—Perdón, mamá. —Resoplé. Ella me insultó. La rubia daba miedo, sólo a veces.

—No puedo ir a buscarte ahora mana, Wooyoung se llevó el carro y tú sabe cómo es él, ahorita amanece dónde Jimin borracho.

—Nada nuevo.

Procedí a salir del edificio, suspiré y miré a todos lados. Quizá tenía algo de culpa, pero debía terminar ese trabajo.

—Deberías esperar dentro del edificio tu taxi. Sería lo mejor. No te vayas sola.

—Nos vemos allá. —Sonreí, escuchándola decir un "Espero". Volví a meter mi teléfono en mi bolso. Mi camisa blanca, mi falda de tubo y mis zapatos negros no me resguardaban mucho del frío. Rápidamente pedí un Uber. Diez minutos después, el Uber había llegado, pero no dónde indiqué, cómo no tenía tiempo de quejarme empecé a caminar, alejándome del edificio. La luna estaba preciosa y me facinaba admirarla. En un momento dado estaba viéndola embobada. Di un saltito cuando escuché un ruido.

—Coño, morena, ¿Para dónde tan sola? —Silbó alguien.

Fruncí mi ceño al ver a tres hombres acercarse a mí. Las alarmas se me dispararon. Claramente seguí caminando, ignorándolos.

—Ah, ¿pero es sorda la desgraciada? ¡Mami, te estoy hablando! —Solté un grito ahogado cuando me jalaron hacia ellos.

—¡Suéltame! —Intenté darle con mi bolso, pero sólo se rieron y me sostuvieron. Mi alma se había caído a mis pies.

Yo le había dicho a Rubí que nos veríamos luego.

—Vaya, ¿Una fiesta y no invitan?

Un cuarto.

—Eso parece, bro. Qué maleducados. —Rrspondió otra voz, igual de ronca.

Un quinto.

Un quinto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Bueno, al menos estos eran atractivos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Bueno, al menos estos eran atractivos.

Muy atractivos.

Estaba temblando como una hoja y no sabía si era del miedo o del frío.

—Consíganse su prostituta, largo de aquí. —Exclamó el chico que me tenía sostenida, abrí mis ojitos como platos y lo miré.

—¡No soy... ! ¡Idiota!

Intenté zafarme, no funcionó, eso pareció molestar a los recién llegados.

—Te dijo que la sueltes.

Y de repente me había metido en una película de acción. Con movimientos elegantes los dos se deshicieron de los tres pervertidos fácilmente.

—¿L-le rompiste el brazo a ese?

—Se me pasó. —El más bajo se encogió de hombros. Me abracé, no soportaba el frío y había dejado mi abrigo en casa.

Ambos hombres se pegaron a cada lado de mío, protegiéndome del frío. Solté un jadeo, intentando escapar de nuevo, pero luego me relajé. Ellos me habían salvado, y me sentía segura con ellos.

—Tranquila, bebé. Estarás bien ahora. Yo soy Jungkook, él es Hongjoong. —Ambos sonrieron al mismo tiempo, yo claramente me sonrojé.

Jesú. Rubí tenía que ver esto.

—G–gracias. No debí... —Bajé mi mirada.

—No es tu culpa, recuerda que ellos son los malos, no tú. Aún así, ten más cuidado la próxima vez. —Hongjoong y Jungkook sostuvieron mis manos. Asentí de nuevo, sin palabras. —¿Dónde vives? Debemos llevarte rápido.

Les dije mi dirección, me sentía relajada y ellos no dejaban de acariciar mi mano con uno de sus dedos. Ambos olían rico. Y no me sonaba a algún perfume que haya olido antes. Pronto supe que estaba en una limosina, ambos a cada lado mío. Tenía mi cabeza apoyada en el hombro de Jungkook. Pero no dejaba de ver a Hongjoong, quién me sonreía. 

¿Hongjoong estaba oliendo mi cuello?

Parpadee dos veces seguidas, viendolo reír. Se había acercado a mi de repente. Otra cosa que no me molestó.

—Perdóneme, señorita. Huele tan delicioso que...

—Contrólate. —Gruñó Jungkook haciéndome estremecer.

—Hyung, ¿Entonces por qué está aquí? Muero de hambre. Esa piel morena se ve exquisita. —Se quejó Hongjoong. Jungkook rodó los ojos con fastidio.

Y yo me sonrojé.

—Debíamos ayudar a la señorita. No seas tonto. Compórtate. —Hongjoong bufó. Tragué saliva. Tenía mucha sed. Supongo que Jungkook se dió cuenta, porque me ofreció un vaso de agua, agradecí y comencé a tomar con energía, había mojado mi cuello sin querer. Y lo siguiente que sentí fue la lengua del más bajo.

Jungkook no dijo nada. Pero a él lo miró fijamente.

—¿Ups? Dijiste que había que ayudarla, la estoy ayudando.

Hongjoong soltó una risita. Pero yo estaba lejitos rememorando el momento.

Quiero más.

Volví a beber agua y a salpicarme el cuello, bajo la mirada sorprendida de Hongjoong, Jungkook rió levemente, y fue su turno de lamer, solté un jadeo.

Dios mío, yo que voy a la iglesia los domingos. Perdóname señor.

—Esta noche será divertida. —Hongjoong se pegó aún más a mi costado. Por alguna razón me pegué más a él. Haciéndolo sonreír aún más.

—Hyung, déjeme dar la primera mordida. —Jungkook asintió, sentí los dedos del más alto acariciando mis labios. Claramente volví mi mirada hacia él.

Le di permiso.

Jungkook me besó lentamente. Sentí de nuevo la lengua de Hongjoong en mi cuello, el más alto aprovechó que había abierto la boca por un gemido y hundió su lengua.

Jo-der.

Y luego sentí dos pinchazos en mi cuello.

Me estremecí con fuerza. No voy a describir qué pasó después. Pero también sentí otros dos pinchazos y luego me encontraba temblando con los ojos cerrados.

Por suerte le avisé a Rubí que estaba bien antes de entrar a la limosina.


Tsunami. (One Shots de Kim HongJoong-ATEEZ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora