CEO de mi corazón.

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Si creían que enamorarse ya estaba feo.

Enamorarte de tu jefe era peor.

¡Nadie me podía culpar!

Kim HongJoong era la cosa más hermosa, divina, preciosa, linda, inteligente, amable, sexy, del mundo.

Y realmente sexy y bonito no podría ir en la misma oración, pero Kim lo era.

Y mi corazón lo confirmaba cada vez más.

Soyeon rodó los ojos.

—Llevas trabajando para él cinco años, ¿Y sigues temblando cuando te manda a llamar? —Preguntó incrédula. Me sonrojé.

—E-es que... —Balbucee intentando justificarme mientras sostenía los documentos.

—Es que nada, mujer, ¿Cómo lo aguantas? Ves a ese hombre todos los días y no te he visto enloquecer.

—Es que colapso en mi casa.

—¿Esos fueron los gritos que escuché la vez pasada? ¡Pensaba que estabas viendo películas de terror!

—Es que él subió una nueva foto en traje. —La miré con cara de "Por favor, entiéndeme."

—Quita esa cara, claro que te entiendo, lo que no entiendo... —Pellizcó mi nariz sacándome un quejido. —Es por qué no se lo has dicho.

La miré como si le hubiera crecido un tercer ojo.

—¿Te parece que un hombre como el señor Kim se fijaría en mí? ¡Además no puedo enamorarme tranquilamente de mi jefe!

Sentí un zape en mi nuca, la miré indignada.

¡Violencia en el trabajo!

—¿Qué tonterías dices, mujer? ¡Eres hermosa! Y además, no solo físicamente, mocosa. —Se quejó Soyeon, la miré avergonzada, lamentablemente a veces tenía mis bajones, como todo el mundo.

—Realmente estamos perdiendo el tiempo aquí, ve a la oficina, nos vemos, nena. —Me dió un besito en la mejilla y desapareció.

Empecé a temblar.

Parecía una adolescente, yo no podía ser así, ¡Tenía 26!

Enderecé mi espalda tomando profundas respiraciones, él siempre me ponía como la primera vez que lo conocí, quería demandarlo. 

Con mis tacones resonando por los pasillos caminé hacia la oficina de mi jefe, pero hey, temblaba menos que antes, es un gran logro.

Toqué la puerta con la firmeza que no sé de dónde salió.

—Pase. —La voz ronca de Kim penetró mis oídos y casi chillo.

Ay mierda, ay mierda, ay mierda, ¿Y-y si me voy? P-puedo presentarme enferma y...

—Llevas un minuto ahí parada, ¿Qué haces? —Me sobresalté ante la voz suave de HongJoong.

—S-se pintó el cabello. —Fue lo único que pude decir, mis neuronas habían huido y definitivamente el rápido latir de mi corazón no ayudaba, Kim alzó una ceja.

—¿Si? Gracias por notarlo, Lee, pasa. 

Caminó a su gran escritorio y rápidamente lo seguí, comenzó a hablar por teléfono y yo me mantuve mirándolo con la boca abierta, me senté temblorosa.

¿¡Cómo un cabello naranja pasaba de negro así de fácil?!

Dios mío, mi pobre corazón.

—¿Estás bien? Estás pálida. —Kim me miró con atención y yo tragué saliva.

Tsunami. (One Shots de Kim HongJoong-ATEEZ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora