Desde que somos camareros todo está muy relajado, si sigo teniendo miedo de cometer algún fallo pero al ver a aquel pelinegro esos pensamientos se alejan.
Estabamos en los barracones y unos compañeros empezarón a hablar de distintos temas hasta que se acercarón hacía nosotros y nos preguntarón algo relacionado con el General.
- X: ¿Ya habeís visto al general? - Preguntó.
- Si, lo vemos cuando servímos la comida. - Respondío Namjoon.
- No se merece ni eso. - Habló otro desde una litera.
- ¿Por que? es su padre el que organiza todo esto. - Dije para ganarme la mirada de las otras personas.
- Él fue el que nos trajó aquí, planeó todo con su padre. - Respondío otro con enfando.
Me quedé sin palabras.
¿Y si lo que decía aquel señor era verdad?
Me pusé a recordar una de las últimas conversaciones de mi padre, donde me dijo que tuviera cuidado con esa gente.
¿El General realmente me había utilizado?
Me sentía tan humillado, mis ojos empezarón a enrojecerse.
Cuando estaba en medio de mis pensamientos la puerta se abré dejando ver a varios soldados.
Mandarón a varios de mis compañeros ponerse en fila y poco después se marcharón.
- ¿A donde van? - Pregunté en un susurro a Namjoon.
- A la muerte, Jimin. - Respondió el mayor bajando la mirada.- Es el fin. - Murmuró otra persona.
La habitación empezó a ser caotíca.
Volvierón a entrar soldados y empezarón a golpear con sus porras a varios de los que estaban organizando el escandaló.
Sentía rabia al recordar como mi padre había muerto, mi madre estaba desaparecída y el pelinegro se había aprovechado de mi.
Me acerqué a uno de esos soldados que estaban atacando a mis compañeros y le pegué un fuerte rodillazo en su abdomen.
Varias personas se fuerón acercando a mi.
Me empezarón a golpear en todas partes.
Caí al suelo y sentí como me cogían por varios brazos y me llevaban fuera del barracón.
Podía oír los gritos desesperados de muchos de mis compañeros entre ellos el de Namjoon.
Mi vista estaba cegada así que no podía ver hacía donde era dirigido.
De pronto sentir como los soldados que me llevaban paraban en secó.
- General. - Dijeron los soldados.
Sabía de quien se trataba y era el que menos quería ver ahora.
- Llevarlo a está sala, yo me ocupo de él. - Mencionó el General haciendo que aquellos soldados me llevarán sin protestar.
Al entrar en aquel lugar esos soldados se fuerón dejandome a solas con él pelinegro.
- Jimin, ¿Que has echo? - Susurró él despacio.
- ¿Donde estoy? - Hablé sin abrir los ojos.
- En la enfermería. Y deberías ser más amable y darme las gracias por que te encontrase antes de que te llevarán al matadero. - Mencionó él acercandose.
- Dejame ir. - Chillé alejandome de él.- ¿Que te pasa? Te salvó y encima te quejas. - Dijo molesto.
El de cabellos azabaches se acercaba a paso lento intentando curarle las heridas al pelicastaño.
- Te he dicho que me dejes Yoongi. - Grité dandole una bofetada.
- ¿Se puede saber porque coño me pegas? - Voceó ahora Min enfadado.
- Por que tú sabías lo de el traslado hacía aquí, tambien estás viviendo unas pequeñas vacaciones mientrás muchos de nosotros no pudrimos aquí dentro y algunos desaparecen y no regresan. - Chillé mientras las lagrimas caían por mis mejillas.
- Jimin, yo jamás te hubiera hecho daño y si mi padre me lo dijo no me enteré. Te prometo que cuando esa noticia llegó hacía mí corrí a tú casa a buscarte. - Respondió el General con enfado.
- ¡Ves lo egoísta que eresYoongi! Solo estás pensando en mí, mientras que dejas que miles de personas mueran. - Mencioné llorando.
- Jimin, no puedo salvar a esa gente. Si padre descubré que estoy salvando a todos esos judíos me quitará el puesto y ya no podré salvarte. - Replicó el pelinegro.
- Yoongi, si de verdad me amarás sacrificarías ese estupído puesto. - Dije mientras salía de allí.
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Me quedé en blanco al oír esas palabras.
¿De verdad Jimin creía eso de mi?
¿Todo lo que hice sirvió de algo?
Unos capitanes entrarón sacandome de mis pensamientos.
- General, le traemos noticias. - Dijeron aquellas personas.
- ¿No están viendo que estoy ocupado? - Respondí irritado dirigiendome a la puerta.
- Es sobre su padre. - Murmuró uno de ellos.
Al oír eso me di la vuelta yendo hacía esas personas.
- ¿Que pasó con él? - Grité alterandome.
- A tomado el tren hacía aquí hace algunas horas, por lo tanto llegará en menos de dos días. - Respondío otro capitán.
- ¿Que? - Chillé mientrás mis manos iban directas a mi cabeza.
Salí hacía el exterior para despejar mi mente.
Tenía que intentar recuperar a Jimin antes de dos días.
Sabía perfectamente como es mi padre y él preferiría matarme a verme ayudar a un judío.Necesitaba ver a Jin urgentemente y pedirle consejos.
Lo estuve buscando durante un rato pero no lo encontré.
Corría desesperado hasta que una persona me detuvo.
- ¿Porque tanta prisa? - Rió el médico.
- ¿Ha visto a Kim Seokjin? - Murmuré mirandole a los ojos.-Ha tenído que salir durante dos días. - Respondió aquel joven.
- Mierda -
- ¿Pasa algo? Soy amigo de Kim y si necesitas algún favor me lo puedes pedir.
De un momento a otro me acordé de que este era Hoseok el médico que se había ofrecido a ayudarme.
Le pedí si podiamos ir a un sitio más cerrado y allí le conté la pelea que había tenido con el castaño.
- ¿Y que piensas al respecto? - Mencioné sacando al contrario de su trance.
- Sinceramente. - Hizo una pausa.
- Creo que Jimin tiene razón, eres el general y tienes control sobre todo lo que pasa. Y solo has pensado en tí y en él cuando miles de personas mueren a diario. - Respondió finalmente.
Aquel médico me hizo entender que lo que había hecho solo me había beneficiado a mí y a mi castaño.
- ¿Entonces que debería hacer? - Susurré dejando mi orgullo a un lado.
- Pídele perdón de una forma especial. - Dijo Hoseok como una opción.
Me pareció una buena idea, solo tenía que pensar que iba a hacer para lograr recuperar al castaño.
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Balle perdue
Fanfiction1945 El General Min conoce por casualidad a Park Jimin un joven judío. Dos amantes que tendrán que sobrevivir en medio de una guerra.