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Hoy era el gran día.

Llevabamos levantados desde las cinco de la mañana.

Estabamos dando gritos.

Todo el rato repetiamos la misma frase.

Merecemos ser libres, pronto lo seremos.

Aunque los soldados no nos entendían parece ser que funcionó porque vivierón corriendo a pegarnos para que pararamos de hablar.

Cada vez que un soldado intentaba pegar a un judío todos los atacabamos.

Así estuvimos un rato, hasta que se retirarón a por más refuerzo.

Primera fase completada.

Ahora necesitabamos salir del barracón para atacar desde afura.

Necesitabamos las llaves que Yoongi nos traería.

Bloqueamos la puerta con trozos de madera que rompímos de las literas.

Los soldados intentaban abrir la puerta pero no tenían suficiente fuerza.

Minutos más tarde conseguierón tirar la puerta abajo.

Cuando consiguierón entrar empezarón a darnos golpes.

Intentamos atacar pero eran demasiados.

De un momento a otro entraron judíos de otros barracones, eso significaba que Yoongi había conseguido la llave.

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Me levanté pronto, se podían oír desde la habitación a los judíos protestar.

Ya habían despertado a casi toda la sala incluído padre.

Eso significaba que pronto irían los soldados a mandarlos callar.

Mientrás todos miraban por la ventana intentando ver algo yo me dirigí a la chaqueta de uno de los Generales principales sacando la llave que abría los barracones.

Salí de la habitación con cuidado dirigiendomé hacía el primer barracón.

Cuando les abrí les indiqué la puerta exacta a la que tenían que ir.

Abrí tres más hasta que llegué al de Jimin.

Pudé ver como los soldados iban cayendo poco a poco.

- ¡Jimin! - Le llamé haciendo una seña.

Él se acercó junto con Namjoon.

Kim sería el encargado de abrir los demás barracones.

Mi castaño y yo iriamos a la sala del mícrofono a enviarle un mensaje a los Franceses.

Le agarré fuertemente de la mano y nos metímos por detrás de los barracones para que ningún soldado nos viera.

Había muchas personas de alto rango que se acercabán a donde estaban los judíos.

Minutos más tarde llegamos a la sala pero había unos soldados como de costumbre vigilando.

- Jimin. Esperame aquí. - Susurré.

- Ten cuidado. - Habló acercandosé para darme un beso.

Me acerqué donde esos soldados.

- General. - Hicieron una reverencia como de costumbre.

- Mi padre, el General Supremo. Me ha autorizado entrar para revisar unas fichas. - Hablé actuando tranquilo.

- Retiraros y ayudar abajo. - Les ordené para que Jimin pudiera entrar.

Ellos asintierón y se fuerón por el lado que estaba Jimin.

Balle perdueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora