XII

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En un mundo donde vale más el dinero, donde son capaces de sacrificar el amor por el deseo. En un espacio así de aberrante y triste nació la segunda princesa del reino Castell.

Su vida no relata una buena relación con sus parientes, iniciando porque estos dejaron la vida desde hace tiempo. Todo inicia en un acto de venganza por parte de la concubina del gran rey, la cual contenía celos indescriptibles en la sangre ya que no podía heredar hijos y su puesto pronto sería descartado. Siendo cegada por el odio a la dama real, decidió terminar con la vida de quien fue la primogénita y más tarde, atentar hacia la misma emperatriz. La gente se pregunta, ¿qué hizo el emperador en una situación así? La respuesta es clara: no hizo nada. Un hombre de grandes ocupaciones como las suyas no tenía tiempo de ver los movimientos de su amante, y hasta ser distraído por los gritos de sus sirvientes, fue cuando al fin tuvo tiempo de despegar los ojos de su lectura para encontrar con una escena inolvidable. Si pudo mantenerse de pie fue por la llegada de aquella inocente niña, lo último que había dejado su mujer antes de partir y el consuelo era saber que compartía rasgos como el color bronceado de su piel. A medida que el tiempo pasaba, la niña crecía, la nodriza le hacía saber que cada día se parecía más a su creadora y pudo decirlo como un comentario maligno; intencionado a que el emperador la mantuviera oculta u olvidara su existencia. Las cuidadoras no deseaban el mal, pero si esperaban que esa niña no tuviera que hacerse cargo del mundo real ya que habían escuchado comentarios hirientes a los que una pequeña de su edad podría desplomarse de saberlo. Era su método de protección.

Sin embargo, el emperador no tuvo algún momento adecuado para expresar la inmensa alegría que le hizo tener la viva imagen de su difunta esposa, reflejada en su niña, deseoso de saber que no podrá olvidarla. Siendo así, sus ideas lo llevaron al borde de la locura e inició la segunda triste etapa en la vida de Aitana Castell. Nombrada por la nodriza, única encargada de ella desde su nacimiento, testigo del día que echaron a la concubina porque está de más decir que también planeaba borrar la existencia de esta pequeña. Se incluye que hizo conexión con la princesa y la dejaron a cargo de su aprendizaje, evolución de vocabulario y extenso conocimiento de su reino.

Los rumores de su carácter salvaje no son reales, como era de esperarse, Aitana siempre demostró ser educada, silenciosa y en calma sin importar la situación. Aquello fue un simple conjunto de palabras que el mismo palacio se encargó de regar, de esta manera evitarían las preguntas sobre su paradero, aún no estaba preparada para cumplir su función y necesitaban ganar tiempo.

—Según los informes, el emperador Gamaliel no permite la entrada a jóvenes de dieciocho años en adelante.

—¿Cuál es la edad mínima?

—Quince años de edad.

—Es un hombre perverso. —Su mirada se encontró con los ojos oscuros de la princesa—. Tendrás el poder en tus manos, solo sigue las indicaciones y usa tu belleza. Seduce a ese bastardo.

—Entendido, padre.

La obsesión del emperador por su hija no era sana, nunca lo fue, lamentablemente nadie podía detenerlo. Al perder a su mujer y su primogénita, el monarca no lloró, y dicen que la principal razón de su comportamiento es porque intenta hacer que Aitana logre lo que ellas no pudieron.

La princesa no pensó que dicha orden fuese un peligro, únicamente necesitaba conocer al hombre que está en boca de todos, ese hombre que sacrificó la vida de cientos de personas a cambio de alguna bebida. Necesitaba conocer al responsable de manchar su imagen y enterrar su reputación. Vive de los demás, ¿cuál fue la razón de haberse perjudicado en sus primeros tiempos de obtener la corona? El plan trazado fue aceptado por el espadachín que le acompañaría, ambos tenían que memorizar cada párrafo y someter disciplina o improvisación en caso de ser necesario. De principio estuvo bien, confiada a la estricta educación y certeza de que no volvería con fallas, pero eso no bastó para su creador.

La reina doradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora