30-Primeros pasos

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Ante la atenta mirada de ambos progenitores las niñas gatearon hacia ellos, se sentaron en el suelo justo delante de los mismos y con sus diminutas manitas agarraron la tela del pantalón que les recubría el cuerpo, con esfuerzo lograron sostenerse en pie gracias a el apoyo en sus padres, padres los cuales estaban alucinando ante lo que estaba pasando, no solo sus niñas había empezadoa hablar sino que también estaban haciendo el intento de empezar a andar con ayuda de sus padres y el equilibrio que estaban manteniendo gracias a  la sujeción.

—Hostia Viktor miralas son preciosas.—El entusiasmo en la voz del francés solo hizo más que enternecer a el mayor el cual se agachó y abrazó a Marie, que era la que se estaba sosteniendo de la tela de sus pantalones.

—Con cuidado hija que te puedes hacer daño.—Advirtio el hombre mientras tomaba a la menor en brazos y la abrazaba con fuerza.
—Papaaaaaaaa….—Soltó una risa tras decir la palabra llenando de ternura a los dos mayores.

—¿Caminaran?—Interrogó el subinspector que había tomado en brazos a Nuria, la cual sin prestar atención a su fuerza había tirado de la nariz de su padre de pelo azul logrando un quejido de parte del mismo, aunque la menor casi no tuviera fuerza no era agradable que le tiraran de la nariz.—Nuria eso no, esa es mi nariz y no se puede tirar de ella.—Le intentó explicar el de ojos bicolores sin éxito ya que la más pequeña de las hermanas lo haría  con la nariz de sus padres.

—No lo habrá que probarlo.—Respondiendo a la pregunta que el hombre  había formulado Volkov dejó a la menor que estaban en sus brazos en el suelo acolchado de la guardería, siendo imitado pocos segundos después por su novio.

Ambos se agacharon y miraron a las dos criaturas que cuidan, las menores se sentaron en el suelo mirando a sus padres sin saber que hacer a continuación o que querían los adultos.

—Levantaos como antes con el pantalón anda amores que sabemos que podeis.—Les intentó animar el francés observando a las dos niñas, que gracias a un error había acabado cuidando.

Las pequeñas Volkov Perez simplemente les observaron soltando algunos ruiditos, Marie llevó su puño a su boca y lo empezó a lamer con una sonrisa sin saber que aunque eso enamoraba a sus padres no era lo que estaban esperando en ese momento.

Un suspiro escapó de los labios de los oficiales, aunque sus hijas hubieran hablado no era ninguna señal de que dentro de poco comenzarán a dar los  pasos, solo tenían 9 meses, suficiente que ambas hubieran empezado a hablar, pedirles que también andan era exigirles de más.

—Agente Johnson nosotros nos quedamos con ellos vayase a coger denuncias.—Ordenó la mano derecha del jefe de la ciudad mientras se sentaban en el suelo, quizá sus pequeñas solo necesitaban tiempo como su amigo había dicho hacía escasos minutos.

—10-4 señor.—Ante esas palabras la agente salió de la habitación no sin antes despedirse de su pequeño hermano, el cual había cambiado su rostro a uno de notable molestia ¿Porque su hermana se tenía que ir y dejarlo con esos esos hombres que no conocía de nada? El pequeño de dos años no lograba entender que su hermana mayor tenía que trabajar para ayudar a mantener a su familia y que esos dos hombres que se le iba a cuidar en su ausencia eran dos de sus jefes y padres de las pequeñas niñas.

Así que en un pequeño arrebato de locura infantil el menor tomó uno de los amados juguetes de las niñas y lo lanzó todo lo lejos que le permitió su fuerza, Nuria que era la dueña del juguete que acaba de volar hacia la otra punta de la habitación miro mal a el mayor de los niños y gateo hacia el peluche de mariposa que le había lanzado, tomo a la mariposa en brazos y dándose cuenta que no podía gatear mientras lleva el suave peluche en su manos se levantó apoyándose en la pared de la habitación y caminó hacia sus padres, los cuale estaban hablando entre ellos y con su hermana sin prestarle atención a la niña que estaba dando su primeros pasos.

Así que imitando al niño más grande en la guardería lanzó su mariposa hacia la cabeza de su padre de pelo azul.

—Auch Nuria….—Aunque quisiera continuar con el regaño a su hija verla de pie y observando cómo caminaba hacia ellos apoyándose en la pared hizo que dejara el regaño de lado, su hija estaba dando sus primeros pasos no era al momento de regañarla.

—Viktor mira.—Llamó a su alma gemela el cual alzó la vista observando a su creación caminar dando muy pequeños pasitos y hacia ellos dejándole como resultado una enorme sonrisa su rostro. Se levantó del suelo y se acercó a la niña sonriendo para rápidamente tomarla en brazos su hija había empezado a caminar, con ayuda de la pared pero camino a fin de cuentas, si se apoyaba en la pared solo era un detallito que suponía que con el tiempo se irían perfeccionando y pronto caminaria sin ayuda y corretearia por todos los rinconez de la comisaría y el departamento, ya se lo estaba imaginando logrando una gran sonrisa su labios.

—Muy bien Nuria muy muy bien.—Le halagó el hombre mientras le abrazaba.

La pequeña Marie era ahora la celosa, su hermana solo había dado algunos pasos, tampoco el apara tanto ella también lo podía hacer, gateo hacia la pared y con esfuerzo se logró levántate y empezara a caminar, aunque con el pequeño detalle que la mirada de sus padres no estaba puesta en ella y no podían ver que lo que había hecho su hermana menor no era un logro tan grande como parecía.

—Papaaaaa.—Llamó a su padres, los cuales aun con su hermana en brazos le observaron con una sonrisa viendo los pequeños pasos que la mayor de sus hijas estaba dando.

—Preciosas.—Horacio se acercó a la niña  con cuidado  la tomó en brazos para empezar a besar su rostro, sus hijas eran la cosa más linda que había en el mundo entero.

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Unidos por un error (Volkacio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora