8-Estrias

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Viktor volkov salió de la ducha y no pudo esquivar su reflejo en el espejo del baño, colocando una mano en su vientre se observó en el espejo, amaba su vientre aunque no supiera quien era el padre de las dos criaturas en su interior.

Suspiró y se puso de perfil observando lo grande que era su barriga en esos momentos, notando por desgracia para el unas leves marcas en la pálida piel de su vientre, llevo sus manos a estas rojizas marcas y las miro nuevamente en el espejo. Estrias... Le estaba saliendo estrías en su blanca piel por culpa del embarazo.

Suspirando se envolvió en la toalla y se comenzó a secar con calma y pensando en lo que estaba apareciendo en su piel, sabía que tarde o temprano las marcas saldrían y invadirian su vientre lleno de cicatrices pero no sé pasó por la cabeza que fuera tan pronto.

Tras secarse con la toalla comenzó a vestirse con la lentitud que le caracterizaba, le gustaba ir con calma más que nada porque su vientre de 5 meses de embarazo no le permitia moverse con la rapidez que acostumbraba.
Salió de el baño tras vestirse y suspiro estirando sus brazos, ese día le tocaba enseñarle a Horacio la radiografía que se había echo la semana anterior donde desvelarian el sexo de los dos bebés que portaba, y seguramente le mostraría las estrías que le habían comenzado a salir.

Le gustaba hablar del embarazo con el francés, cada palabra que intercambiaban sobre los bebés en camino le hacía estar más y más seguro a volkov le había echo bien en aceptar la propuesta que este le había dado.

Camino hacia la habitación que ambos compartían, entro en la misma y dandole un leve saludo con la cabeza a su pareja tomo un sobre blanco de el escritorio.

—¿Ya me dirás qué son? —Pregunto el de pelo azul despegando su visita de su teléfono y prestándole atención a el ruso el cual soltó una risa.

—Yo tampoco se que son Horacio... Además tengo que decirte otra cosa.
—¿El que? —Los ojos de el francés pasaron de el sobre blanco que sostenían en sus manos a su rostro en busca de intentar adivinar que le diría.

—Me estás saliendo estrias... —Comento algo avergonzado el mayor de ambos, soltando una de sus manos del sobre y llevándola a el dobladillo de su camiseta levantando la misma hasta el comienzo de su abultado vientre mostrando las leves marcas que comenzaban a salir en su cuerpo.

Las traviesas manos de Horacio se trasladaron rápidamente a el vientre de el albino acariciando con máximo cuidado las marcas rojizas que ahí se encontraban. —Son preciosas....—Esas palabras y sobre todo la gran sonrisa que estaba en los labios de el de ojos bicolores fueron las causantes de la enorme sonrisa que se asomo de los labios de el de pelo gris, sabía que su novio le gustarían pero nunca pensó que tanto.

Pérez se inclinó un poco y dejó un pequeño beso en las estrías, logrando una patada del feto en el interior de su novio, lo que le recordó lo importante, el sexo de los bebés.

—A si eso. —Soltando une leve y casi imperceptible risa volkov miro el sobre en sus manos, lo abrió con lentitud y de el extrajo un papel doblado en el que sabía que estaba escrito el sexo de los dos bebés que llevaba en su interior.

Desdobló el papel y comenzó a leer con una sonrisa, conforme las palabras eran leídas por sus ojos su sonrisa se hizo más y más grande.

—¿Que son? —Pregunto por fin el otro hombre de la sala.
—Dos niñas... —Respondió con una notable felicidad en su rostro, tomó nuevamente el sobre y extrajo del mismo dos ecografías de las bebés. —Ellas son Nuria y Marie volkov Pérez.
—Me gusta más al revés, Nuria y Marie Pérez volkov.—Tomó las ecografías observando a sus hijas con una enorme sonrisa.

—Nono mi apellido se queda primero, tú no las has cargado nueve meses para luego que te corten en dos el abdomen para sacarlas así que se quedan mi apellido. —Horacio no pudo negar que eso no era cierto, su novio tenia razón además el no era nada de las gemelas para exigir algo a viktor, solo sería el segundo padre de ambas.

_Esta bien... Es cierto primero el tuyo son tus hijas a fin de cuentas. —En ese momento el comisario fue capaz de notar una leve tristeza en las palabras recien pronunciadas, tristeza la cual entendía pero eran sus hijas a fin de cuentas y el elegiría cómo ponerle a las mismas.

—Si quieres puedo buscar alguna crema para que se te vayan las estrías. —El agente federal agradeció el cambio de tema y observó las marcas en su vientre aprovechando que aún no había bajado su camiseta.

—No hace falta.... Me gustan significan que estoy creando dos bebés preciosos en mi interior y la piel se tiene que estirar para que crezcan bien, además no son feas ¿Verdad? —Pronuncio hacia Horacio el cual observaba el vientre de el hombre sonriendo por los constantes movimientos que había en el.
—Me gusta como piensas y no, no son feas no mas que las cicatrices que tienes de armas al menos estás están porque las quisiste tu aunque sean un error.

—Un error que nos unió y nos transformará en padres en tres meses. —Recordó el ruso.
—El mejor error que puedes cometer jamás.
—Habrá que agradecerles a Conway y Gustavo en algún momento, aunque ellos no lo sepan son suyos y gracias a ellos estamos aquí. —Recordó Viktor con una leve risa.

—Sí eso sí que hay que hacerlo en algún momento. —Un pequeño beso fue depositado en los labios del comisario de corazón de hielo el cual sonrió. —Pero si ahí próximo será mío.
Levantándose de su lugar en la cama volkov le observó con una sonrisa. —Ya veremos futuro papa ya veremos...

Esas palabras lograron enamorar todavía más al subinspector, levantándose de la cama y siguiendo a su alma gemela.

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1035 palabras.

Está historia es con diferencia la más soft que e escrito en toda mi vida.

Unidos por un error (Volkacio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora