14-Romper fuente

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El momento tan esperado por volkov había llegado por fin después de 9 meses, las bebés estaban a punto de llegar las contracciones que llegaban en su cuerpo cada media hora se lo gritaban, eso y su antiguo amor que no paraba de correr con él en brazos en busca de un taxi mientras gritaba.

—¡Taxiiii taxiii por dios que volkov está pariendo!—Gritaba el búlgaro mientras corría esquivando los coches.

—Alex... —Le llama sin alzar la voz. —...¡Alex! —Le grito al ver que no le Iba a hacer caso si no gritaba.
—¿Que?—Por fin el miro mientras se paraba en mitad de la carretera arriesgando no solo su vida sino también la del comisario actual y la de ambas bebes.
—Primero estamos en mitad de la calle, segundo en el centro tengo el coche y tercero calmate. —Le hablo con tranquilidad aunque volviendo a sentir una contracción en su vientre.

—A.
Esa letra fue simplemente la respuesta que el hombre dio mientras caminaba a la acera poniéndo a los cuatro a salvo, cosa que agradeció el ruso al ver pocos minutos después un camión pasar justo por donde ivannov se había detenido.

—Dame las llaves del coche. —Extendiendo la mano miro al que estaba de parto, el cual saco las llaves y las puso sobre su mano. —Tu llama a Horacio anda.
Asintiendo el pálido tomo su teléfono y observando como la Calma le había por fin invadido a su bulgado llamo al padre de las niñas. —Horacio... —Pronucio antes de soltar un grito por qué habia sido de nuevo tomado en brazo.

—¿Que? ¿Estas bien? —Levantandose de la silla de la cocina del departamento alertado por el grito miro a su hermano, con el cual había quedado para hablar de cosas.
—A Sisi solo que ya vienen las bebés vamos para el hospital allá nos vemos. —Le explicó el mayor de la relación mientras escuchaba la respiración entre cortada de Alexander el cual simplemente estaba corriendo hacia el centro comercial con el en brazos.

—...Hostia Gustabo que los bebés ya vienen.
—Si allá nos vemos chao cariño. —Fue lo último que dijo antes de colgar y mirar al antiguo ex comisario. —El Mercedez negro.
Asintiendo ante la indicación Alexander camino hacia el auto, abrió sus puertas con la llave antes dada y lo tendió en el asiento trasero, subió de piloto en total silencio y encendio el auto para comenzar a conducir camino al hospital, donde casi muere años atrás y donde sus sobrinos llegarían al mundo.

—A mí nunca me dijiste cariño.
—Te decía милый que es cariño en ruso, Alex además tú estabas muerto no me jodas ahora de celoso. —Hablo bastante cabreado el de ojos azules, cosa normal si su ex muerto aparecía así porque si, le abducia al parto y encima estaba de celoso con su pareja.
—Perdon...—Con arrepentimiento en su voz suspiro mientras seguía conduciendo. —Solo que no me esperaba que llegará y estuvieras así, con un bombo y con el más idiota de comisaría.
—...—Cabreado miro a su antiguo compañero, no le había gustado un pelo escuchar eso de su pareja. —El me quiere, así que cierra la boca y conduce, y ya hablaremos tu, yo y el puto conway.

Tragó saliva con miedo y asintió, no era el momento de cabrear a su ruso.

Por otro lado en el apartamento de ambos Horacio tomo la mochila del hospital, en la que había varias mudas para su pareja y algunos conjuntos para las niñas, aparté de pañales, chupetes y más cosas que podían llegar a necesitar en el hospital en algún momento.

—¿Estas segura que ya vienen? —Gustabo pregunto aún no muy convencido de lo que había escuchado minutos antes. —¿Y con quién estaba? Por qué se escuchaba a otra persona, haciendo esfuerzos, quizá estaba follando con otro y es solo una broma...
—Vete a la mierda, mi novio jamás bromearía con algo así y mucho menos me engañaría, que todas tus ex parejas lo hayan echo no significa que las mia lo vaya a hacer. —Le corto el de pelo azul colocándose la mochila sobre los hombros y tomando las llaves de otro de los vehículos que la pareja tenía, salió del departamento seguido por Gustabo el cual cerro con rapidez la puerta, lo que le había dicho el francés la había sentado bastante mal.

Le siguió en silencio hasta el garaje de abajo el edificio y subió al "aplastaproblemas" uno de los tantos coches que Horacio habia bautizado.

—Que raro que justo el día que sale solo bum parto. —Definitivamente a García le encantaba meter mierda, aunque fuera de él futuro padre de sus sobrinos. —Ademas ¿Estas seguro que son tuyas? Por lo que se podían ser de conway perfectamente o incluso mías, digamos que volkov es un poco puta.

Esa fue la gota que colmó la paciencia de el de ojos bicolores, su pareja estaba de parto y el maldito de su hermano solo se dedicaba a meter mierda de el amor de su vida, así que estacionó el coche a un lado de la carretera y le miró serio. —Sal.
—Ni de coña.—Sabia que se había pasado con lo que había dicho pero a ver era Gustabo García el metia mierda siempre.

—Baja o te saco y sabes que soy capaz. —Ante la amenaza tuvo que abrí la puerta y salir del vehículo, vehículo el cuál arrancó en cuanto la puerta fue cerrada, su pareja estaba de parto no era el momento para aguantar a su hermano metiendo mierda, no era el momento y le daba exactamente igual dejarlo en mitad de la calle y que luego el superintendente le regañara por haber dejado a su pareja en mitad de la carretera sin ningún vehículo.

Unos minutos después llegó a su destino, el hospital central de los santos donde lo que vio le dejo realmente muy impactado, el ex comisario de los Santos sacando de uno de los vehículos de su pareja al ruso el cuál agarra su camisa con fuerza sintiéndo las contracciones que le recorrian de arriba a abajo.

—Horacio... —Llamo a su pareja en cuanto lo vio bajar del "aplastaproblemas" y mientras era dejado en el suelo por su ex.
—¿Ya vienen?  —Se acerco a e con cuídate y algo de miedo ¿Y si lo que gus le había dicho era cierto? ¿Y si realmente era una broma?
—Si... —En cuanto quiso explicarle a su novio lo que sentia en eso momentos un líquido le empezó a recorrer sus piernas. —Rompi la fuente...
—Joder. —Le tomó en brazos sintiendo efectivamente la parte inferior de su pareja mojada y lo metió en el hospital, Nuria y Marie volkov Pérez estaban al llegar.

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Unidos por un error (Volkacio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora