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-No puede ser que esté siendo sometido a esta tortura visual.
Sunghoon dejó caer su cuerpo sobre la cama de Jungwon, suspirando en el proceso y preguntándose por qué se había dejado convencer de estar ahí.
Miró de nuevo hacia el frente, donde Jay aún estaba repartiendo besos por todo el rostro de su mejor amigo. Frunció el ceño luego de mirar cómo depositaba el último sobre sus labios.
-¿Me recuerdan por qué estoy aquí?
-Porque eres mi mejor amigo y me amas.
Jungwon caminó hasta su cama, para luego tomar asiento junto a Sunghoon y llamar a su novio con un ademán de su mano, invitándolo a ir con él.
-Y porque no quisiste dejar pasar la oportunidad de que Wonie pagara por tu comida de nuevo.
Jay sonrió divertido, mientras tomaba con suavidad a Jungwon y lo sentaba sobre su regazo, rodeando su cintura con ambos brazos. Sunghoon se incorporó rápidamente, con el ceño nuevamente fruncido.
-Eso debió haberlo pensado antes de abandonarme para irse contigo.
Se cruzó de brazos, dibujando un casi invisible puchero en sus labios. Jungwon rodó los ojos y miró a su novio, plasmando su mejor impresión de inocencia en su rostro.
-Siempre me está molestando con eso, no me deja olvidarlo.
Jay sonrió, comprendiendo al instante lo que Jungwon estaba intentando hacer. Acarició el cabello del chico y depositó un pequeño beso sobre una de sus mejillas.
-Bueno, tienes que aceptar que pudimos haberle avisado antes de desaparecer, bebé.
Las mejillas de Jungwon se tiñeron de rosado al instante.
-¡No me llames así frente a Sunghoon!
Golpeó el hombro de Jay suavemente, haciéndolo reír.
-Como si no supiera que siempre te llama de esa manera. Bebé.
Respondió Sunghoon, obviando el hecho de que había escuchado ese apodo de sobra. Jungwon se cruzó de brazos y mostró su lengua en dirección a su mejor amigo, provocando que este hiciera exactamente lo mismo. Jay volvió a reír.
-Se están comportando como unos niños malcriados.
-Eso díselo al pequeño bastardo que tienes por novio.
-¡Oye!
Jungwon lanzó una almohada contra Sunghoon, pero este había podido esquivarla sin problemas. Jay suspiró, algo cansado de la situación; habían estado comportándose de esa manera todo el día.
-Basta, ¿quieren?
Apretó el agarre en la cintura de Jungwon, atrayéndolo más a su cuerpo, y depositó un beso sobre su hombro. Sunghoon volvió a tirarse de espaldas sobre el colchón, esta vez cubriendo su rostro con la almohada con la que antes lo habían atacado.
