⇒Vigésimo Capítulo

1.6K 138 39
                                    


Volví del coco llamado universidad, ¿me extrañaron?

  A veces Jennie deseaba poder acercarse a Lisa como una persona normal, pero sus  habilidades sociales eran pésimas, lo sabía. No era buena en la conversación casual, o cualquier otro tipo de conversación que no fuese de negocios. Con su buena apariencia, poder, y fachada frívola, nunca le fue requerido ser cálida o amable, las mujeres normalmente se abalanzaban sobre ella al encontrar su ruda y misteriosa aura atractiva. Pero ella sabía que Lisa no era candidata del partido fría-tierna por mí. La había estudiado el tiempo necesario para darse cuenta de que en realidad le gustaba la gente amable, buena de corazón, como todos sus amigos y familiares parecían serlo. Le gustaba lo que conocía, y su franqueza sumado a su difícil-de-conocer persona no eran bienvenidos al ser desconocidos. 

  Con eso en mente, Jennie llegó a la conclusión final de que para conquistar a Lisa, o al menos crear un vínculo inicial y firme, debía adaptar algunas de las características de su personalidad al gusto de la rubia. No sabía cómo, no estaba acostumbrada a ello. Tendría que investigar un poco no sólo en el Internet, si no también con la gente que la rodeaba, aunque ninguna era realmente cálida tampoco. Jennie llamó a la única brillante persona que sabía que podría ayudarla, Roseanne. Dedujo que no le molestaría debido a que parecía estar a favor de que tuviera sentimientos por la más joven. Uno, dos tonos y descolgó. 

—Vaya vaya, miren quién está llamando. —La molestó.—¿A qué le debo el honor? 

—Más bien a quién, quería hablarte de Lisa. 

—Ah, con que eso es. —Casi le cuestionó con sorpresa. —Bueno, suelta. 

—¿Cómo me vuelvo una persona más cálida y amable como tú?—Le preguntó sin titubear.

—Primero que nada, muchas gracias por el cumplido. —Jennie casi podía sentir su sonrisa desde el otro lado del celular.—Segundo que nada, ¿qué carajos? 

—Uhm, no sé cómo decir esto sin sonar como una completa friki. —Le confesó con inusual inseguridad. —Pero estuve analizando a Lisa por algún tiempo y llegué a la conclusión de que le gusta la gente cálida, amable como tú. Entonces me gustaría que me enseñaras a ser así, si no te molesta, por supuesto. 

   La línea se mantuvo en silencio por un momento mientras la ansiedad de Jennie aumentaba. 

—¿Rosie?—Llamó.

—Lo siento. —La rubia se disculpó luego de darse cuenta de que se mantuvo callada. —Eso fue... inesperado. 

  Jennie rodó sus ojos con leve irritación. 

—¿Vas a ayudarme o no? 

  Rosé bufó, Jennie sonó demasiado demandante para su gusto y ella jamás había sido del tipo sumiso. 

—Dilo de manera amable y quizás lo considere. No me gusta tu tono. 

—Bien. —Jennie apretó su mandíbula. Odiaba poner la mejilla pero en contra de toda su voluntad, lo hizo. Necesitaba a su amiga. —¿Podrías por favor ayudarme, Rosie? 

  Esta vez, Rosé río fuertemente. Sólo pudo disfrutar de una necesitada Jennie Kim pocas veces en su vida, aún recordaba cómo le había rogado que no le robara a su mejor amiga o cómo ambas le suplicaban casi llorando que las dejara ir a pescar de vez en cuando. Por supuesto que la rubia no tenía problema pero disfrutaba verlas y hacerlas sufrir, eran demasiado graciosas mientras hacían pucheros. 

—Deja de reírte. —Murmuró la morena.

—Bien, lo haré. —Accedió, dejando de reírse y Jennie sonrió. —No creo que debas cambiar tu personalidad sólo para impresionarla. Es difícil de ver pero en realidad eres lo suficientemente cálida y amable, sólo que no con todo el mundo. 

⇒Pérdida de tiempo⇐ Jenlisa FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora