⇒Pérdida de tiempo⇐ Jenlisa Fanfiction

⇒Undécimo Capítulo

  Lisa despertó a la mañana siguiente un tanto confundida, intentando reconocer sus alrededores porque no tenía ningún recuerdo de cómo había llegado ahí. El olor tan familiar y sus sábanas suaves le recordaron que estaba en la residencia de Minnie, aún no se acostumbraba al lugar tan nuevo y le costaba ubicarse en tiempo y espacio cuando se despertaba.

  Afortunadamente, no parecía tener resaca, tampoco recordaba haber tomado tanto. Lo último a lo que su memoria parecía aferrarse era el haber bailado con Jennie y sus mejillas se encendieron de un rojo carmín ante el recuerdo, sus cuerpos tan juntos y su falta de vergüenza haciéndole preguntarse como es que podría mirar a la morena a la cara hoy cuando tuviese que trabajar. Se sentó estrepitosamente en la cama cuando recordó que debía acudir al trabajo. Miró su despertador que reposaba en su mesa de luz y alivio la recorrió al darse cuenta de que todavía estaba a tiempo, 6:00am. Posó su mirada en la cama de Nicha, que parecía estar profundamente dormida, por lo cuál estaba agradecida, no le hubiese gustado que la bombardeara con preguntas de las que aún no tenía respuesta.

  Tomó su ropa sin hacer demasiado ruido y salió del cuarto sigilosamente, aliviada no haber despertado a su mejor amiga. Se cambió y se aseó en el baño, para luego bajar a la cocina, en dónde, para su sorpresa, se encontró con Soojin, quién sentada sobre la barra de desayuno, ojeaba una revista de moda desinteresadamente mientras bebía lo que parecía ser café.

—Veo que al fin despertaste—La pelirroja comentó con un tono burlón apenas sintió la presencia de la menor—. ¿Tienes dolor de cabeza? ¿Resaca?

  Lisa, aún bastante confundida, se ruborizó ante la pregunta.

—No, para nada—Contestó con sinceridad y Soojin alzó ambas cejas—. Es en serio, sólo me duele un poco la garganta. Creo que tomaré té de limón para que baje el ardor.

—Hmmm, está bien—Canturreó la surcoreana, aún un poco dubitativa—. También deberías tomar agua, el alcohol te seca.

  Lisa se dio vuelta abruptamente, apoyando el vaso fuertemente sobre el mesón y mirando a Soojin alarmada.

—¿Cómo sabes que...—Empezó a preguntar, hasta que se dio cuenta de que no era la pregunta correcta—. ¿Qué es lo que sabes?

—Muchas cosas, soy silenciosa pero muy atenta, Lisa. Los detalles rara vez se me escapan—Soojin llevó la taza hasta sus labios y dio un sorbo a su café bajo la atenta mirada de la rubia, que no parecía afectarle ni un poco—. Tienes suerte de que Nicha estaba dormida cuando Jennie te trajo a casa, yo fui quién atendió.

—Y...—Lisa tomó el vaso nuevamente y tomó asiento frente a Soojin, quién amablemente, había comenzado a prepararle el té que había mencionado—. ¿Te molestaría contarme que pasó? Lo último que recuerdo es haber bailado con Jennie.

—Interesante...—La pelirroja vertió el agua hirviendo sobre la taza y la empujó para que Lisa la tomara—. Hasta dónde sé, no lograste llegar a la cena.

  La tailandesa se ahogó con la bebida y comenzó a toser escandalosamente. Soojin le extendió una servilleta cuando logró calmarse, a veces a Lisa le parecía sorprendente lo tranquila que podía estar en situaciones como esas. Su rostro estaba rojo, y honestamente, no sabía si era de la vergüenza o por el reciente incidente.

—¿Estaba tan ebria que no pude ni siquiera llegar a la cena?—Se preocupó, tomando su cabeza entre sus dos manos y tironeando levemente de su cabello—. Jennie va a despedirme. Dios mío, que vergüenza.

—No, cariño—Soojin la tranquilizó, removiendo las manos de la tailandesa con cuidado y manteniendo el agarre en la izquierda—. Jennie me comentó que te mojó las muñecas y caiste dormida apenas el agua tocó tu piel. Te trajo a casa después de que terminó el evento y mientras tanto, te dejó descansar en una habitación del lugar.