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N/A: no soy fan de las descripciones largas pero la casa Lecter-Graham lo merece, espero lo entiendas.



Abigail hacía pequeños y curiosos sonidos desde su asiento para el auto mientras dirigía su mirada a la estructura de la escuela detrás del vidrio, ajena al debate interno que se vivía en los asientos delanteros.

Will y Hannibal mantenían sus manos unidas dando apretones de vez en cuando, el temor a levantar la mirada y ver la incertidumbre reflejada en el otro se podía sentir en el aire como una muralla. Trataron de igualar sus respiraciones en un intento de relajarse y así poder entrar al recinto pero fallaron soltando un sonoro suspiro al mismo tiempo, Abi echó un vistazo a la escena y decidió que era hora de salir, pensó que sus padres ya no deberían leer nada de Shakespeare pues se estaban volviendo muy dramáticos.

—Estoy lista para ir, por favor papás.— Tomó su mochila notando que ambos seguían metidos en su burbuja. — No quiero llegar tarde, ciertamente sería descortés — dijo un poco más alto.

A veces no recordaba con exactitud el significado de las palabras, incluso fallaba un poco en su pronunciación pero sí recordaba cómo las usaban sus adultos y eso era suficiente para vociferarlas a veces.

El empático dejó salir una carcajada y el doctor solo lo siguió con una risa nerviosa al ser persuadido con sus propias palabras, asintieron con la cabeza en respuesta a la petición de su hija.

— Los amo mucho papis, he estado en la escuela antes y solo serán unas horas, no me iré mucho tiempo. Además no podría dejar a Búster, Zoe e Igor solos, se comerían todos los muebles ¿ustedes tampoco me dejarían, verdad?

— Por supuesto que no, jamás te dejaríamos mano mergina, es solo que nos conmueve éste gran paso en tu vida.

— Abi sé gentil y dale un momento a papá Hanni, su vejez hace que sea más sentimental. — Se burló el ruloso en un intento de ocultar sus sentimientos. La pequeña estalló en risas haciendo que Hannibal pusiera su mejor cara de indignado a los insolentes ángeles.

Tomaron sus respectivas pertenencias y bajaron tomándose de la mano, se dirigieron a la oficina administrativa donde una amable mujer los recibió indicándoles que pronto pasarían a su cita. Unos minutos después, de la puerta contigua salió una bella mujer de cabellera abundante rizada con un elegante traje sastre permitiéndoles la entrada.

— Doctor Lecter un gusto volver a verlo, profesor Graham encantada de conocerlo. — Tendió la mano a cada uno antes de agacharse para quedar a la altura de los grandes ojos azules que la estudiaban. — Tú debes ser la inteligente Abigail, un placer conocerte pequeña. Por favor tomen asiento.

La familia murmuró un 'gracias' dejándose enfrascar en una conversación sobre el sistema educativo, abordaron los métodos de aprendizaje, las políticas de sanción, las medidas de seguridad, los profesionales que ejercían en la institución y las materias que impartían, entre muchas otras cosas más que les aseguraron la calidad de la escuela. Una vez satisfechos con las respuestas comentaron cosas triviales en lo que llegaba la tutora de Abi a la oficina.

Un golpe en la puerta los hizo callar, expectantes. Entró una mujer de tez blanca con una cabellera negra ondulada al final, vestía un favorable vestido negro ceñido al cuerpo con detalles florales rojos y su cara estaba adornada con una sonrisa compasiva.

— Profesora Bloom, ellos son el doctor Lecter y el profesor Graham, los padres de su nueva alumna, Abigail Lecter - Graham.

Los saludos no tardaron en llegar con miradas inquisitivas, evaluándose.

— Como ya les habrá comentando la profesora Bella, yo seré la intermediaría en ciertas situaciones, cualquier duda sobre el rendimiento académico de su hija o algún otro aspecto escolar lo podemos corroborar juntos en los horarios de atención que se les proporcionaron. Abi puede incorporarse a los módulos restantes después del recorrido si no hay ningún otro inconveniente.

Save my childhoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora