Mosquito

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Me encontraba licuando una piña con un minipimer, un mosquito algo ido se acercó y empezó a volar frente a mi estómago. Lo miré esperando que se fuera por dónde había venido. No se marchó, se quedó flotando entre mi zumo y mi panza. Liberé mi mano del aparato, y con la palma abierta lo aplasté contra mi estómago. El mosquito cayó dentro de mi bol de zumo de piña, saqué lentamente la batidora para ver si lo podía coger de alguna manera. Pero el mosquito se hundió dentro de la espuma del zumo. Entonces me vino a la mente, aquello que defienden algunos carnívoros moralistas de que tienes que matar tú mismo lo que te vas a comer. Reflexioné un poco sobre esa cuestión. Lavé el minipimer, lo dejé en la rejilla de secado y cogí mi zumo y me lo bebí de un trago. Antes de ese pensamiento acertivo me hubiese parecido muy repugnante beberme al mosquito junto con el zumo, después, me supo mejor que si no le hubiese echado un mosquito.

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