Me situé bajo la ducha y abrí el grifo. Empezó a caer la lluvia espesa sobre mi. Agua fría, congelada, demasiado fría para mi templado cuerpo. La piel de gallina. Los pelos en escarpias. Un pequeño paro cardíaco y respiratorio, el rigor mortis, mi alma que intenta escapar. Pero lo retengo - tranquilo, calma; ya se pasa- y poco a poco el agua se torna tibia. Progresivamente caliente. Hasta alcanzar el punto casi insoportable, antes de quemar. Es así como me gusta. La suciedad sale sola, baja desde la cabeza. Los pelos sueltos caen, la piel muerta se despega y cae también. -Me unto un poco de jabón y así acabo de rematar a todas las malas putas bacterias que cuelgan de mi cuerpo-. Veo como el agua sucia aunque aparentemente limpia es succionada por el sumidero. Se lo lleva todo, las liendres, las lagañas, la costra de mierda en la aureola del ano, el olor cuajado del capullo se va también. Me lo limpio concienzudamente. Me miro el pene, se ve limpio. Ahora sí que sí. Ahora podría ganar algún concurso. "Tal vez lo apunte a alguno" pienso. Me siento orgulloso.
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Relatos cortos y otras paridas salidas de una botella de Jameson®
Short StoryPues eso. Son relatos, algunos muy cortos, pero aún así por lo visto están clasificados como relato corto. Reconozco que son algo oscuros pero otros son más graciosos o al menos no te dejan indiferente.