𝐃í𝐚 𝟐𝟑-. 𝐀𝐩𝐨𝐲𝐨

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Una de más cosas que Bucky más odiaba después de convertirse en padre era el no poder dormir cuando le era posible. Los días y muchas noches eran agotadoras al tener que cuidar de Sarah la mayor parte del día, pero normalmente cuando la pequeña caía agotada, Bucky lograba descansar y reponer la energía consumida.

Cosa que no sucedió en una noche en particular después de cuidar a Sarah y sobrellevar sus propias hormonas (que aun no lo dejaban tranquilo). Se recostó en la cama después de poner a la bebé en la pequeña cuna que habían instalado en la habitación con ellos; Steve se recostó del lado libre de la cama y con un beso de buenas noches se despidió para caer rendido al igual que Sarah.

James se cambió de posición al menos seis veces antes de rendirse y aceptar el hecho de que no iba a poder dormir pronto. Odiaba cuando eso sucedía porque a pesar del suero, su cuerpo seguía agotado y por lo tanto no rendía de la misma forma. Observó a Sarah descansando en su cuna luciendo completamente preciosa a pesar de la nula visibilidad ante la falta de luz, pero aún así desde donde estaba pudo verla a la perfección, asegurándose así de su tranquila y constante respiración.

Una sonrisa encantadora decoró su rostro ante el amor que tenía por tan pequeño ser. Ahora estaba agradecido de como había sido su vida, a pesar de todo lo malo que tuvo que vivir y las injusticias que fueron cometidas en su contra, Bucky no cambiaría nada porque aunque fue separado de Steve por setenta años y después separado nuevamente en diferentes circunstancias, la vida los había unido nuevamente para ahora sí recompensarles y darles lo que siempre habían merecido.

Poco le importaba el cansancio y lo difícil que podía ser la paternidad, daría todo por Sarah y también por Steve porque estaba completamente seguro de que sí algo le sucediera, en rubio podría hacerse cargo de su pequeña.

Buscando otra posición más cómoda se movió y ahora pudo ver frente suyo a Steve, quien estaba al igual que Sarah completamente dormido, su boca ligeramente abierta y su cabeza inclinada hacia Buck, como si aún entre sueños fuese consciente de su presencia. El castaño aún sonriente, estiró su mano y acarició el mentón contrario, disfrutando de la sensación de picor que la barba le dejaba pero aún así amando ese detalle.

Anteriormente había creído que el amor que sentía por Steve no podría ser mayor porque estuvo seguro de que lo amaba como a nadie y como nunca, pero ver a Steve siendo un padre devoto, atento y siempre dispuesto a brindarle todo el apoyo que llegará a necesitar con Sarah, hicieron que Buck lo amara con mayor fuerza.

Eran cosas que mucha gente le diría a Bucky que Steve debía hacer al ser el otro progenitor de Sarah, pero aún así, el apoyo recibido en cada pequeña cosa era enorme cuando Buck las juntaba.

Como los primeros días después de regresar del hospital, Steve le había ayudado a ir al baño, una actividad un poco denigrante al principio a consideración de Buck, pero que sin el apoyo de Steve hubiese sido más compleja de lo que fue al igual que tomar un baño; Steve por más de una semana se quedó con él limpiando su piel, masajeando su cuero cabelludo y abrigándolo al término de las duchas.

También se había hecho cargo de preparar los alimentos del día. El desayuno, la comida y la cena las hacía el rubio, siempre eran preparaciones saludables y que estaban completamente destinadas para ayudar a la recuperación del castaño; cosa que no siempre lo ponía feliz porque habían veces en más que quería comer cosas poco saludables, pero tener de esposo a Steve Rogers tiene sus cosas malas y una de ellas es no poder comer mal muy seguido.

Steve se removió y murmuró entre sueños antes de inclinarse un poco más cerca a Buck y poner una mano sobre su costado. La cercanía le dio una mejor vista del rostro tranquilo de Steve y ya podía estar seguro de que Sarah iba a crecer pareciéndosele. La calma le llevó nuevamente a sus pensamientos y a recordar más cosas en las que había recibido apoyo.

Hacerse cargo de Sarah cuando Buck estaba indispuesto, cuidar de ella, alimentarla con biberón, cambiarle el pañal y hasta bañarla por las noches cuando las hormonas controlaban al castaño. Nunca había escuchado ni una sola queja venir de Steve, claro, ambos se habían llegado a quejar de los pañales sucios y discutir hasta de quien recaería la responsabilidad, pero había sido más un juego entre ambos.

Y en lo que más le agradecía el apoyo era en esas ocasiones en las que se enojaba o lloraba sin razón aparente y en lugar de enojarse con él o dejarlo de lado, siempre se acercaba, lo tomaba entre sus brazos e iniciaba un abrazo necesitado mientras le susurraba hermosas palabras al oído.
En esos momentos apreciaba tanto el apoyo que Steve le brindaba, el no dejarse solo, comprender su situación y no recriminarle nada.

Varias veces había insistido en que si necesitaba quedarse todo un día en cama lo hiciera, él se haría cargo de lo demás así fuese un día, dos o tres. Steve era la persona que más le comprendía y estaba más seguro que de nunca haberle conocido, probablemente no sería para nada feliz.

Siguió con las caricias sobre el rostro de su amado y probablemente los toques hicieron que abriera los ojos. Steve parpadeó un par de veces para integrar enfocar y cuando vio a Bucky frente suyo despierto, le regaló una de esas sonrisas que tanto le encantaban.

—Buck —su voz salió ronca lo que le robó un suspiro al castaño—. ¿Estás bien? ¿No puedes dormir? —preguntó tratando de mantenerse despierto, lo cual fue entrañable.

—Estoy bien pero no, no puedo dormir —Steve frunció el ceño y le observó con lastima—. Pero tranquilo, no me siento mal ni son las hormonas, simplemente parece que no tengo tanto sueño.

—¿No quieres un té? Puedo hacer uno y darte un poco de fruta si es que tienes hambre —ahí estaba nuevamente el apoyo y esos detalles que siempre recibía por parte de Steve y que lo tenían totalmente loco.

—Tranquilo, puedes seguir durmiendo, probablemente yo lo haga pronto —aseguró sin querer romper el momento tan calmado que estaban teniendo—. Solo necesito que sigas aquí a mi lado.

—No me opondré a eso —volvió a cerrar los ojos obviamente cansado de todo lo que habían hecho durante el día—. Intenta dormir, copia el ejemplo de Sarah.

—Lo haré —asintió dispuesto a intentarlo—. Stevie —el rubio tarareó en respuesta haciéndole saber que seguía escuchando—. Gracias por todo, cariño. Por soportarme, por tratarme tan bien y por todo.

—No tienes nada que agradecer —sus ojos volvieron a encorvarse en Bucky y una ligera confusión se mostró en estos haciendo obvio el que no se esperaba que Bucky dijera eso—. Lo hago con mucho gusto; somos un equipo, un matrimonio y se que tú harías eso y más por mi, ¿no es así? —Bucky asintió rápidamente—. Ahí está. No agradezcas, mereces eso y más —soltó un gran bostezo antes de acurrucarse un poco más cerca—. Y mereces dormir, así que deja de pensar tanto y disponte a descansar.

—De acuerdo, de acuerdo —aceptó felizmente dispuesto a obedecer la sugerencia del contrario—. Pero no olvides que estoy agradecido por todo —Steve atrajo hacia él a Bucky y lo pegó por completo a su pecho.

—Buenas noches, Buck —dio por terminada la conversación al no ver necesarios los agradecimientos,así que el nombrado lo captó.

—Buenas noches, Stevie —decidió no decir más. Estaba claro que Steve no consideraba relevante recibir esos agradecimientos (menos a tal hora de la madrugada), así que permitió que la conversación terminara, aunque al día siguiente estaría aún después a seguir con ella. Nunca estaría de más seguirle demostrando su agradecimiento.

Sugar [Agosto de Mpreg - Stucky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora