Sugar [Agosto de Mpreg - Stucky]

𝐃í𝐚 𝟏𝟎-. 𝐂𝐨𝐦𝐩𝐫𝐚𝐬

Había llegado el día que Steve y Bucky habían estado aplazando durante un buen tiempo. No porque no quisieran hacerlo, más bien porque se habían confiado y creído que el tiempo les alcanzaría y no tenían que apurarse en cosas que podían hacer más adelante como era el ir a comprar todo lo necesario para el bebé.

Así como atrasaron la planeación de la habitación de bebé, hicieron lo mismo con mismo con el ir y comprar lo necesario para recibir al nuevo o la nueva miembro de la familia. Y aunque aún le quedaba más de un mes hasta su fecha de parto, Bucky se decidió por ir cuanto antes porque algo le decía que después no tendría tanta paciencia como para ir a lugares con mucha gente, mucha iluminación y caminar mientras elegían ropa y accesorios.

Además, sus amigos les habían comentado que les querían organizar un baby shower (un evento que tanto Steve como Bucky conocían muy poco pero sabían más o menos de que iba), y les hicieron saber que en la actualidad los padres podían hacer una mesa de regalos con lo que necesitarán para el recién nacido y los invitados llegarían con alguna de esas cosas. Lo consideraron bastante interesante y aunque dudaron en un principio hacerlo así (ante la idea de que otros corrieran con los gastos de artículos que serían para su bebé), todos los vengadores les convencieron y aseguraron que de eso se trataba.

Así que ahora ninguno debía gastar una gran cantidad de dinero en todo lo que necesitarían, solo una parte mientras que la otra sería cubierta por sus amistades. Con una gran lista en mano, la pareja de súper soldados salió de su hogar para dirigirse al centro comercial más cercano y que según a consideración de Romanoff, era el que más opciones tenía.

Y ese fue el primer problema que tuvieron porque al principio no tenían ni idea de a cuál tienda ir; muchas opciones parecía ser no han buena idea para dos ancianos que no habían tenido nada así en su niñez y juventud. Por más que se esforzarán, habían cosas con las que sinceramente nunca podrían familiarizarse.
Al final se decidieron por una que estaba enfocada completamente en la venta de ropa y artículos para bebé, tal vez ahí encontrarían todo lo que estaba en la lista.

—Dios, no se por donde empezar —James soltó su queja mientras sus ojos iban de las docenas de pasillos a la lista y de regreso. Estaba recargado contra un carrito de compras, Steve estaba posado detrás suyo con ambos brazos estirados cubriendo de los costados al castaño—. Pensé que esto sería tardado pero hay tantas cosas y seguramente opciones, ¿como sabremos cuál será la mejor?

La lista estaba llena de ropa (aunque no tanta), de baberos, chupones, mamilas, una silla para el automóvil, otra para el comedor, frazadas, un par de juguetes para estimular al bebé, una pequeña tina para bañarle y demás artículos que se cansarían de mencionar.
Claro, lo más caro lo comprarían ellos, como las sillas de bebé y la tina.

—Supongo que tendremos que guiarnos por nuestros instintos y leer con cuidado la información de cada producto —Steve no le veía otra solución, no iba a preocuparse de más y menos porque hacerlo afectaría al castaño—. ¿Que opinas de empezar por la ropa y de ahí vemos que sigue? Una vez que empecemos no debería ser tan difícil.

Bucky asintió empezando a caminar lentamente. Aunque odiaba que sus pasos fuesen lentos, ya no podia hacer mucho para cambiar eso. La gran barriga de embarazo en la que su bebé descansaba le hacía ir más lento que nunca, además, se había dado cuenta de que si intentaba aumentar la velocidad de su caminar el bebé se acomodaba de cierta forma en la que siempre apretaba su vejiga y le hacía tener muchas ganas de ir a orinar.

El pasillo de la ropa estaba hasta el fondo, así que mientras llegaban el par observó a su alrededor. Otras parejas también en la dulce espera o ya con sus bebés en brazos pasaban cerca de ellos. Era espectacular ver a gente en sus mismas condiciones y más a quienes ya tenían con ellos a sus preciosas creaciones.
Steve quedó enamorado de todos los bebés que veía, a él siempre le habían gustado los niños y ese gusto aumentó gracias a su próxima paternidad.