Sugar [Agosto de Mpreg - Stucky]

𝐃í𝐚 𝟐𝟎-. 𝐏𝐚ñ𝐚𝐥

Steve amaba todo de Sarah al igual que Bucky, ambos como buenos padres la consideraban como la mejor bebé del universo y cada parte de ella era única. Desde sus preciosos ojos con los que solía observarlos atentamente cuando estaba despierta, sus pequeñas y tiernas manos a las que acariciaban (como Helen les había recomendado), su rostro tranquilo y angelical cuando dormía y la enternecedora forma en la que su boquita se movía cada que Bucky la alimentaba.

Sarah los tenia locos y había provocado que sus teléfonos se llenaran de fotos de ella en los cinco días que tenía de vida. No podían culparla, era preciosa y todo lo que hacía era digno de ser admirado, bueno, casi todo. Había algo que ni Bucky ni Steve disfrutaban de Sarah y eran los pañales sucios.

No podían creer la cantidad de desechos que generaba pero debieron haberse preparado para ello desde que Helen les advirtió que los recién nacidos en su primera semana de vida defecan con mayor frecuencia y más si son alimentados con leche materna. Era increíble que una cosa tan linda como su primogénita usara tantos pañales. Además, las tonalidades que tenia (desde verde oscuro hasta uno más claro), no les habían ayudado mucho a ser más tolerantes.

Y aunque Steve apoyaba en todo a Buck e intentaba hacer mucho por él, aún estaban en la discusión de quien debía limpiar a Sarah; habían llegado a un acuerdo de que se alternarían el trabajo, pero algunas veces Bucky lograba librarse de ello diciendo que estaba muy cansado, adolorido y con poca energía como para hacerlo, así que como buen esposo (y padre responsable), se enfrascaba en la tarea de limpiar a Sarah solo para que media hora después volviera a ensuciar el pañal.

—Estoy creyendo que no es normal que defeque tanto —Steve se acostó en la cama junto a Bucky. Habían estado aprovechando el tiempo ya que Sarah había estado durmiendo por más de una y descansar era lo que les quedaba antes de que se despertara para comer.

—Por supuesto que es normal —Buck no pudo no reír porque sus conversaciones habían pasado de lo tierna que era Sarah, lo mucho que comía a lo mucho que ahora ensuciaba pañales—. Es normal que los recién nacidos hagan sus necesidades después de cada toma de leche —siguió hojeando el libro que tenía entre sus manos—. También recuerda que si algo no está "bien" en ella puede ser por la combinación de sueros qué tal vez le heredamos.

La duda de si Sarah tenía en su cuerpo algún suero o ambos de sus padres seguía estando presente, pero habían decidido que a menos de que sucediera algo grave o algo que requiriera de su atención, lo dejarían pasar.

—Eso es absurdo. No me vengas a decir ahora que el suero del súper soldado tiene algo que ver —era ridiculo, sí, pero podía ser una posibilidad—. No es como si un efecto secundario sea ensuciar tantos pañales.

—No, pero tal vez un efecto secundario si es que tenga un metabolismo más rápido y por eso coma y defeque más de lo normal —se encogió de hombros—. Además, ¿de que te quejas? Es tu hija, sangre de tu sangre, no tendrías que tenerle asco a lo que sale de ella.

—Mira quien lo dice. La persona que estuvo a nada de vomitarme cuando el tocó cambiarle el pañal por primera vez en el hospital —le dio a Bucky una mirada seria a pesar de que la situación lo estaba divirtiendo y aún más el recuerdo de Bucky teniendo arcadas.

—No puedes culparme. Nunca antes había tenido que hacer eso, ni siquiera cuando Becca nació —había sido tan pequeño cuando sus padres tuvieron a Becca que hubiese sido imposible darle tal trabajo. Y una cosa de lo que estaba agradecido era que esa primera popó no había tenido olor alguno—. Además, te recuerdo que no tenía mucho de haberla dado a luz y en realidad me sentía mareado por el dolor.

—Yo se, pero entonces no quieras parecer como el padre perfecto que toleraría cambiarle los pañales todos los días —Buck no dijo nada al respecto porque en realidad era la parte que menos disfrutaba, no solo por los pañales sucios, sino porque también le causaba mucha ansiedad todo el proceso de limpiarla, quitarle el pañal sucio, ponerle uno nuevo después de usar toallitas de bebé y talco. Estaba aterrado ante la idea de que pudiese olvidar algún paso y eso provocará que Sarah se rozara.

—Creo que no deberíamos quejarnos tanto. Sí, ahora ensucia muy seguido pañales pero cuando esté más grande, comerá más y eso se traduce a que ensuciara con mayor cantidad —el recuerdo del video que habían visto la noche anterior de bebés embarrados de popó llenó su cabeza—. Lo recuerdas, ¿cierto?

—Quisiera no hacerlo —era la verdad. Suspiró mientras abrazaba a Bucky atrayéndolo hacia él—. Es increíble como nos quejamos de algo así, de la popó de una bebé, nuestra bebé pero nunca antes nos quejamos de toda la sangre y los cuerpos en las batallas en las que participamos.

—Porque nosotros nunca tuvimos que hacernos cargo de esos detalles —dijo con simpleza—. Aunque en mi caso era muy desagradable sentir gotas de sangre sobre mi, más concretamente en mi cara —siempre lo había detestado. Una cosa más que agradecía de ya no tener que ir a misiones ni nada por el estilo.

Steve abrió la boca dispuesto a seguir con la conversación pero Sarah lo impidió cuando comenzó a llorar a un costado de ellos. El rubio se enderezó soltando su agarre de Bucky y yendo hacia la pequeña, a la que acunó y empezó a mecer para tranquilizarla en lo que la llevaba con Bucky.

Este se acomodó rápidamente contra el respaldo de la cama y se liberó de su prenda superior para así dejarle a Sarah más espacio para su comodidad. Al recibirla en brazos la guió a uno de sus pechos esperando a que comenzara a comer, pero no hizo el intento por atrapar en su boca la areola de Buck, en su lugar continuó llorando a pesar de los intentos.

—Creo que no tiene hambre —James asintió llegando a misma conclusión pero confundido al no saber que era lo que quería, entonces palmeó su pañal y observó a Steve.

—Tal vez este sucio. ¿Puedes comprobarlo? —el rostro de Steve mostró ninguna emoción porque sabía lo que le tocaría hacer. Y es que al parecer para evitar desvestir a un bebé para comprobar si está sucio o no, lo que los padres solían hacer era o olfatearlo o meter un dedo y ver si lograban sentir algo. Asqueroso hasta cierto punto—. Oh, Bucky, hazlo tú, ya la tienes contigo.

—No seas un bebé. Yo la alimento y la cuido casi todo el tiempo, a ti te tocan estas cosas desagradables pero necesarias; es lo justo —sí, era lo justo pero no lo deseado. Pero Steve no aplazó más lo inevitable, acercó su nariz a la parte baja de Sarah y olfateó para descubrir que en efecto estaba sucio; su reacción hizo que Buck carcajeara totalmente divertido por la situación—. ¿Ves lo que ocasiona hablar tanto de popó? Le dieron ganas.

—Que divertido —sonrió sin ganas pero nuevamente no estaba enojado; ambos sabían que a pesar de todo, la situación como tal no los tenía molestos, nunca podría ser así si se trataba de Sarah. Steve la volvió a tomar y la llevó con sigo hacia el cambiador donde la desvistió e inició con su labor. Bucky se levantó de la cama y caminó hacia ellos colocándose tras del rubio donde observó con Ian gran sonrisa a la pequeña y veía la cada vez más hábil manera con la que Steve le quitaba el pañal sucio.

—Aw, ¿Quien es la máquina de popó más tierna del universo? Sí, tú lo eres. Tú lo eres, Sarah —las palabras de Bucky hicieron reír a Steve quien negó divertido. Sarah había dejado de llorar viendo atenta a sus padres—. No importa cuantos pañales ensucies, papá Steve siempre estará aquí para cambiarte —el nombrado le volteó a ver por lo que Buck agregó—. Y algunas veces papá Buck, pero sabes que la función de este es alimentarte.

—Y quejarse —recibió un golpe en el antebrazo por parte de Buck—. Ouch, Bucky —no dudó en quejarse a pesar de no haber sentido dolor alguno.

—Sigue así y cambiarás sus pañales hasta que deje de usarlos. Advertido estás, Rogers —Steve no se atrevió a burlarse más, se concentró de lleno en su labor de cambiar, limpiar y volver a vestir a Sarah.

Sí, podía ser asqueroso hasta cierto punto pero debían ser responsables y debían aceptar que no todo lo que tiene que ver con Sarah es bonito y agradable.